Semana dura la que está viviendo el regidor de Pontecesures, que califica el momento como «a situación máis incómoda dende que son alcalde», afirma Juan Manuel Vidal Seage. Con únicamente cinco casos activos y sin nuevos positivos en los siete últimos días, los cesureños confiaban en que el comité científico los sacara del nivel máximo de restricciones en el que estaban. Y así fue. Pero para caer en el nivel alto, con lo que el cambio no era mucho. La decisión se conoció en la noche del martes y la indignación fue patente en las redes sociales y a la mañana siguiente en el concello, a donde se dirigieron varios hosteleros para reclamar al alcalde una solución que él no podía darles.
Así transcurrió la mañana, pero todo cambió al mediodía. Fue entonces cuando el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijoo anunciaba las nuevas medidas, en las que se establecía que los concellos en nivel alto dejaban de estar perimetrados, con lo que sus vecinos, y los de los municipios limítrofes, podrán entrar y salir de las localidades, algo fundamental para el comercio. La hostelería también podrá reabrir, pero solo servirá en terrazas y al 50% del aforo. Un alivio, en fin, aunque sea pequeño para una situación que, asegura Vidal Seage, «nos estaba matando».
El alcalde había insistido ante la Xunta en que el simple dato de la incidencia ahoga a concellos pequeños como el cesureño. «Cónstame que outros alcaldes na nosa situación tamén o fixeron», apunta Vidal Seage. Fuera por esa insistencia de los regidores o porque los técnicos decidieran que correspondía ahora hacer un cambio de criterio, lo cierto es que ayer al mediodía llegó una pequeña bocanada de aire a Cesures. Imprescindible, asegura el regidor, porque afirma que estaba notando demasiada crispación en el ambiente.
Eso sí, el regidor pide ahora prudencia a sus vecinos y que cumplan las normas para no tener que dar un paso atrás. «Teño pasado por diante dalgunha casa e haber oito coches», avisa. E insiste en que él poco más pueda hacer en este asunto que dar la cara como alcalde. «Eu non podo explicar por que alguén pode ir As Cancelas pero non a visitar a súa nai», concluye.
La Voz de Galicia