El príncipe Naruhito se interesa por los pimientos de Herbón.

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El presidente de la Xunta dice adiós a seis días de viaje oficial en Japón tras reunirse con el príncipe Naruhito, quien le trasladó su afecto por Galicia y su interés por regresar de nuevo a la Comunidad gallega, «si es posible, antes del Año Santo de 2021, y sino, en ese año». La reunión duró unos 30 minutos y tuvo lugar en el Palacio de Akasaka, residencia oficial del príncipe heredero nipón, según confirmaron fuentes de la Casa Imperial de Japón.

Alberto Núñez Feijóo señaló la importancia de esta reunión puesto que «no es habitual que el príncipe heredero reciba en su residencia oficial a autoridades autonómicas». En dicho encuentro, el príncipe Naruhito trasladó al jefe de San Caetano la «calidez» y el «enorme recuerdo del Camino de Santiago, de Galicia y del pueblo gallego».

Naruhito «recordaba con nitidez tramos del Camino, como la llegada al Monte do Gozo», así como productos locales como los Pimientos de Herbón, según dijo el presidente gallego.

Tras seis días en Japón, Feijóo destacó que esta visita fue de «una enorme importancia» para Galicia por reunirse con «la segunda autoridad, que será la primera en Japón en los próximos años, de un país que es la tercera economía del mundo con más de 120 millones de habitantes y con una de las rentas per cápita más alta del mundo». «Me voy con la satisfacción de conocer de primera mano el cariño, el conocimiento, emotividad que su alteza imperial tiene al pueblo gallego», concluyó Núñez Feijóo.

ABC Galicia

Valga viaja hasta Noia para honrar la figura del Padre Isorna.

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El alcalde de Valga, José María Bello Janeiro, acompañado de varios de los integrantes de su grupo de gobierno, se desplazó ayer hasta el convento de Noia para homenajear al Padre Isorna. Nacido en la parroquia valguense de Noia, Isorna es hijo predilecto de la localidad y ayer cumplió 93 años de edad. Este homenaje viene realizándose desde que el emblemático religioso cumplió los 90 años de edad a modo de reconocimiento de toda su trayectoria y por haber ayudado a difundir el nombre del Concello de Valga.

El religioso se ha destacado por ser fiel a la tierra que le vio nacer desde el principio, como lo demuestra el haber dejado gran parte de su legado a la biblioteca municipal en 2011. Esa cesión, de más de 15.000 volúmenes permitió al Concello crear la primera biblioteca pública sobre teología, la cual se encuentra en el cuarto piso del auditorio municipal. A esa inauguración acudió el propio Padre Isorna, e incluso, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

Desde aquel entonces, Valga puede presumir de ser uno de los lugares más frecuentados por estudiosos de teología, lingüistas y otros sectores muy similares gracias a un compendio de obras que no solo abordan la teología propiamente dicha, sino que también bucean en disciplinas como la literatura, el arte o la filosofía.

Faro de Vigo

Más de medio millar de arousanos dedican su tiempo libre al voluntariado.

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Un grupo de mujeres de Valga se ataron el delantal hace un par de semanas, encendieron los fogones y se pusieron a cocinar un banquete para quinientos de sus vecinos. Si no fuese por ellas, que se pusieron manos a la masa obra, los mayores de este ayuntamiento se habrían quedado sin una fiesta que da muchas alegrías, pero que consumía mucho dinero de las arcas públicas cuando el menú se le encargaba a un restaurante. Este grupo de mujeres, dispuestas a ofrecer lo mejor de sí para alegrar la vida de quienes las rodean, son un ejemplo más del ejército de voluntarios que transita, silencioso e invisible la mayor parte de las veces, por los ayuntamientos de la orilla sur de la ría de Arousa. En el registro de acción voluntaria de la Xunta hay censados 586 voluntarios domiciliados en los ayuntamientos que se extienden entre Pontecesures y O Grove. Y dicen quienes saben de esto que el número real es aún mucho mayor.

Marta Barreiro y Maite García saben de esto. Las dos trabajan en la oficina municipal de información al voluntariado de Vilagarcía, un puente que une a quienes tienen «inquietud por hacer algo» con las oenegés y las asociaciones que necesitan que les echen una mano. Los que llaman a su puerta suelen ser «gente joven, de entre 18 y 30 años, con los estudios finalizados, sin empleo, y que quieren ocupar su tiempo en algo y, al mismo tiempo, ganar experiencia». Y es que la colaboración voluntaria empieza a tener premio. «A nivel institucional se emiten certificados» que cuentan en los currículos y abren puertas a becas y cursos.

La recompensa es aún mínima. De cualquier forma, no es la que alimenta a los voluntarios. Ellos se nutren de esos «granitos de arena» con los que contribuyen a que el mundo sea un sitio algo mejor. Y esa vocación de ayudar, de echar una mano a quienes lo necesitan, no entiende de edades. Por eso, junto a los jóvenes que acuden a limpiar Cortegada, junto a esos otros que organizan talleres para niños y estimulan a las personas con discapacidades, junto a los que dedican unas horas a visitar a ancianos solitarios, o a lavar y planchar la ropa de los roperos sociales, hay también una legión de personas mayores dispuestas a echar un cabo.

Tareas sobran, cuentan en la oficina del voluntariado de Vilagarcía. «En estos momentos tienen mucho tirón las cuestiones ambientales y forestales». Tras el bum del Prestige, cuando el espíritu solidario se vistió de blanco para encarnar lo mejor de nuestra sociedad, la preocupación por el medio ambiente no ha dejado de crecer. Luego, con la crisis económica, llegó otro bum. Y las voluntades de muchas personas han pasado a concentrarse en aliviar las necesidades de quienes peor lo están pasando. Ahí caben los miembros de Cruz Roja, de Amigos de Galicia o de Cáritas, que intentan tapar los agujeros que amenazan con tragarse a familias enteras. Ellos organizan y reparten paquetes con alimentos, con productos de higiene, con medicinas, buscan dinero para pagar recibos pendientes y siembran esperanza en medio de la oscuridad más espesa. Para todos ellos solo hay una palabra. Gracias.

La Voz de Galicia

El Día de la ONCE reunió a 800 personas en Padrón.

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El día de la ONCE reunió ayer a unas 800 personas en el hotel Scala de Padrón. Acudieron vendedores, personas afiliadas y personal de la entidad, y sus familias, procedentes de las cuatro provincias gallegas. También asistieron directivos de la ONCE; el conselleiro de Educación, Xesús Vázquez, y otros altos cargos de la Xunta y ayuntamientos de Rois y Padrón, además de representantes del Cermi y del tercer sector.

Personas afiliadas y trabajadoras que se jubilaron o alcanzaron la condición de pensionistas el último año, y alumnado que concluyó estudios, recibieron distinciones y diplomas.

En Galicia se atendieron este curso 361 estudiantes con discapacidad visual, 40 de ellos en enseñanzas universitarias

La voz de Galicia