Un programa de prácticas para lograr madurez laboral.

En Nestlé presumen de que uno de los más firmes compromisos de la compañía es el referido a “la formación y el desarrollo de la empleabilidad de los jóvenes”, para lo cual impulsan convenios de prácticas en sus diferentes centros de trabajo, entre ellos el pontecesureño.

Es en este capítulo donde tiene cabida el programa de prácticas de esta industria láctea, el cual “permite el acercamiento de los jóvenes al mundo de la empresa para adquirir experiencia profesional a través de la adquisición real de conocimientos y la aplicación práctica de conceptos teóricos”. De este modo “los estudiantes tienen asignado un tutor que realiza un seguimiento de su evolución y les facilita el soporte necesario para su desarrollo personal y profesional”. Además, “la Formación Profesional Dual es otra de las herramientas, para que los alumnos de Formación Profesional puedan desarrollar una parte de su formación académica en un entorno profesional”.

En 1939 se inauguró a orillas del Ulla la factoría pontecesureña de Nestlé, considerándose este emplazamiento en Pontecesures un enclave estratégico, por su proximidad a las fincas y granjas de producción láctea, cerca de la carretera general A Coruña-Vigo y al lado del puerto fluvial, al que llegaba en barcos procedentes de Vilagarcía la hojalata para la fabricación de los botes y la leña que se utilizaba para las calderas de la fábrica. Hasta 1958 el producto elaborado se transportaba también por río hasta Vilagarcía, para ser transbordado a buques de mayor tonelaje.

Actualmente la factoría de Pontecesures forma parte de un plan de formación juvenil a nivel europeo y es una de las fábricas consideradas importantes en Nestlé, una multinacional que factura más de 2.000 millones de euros anuales y tiene una plantilla media próxima a 6.000 personas, de las que cerca de 130 están en las instalaciones ribereñas, abastecidas por 300 ganaderos con granjas situadas en un radio de 60 kilómetros.

Faro de Vigo

Cuestionan la seguridad de los pasajeros que van en tren desde Vilagarcía.

En un documento hecho público por la DGT proponiendo una serie de mejoras en la gestión del servicio ferroviaron en Galicia, la Confederación General de Trabajo (CGT) pide, entre otras cuestiones, que aumente el número de trenes disponibles desde Vilagarcía en dirección a A Coruña los viernes y domingos, para dar servicio a los estudiantes. Si bien es cierto que a principio de curso ya se reforzaron esos trenes, la CGT los considera insuficientes, y advierte sobre la peligrosidad de que, en aquellos que no tienen plazas limitadas, viaje gente de pie cuando alcanzan velocidades de hasta 160 kilómetros por hora.

La Voz de Galicia

La caída de un árbol mantuvo cortado el tráfico cerca de una hora en el alto de Cordeiro.

Un eucalipto de enormes dimensiones cayó, a eso de las siete y cuarto de la tarde, sobre la carretera que une Vilagarcía con Pontecesures. El suceso ocurrió en el alto de Cordeiro (Valga), que permaneció cortado al tráfico durante cerca de 45 minutos. Efectivos del GES de Valga se trasladaron al lugar de los hechos y comprobaron que el árbol se había desplomado debido a que «estaba moito na beira, e con toda a auga que hai estes días…». Al caer, el árbol golpeó ligeramente a un vehículo. Afortunadamente, sus ocupantes no sufrieron heridas y el coche solo presentaba daños menores.

La Voz de Galicia

Usuarios del tren denuncian que incluso personas de edad avanzada viajan de pie.

Usuarios del corredor ferroviario entre Vigo, Pontevedra, Vilagarcía, Santiago y A Coruña mostraron ayer su malestar por el elevado nivel de saturación de algunos de los trenes que circulan entre estas ciudades los domingos por la tarde. Concretamente, muestran su enfado por el elevado número de pasajeros que tienen que viajar de pie en los convoyes que circulan entre la franja horaria de las siete y las nueve de la tarde.

El último episodio que ha acabado con su paciencia ocurrió este pasado domingo. Usuarios del tren que llega a Vilagarcía y parte hacia Pontevedra en torno a las ocho y media de la tarde aseguraron que el convoy llegó a la capital arousana prácticamente lleno y que cuando partió hacia Pontevedra lo hizo con los pasillos atestados de gente de pie con sus respectivas maletas y casi sin espacio para poder moverse. Tanto es así que estos usuarios explicaron que para que unas personas de avanzada edad pudieran apearse en la ciudad del Lérez fue necesario que un gran número de pasajeros tuvieran que bajar y ayudar a estas dos personas a llegar al andén desde el vagón.

