Nada mejor para celebrar el 25 de diciembre que madrugar, aunque la velada de Nochebuena se haya prolongado, para disfrutar de una agradable caminata en buena compañía y en pleno contacto con la naturaleza. Precisamente eso hizo el domingo la asociación International Trekkers Barbanza-Sar, que organizó la novena edición de su Andaina do Nadal, en la que participaron nada menos que 48 personas. Fue un recorrido de 23 kilómetros, entre Padrón y Rianxo, al que se sumaron tanto vecinos de diversos puntos de la comarca como otros procedentes de Vilagarcía o Santiago, entre otras localidades.
La expedición inició la marcha a las nueve de la mañana y la finalizó hacia la una de la tarde frente a la casa consistorial de Rianxo donde, como no podía ser menos, se hicieron una foto de grupo. Los más veteranos eran el presidente de International Trekkers Barbanza-Sar, Francisco González, y José Charrán, el tesorero. Tampoco faltó a la cita el vicepresidente del grupo, Juan José Fajardo, ni otros habituales en este tipo de encuentros. Reinó el buen humor y, desde luego, la caminata tuvo un aire muy navideño, dado que varios de los asistentes lucieron gorros de Papa Noel y otros con cuernos de arce.
La animada expedición hizo una parada técnica en la localidad de Teaño para reponer fuerzas. Posteriormente, ya entrando en Rianxo, el grupo cumplió con la tradición de cantar villancicos y, a cambio, recibió de los vecinos diversos manjares con los que llenar el estómago, que nunca viene mal.
La niebla.
El grupo pudo disfrutar de hermosos paisajes en una jornada ideal para caminar gracias a este veroño interminable en el que vive la comarca. Sin embargo, la expedición tuvo que enfrentarse a la niebla, especialmente en algunos tramos del camino. Pese a ello, y según relató alguno de los asistentes a la Andaina do Nadal, la falta de visibilidad no constituyó ningún problema porque se mantuvieron agrupados en todo momento y sin bajar el ritmo.De nuevo, la actividad organizada por la International Trekkers Barbanza-Sar ha vuelto a demostrar el auge que está adquiriendo la realización de rutas de senderismo. Los bellos paisajes de la zona son un incentivo para aquellos a quienes les gusta estar en contacto con la naturaleza y hacer amigos a golpe de pisada. Como no podía ser menos, la jornada finalizó con una tapa, saboreada en Rianxo, que consistió en unos callos. De esta forma, los caminantes disfrutaron un sabroso plato caliente mientras comentaban las incidencias de la jornada y empezaban a pensar ya en el próximo recorrido que llevarán a cabo, porque para ellos no hay descanso.
La Voz de Galicia