Los usuarios están molestos por la incomodidad que supone viajar en estas condiciones pero especialmente por los problemas de seguridad que supuestamente se plantean con tantos pasajeros de pie en el vagón, dado que esto aumenta el riesgo de lesiones en el caso de que se produzca un percance, por pequeño que sea.

De hecho, apeló a estas personas de avanzada edad que tuvieron que circular de pie en este viaje, con el riesgo que supone para ellos cualquier accidente o un mero frenazo. Explican que en algunos tramos se alcanzan los 167 kilómetros por hora. “Tenemos que esperar a que un día ocurra algo grave para tomar medidas”, lamentan, y recuerdan que todavía está en el recuerdo la tragedia de Angrois.

Según explican, la sobresaturación de estos trenes provoca que “a los revisores no se les vea ni el pelo”, debido a la imposibilidad de recorrer el tren de una punta a otra por la presencia de equipaje y viajeros en los pasillos. Esto también conlleva la aparición de la picaresca y de que los trenes se saturen todavía más al utilizarlos con mayor frecuencia personas que no retiran sus billetes conocedores de que la posibilidad de que aparezca el revisor es menor que en otros horarios. Una situación que ya denunció en su día el sindicato CGT e incluso cifró el perjuicio que esta situación causa a la empresa ferroviaria en unos 10.000 euros mensuales.

Estos usuarios aseguran que llevan ya unos dos años presentando de forma reiteradas reclamaciones ante Renfe denunciando estos hechos. En una ocasión obtuvieron como respuesta la ampliación del número de plazas “enganchando” otro tren al que ya viajaba completamente atestado. Sin embargo, con el comienzo del año este segundo tren ha vuelto a desaparecer. Desde Renfe aseguraron ayer que iban a revisar las reclamaciones recibidas aunque señalan que, en todo caso, se trata de situación puntuales con algún tren para el que la demanda de usuarios es mucho mayor que la habitual.

Faro de Vigo

El comité solidario de Nestlé se interesa por la actividad de la Fundación Amigos de Galicia.

La Fundación Amigos de Galicia en Vilagarcía recibió ayer la visita de los trabajadores de Nestlé España SA, quienes se interesaron por la actividad desarrollada por esta entidad sin ánimo de lucro en la nave ubicada en las inmediaciones de la estación del ferrocarril.

El comité solidario de Nestlé se plantea colaborar directamente en las campañas que lleva a cabo la Fundación Amigos de Galicia. En la visita de ayer estuvieron presentes José Manuel Carregal, jefe de recursos humanos, Roque Araújo, concejal de servicios sociales de Pontecesures, ayuntamiento en el que Nestlé tiene su sede, Jesús Busto, director general de la Fundación y Antonio Costa, secretario de la misma, entre otros trabajadores de Nestlé España y de la Fundación Amigos de Galicia.

El comité solidario se interesó además por las campañas que precisan de un mayor voluntariado para en la medida de sus posibilidades poder ofrecer también su tiempo.

La entidad está atendiendo en el municipio de Pontecesures a 40 familias formadas por un total de 115 personas, de las cuales 40 son menores.

La Fundación Amigos de Galicia retoma la campaña “Dona un biberón”, tras dar por completada con gran éxito “Su Papa Noel”. Actualmente necesita leche de primera lactancia para bebés de menos de seis meses de vida. La leche de primera lactancia es un producto caro e indispensable en la alimentación infantil.

 

Faro de Vigo

El agua se ceba con Valga.

La recta de Campaña amaneció ayer convertida en un río. No fue gracias a la magia de los Reyes, si no fruto de una noche de temporal, de una tierra ahíta de agua y de la marea alta. Todos esos factores se sumaron para desatar un infierno que cogió a muchos metidos en cama. «Nós estabamos durmindo. Chamounos unha veciña e xa tiñamos a auga dentro da casa», explica Gerardo. El agua entraba en su vivienda por la puerta que da a la carretera general y salía por la de atrás, hasta una huerta que ayer a primera hora de la tarde continuaba bajo el agua.

La suya no es una historia única: fueron muchas las viviendas que, situadas al pie de esa carretera, se vieron afectadas por el desbordamiento del río Valga. Y eran muchos los propietarios los que ayer por la tarde no se separaban del teléfono, dispuestos a llamar a Protección Civil en cuanto la situación hiciese amago de volver a complicarse.

Durante toda la mañana, unos 16 voluntarios y el personal del grupo de emergencias trabajaron sin descanso contra el agua. A las ocho y media de la mañana cortaron el tráfico en Campaña (así estuvo hasta las 14.30) y se dedicaron a achicar garajes y construir barreras de contención ante la puerta de varias viviendas. «Hai que darlles as grazas porque non pararon. Ata foron á ferretería e trouxeron sacos e area para facer barreiras, e estiveron toda a mañá ao pé do cañón, e o alcalde tamén», señalaba Pilar. En su sótano el agua causó estragos, aunque menos de los que podrían haber sido ya que la maquinaria y otros elementos costosos se guardan en alto. Es la herencia de tiempos pasados en los que las inundaciones eran frecuentes.

Cándida vive en la que, hasta hace unos años, era la zona cero de las enchentas. Pero desde que se hicieron obras en la mejora del cauce, ella y su familia se habían olvidado de las inundaciones. Sin embargo, esta vez el agua ha vuelto a sus propiedades, inundando una vivienda y arrasando máquinas y electrodomésticos. Cándida tiene claro por qué ha pasado esto, por qué ha tenido que caminar con el agua hasta la rodilla por su huerta: por las obras que hace unos años se ejecutaron en la carretera. La elevación del asfalto, la construcción de muros y unas canalizaciones insuficientes, dice, los han llevado de vuelta a un pasado que creían superado. Ahora toca, dicen, volver a preocuparse cada vez que llueva con intensidad.

Historias como la de Cándida se repiten en buena parte de las casas que flanquean la carretera que une Vilagarcía con Pontecesures a su paso por Campaña. En algunos casos, como el de Magdalena, la aguada mañana de Reyes ha dejado una pérdida dolorosa: en la inundación falleció una de sus mascotas, un york shire que no fue capaz de escapar cuando el agua comenzó a subir a toda velocidad en la huerta. A primera hora de la tarde, su finca -como las demás de la zona- seguía cubierta por una buena capa de agua. En el patio, sobre el suelo, se veían muchos juguetes empapados. «Fúmolos pescando cos rastrillos», explica Magdalena, preocupada por saber cómo estarían, al otro lado de la inesperada laguna, las cosechas de patatas y todo el material que guardaban en un alpendre.

Cerca de allí, en otra de las viviendas afectadas, Luciana parecía no sentir el frío de la tarde: temía que su sótano volviese a inundarse. Ya se había anegado por la mañana -Protección Civil estuvo durante horas achicando agua-, mojando la leña acumulada y convirtiendo en chatarra la minimoto, la lavadora y las bicicletas que allí guardaban. «Nos sentíamos impotentes porque no podíamos hacer nada. Todo era agua», explicaba esta mujer. Lo peor fue tener que ocultar la preocupación y el miedo a su hijo, de cinco años. «Tuve que sentarme con él a abrir los regalos, como si nada pasase. Luego lo mandamos a casa de los primos», señala Luciana.

Pero aunque en Campaña los problemas se multiplicaron, no fue este el único rincón del municipio en el que los vecinos sufrieron los excesos del agua. En el lugar de O Souto, Estrella revivió los años en los que las crecidas inundaban su casa con cierta frecuencia. Afortunadamente, las barreras que coloca en el portalón y en la puerta principal de su vivienda cada vez que la lluvia arrecia fueron suficientes, esta vez, para evitar que la inundación arrasase muebles, electrodomésticos y todo lo demás, tal y como pasó hace siete años. Desde entonces, narra aún emocionada por el ajetreo de la mañana, «non volvéramos ver correr a auga pola aldea ata hoxe».

Corrió también el agua por Senín y Louro -el río Louro también se desbordó-, por O Forno, O Souto, Devesa y O Carballiño. Huertas y tierras de cultivo permanecían a media tarde cubiertas de agua. Como cubiertos de agua estuvieron también los pasos a nivel que existen en la localidad, motivo por el que permanecieron cerrados al tráfico.

La Voz de Galicia