La delegada territorial de la Xunta en Pontevedra, Luisa Piñeiro, realiza una visita institucional a Pontecesures.

La delegada territorial de la Xunta en Pontevedra, Luisa Piñeiro, continúa la ronda de visitas institucionales, y el miércoles mantuvo un encuentro con el alcalde de Pontecesures, Juan Manuel Vidal Seage, con el que analizó las principales preocupaciones del municipio en relación a la actividad de la administración autonómica.

Juan Manuel Vidal Seage trasladó a Luisa Piñeiro la situación actual del ayuntamiento, en especial, la preocupación del equipo de gobierno por la necesidad de completar la separación de pluviales y fecales del municipio de cara a reducir el impacto de los vertidos en la ría.

Cuestiones relativas a patrimonio, a medio rural, así como a la construcción de un pantalán de pasaje en el río y la mejora del club náutico de Pontecesures también se pusieron sobre la mesa en una reunión en la que el regidor agradeció a Luisa Piñeiro su visita y destacó su carácter municipalista, al proceder de una alcaldía de un pueblo del rural, lo que, en su opinión, facilita el conocimiento de las necesidades de los pequeños ayuntamientos.

Finalmente, el regidor también trasladó a la nueva delegada territorial la necesidad de que se agilicen los trámites para la construcción de un nuevo centro social para el municipio, una obra que, según Juan Manuel Vidal, es de vital importancia para el pueblo y que ya había sido comprometida por la administración autonómica en el pasado siempre y cuando el ayuntamiento pusiese a disposición los terrenos idóneos.

O cesureño Xavier Senín membro da Real Academia Galega.

O pleno da Real Academia Galega nomeou a Xavier Senín (Pontecesures, 1949) membro correspondente da Real Academia Galega na sesión celebrada esta mañá na Coruña. O filólogo é unha das figuras máis destacadas na tradución ao galego, con máis de cento cincuenta volumes publicados en numerosas editoriais. Entre eles destacan unha morea de títulos de gran popularidade entre o público infantil e xuvenil, como os álbums de Astérix, e clásicos como ‘O enxeñoso fidalgo don Quixote da Mancha’, como membro do equipo de tradución da edición saída do prelo de Xuntanza Editorial en 1990. Xavier Senín exerceu ademais un apoio decidido ao libro galego como subdirector xeral do Libro e Promoción Cultural da Xunta de Galicia entre 1987 e 2006.O novo académico correspondente licenciouse en 1975 en Filosofía e Letras, Sección de Filoloxía Moderna, Subsección de francés pola Universidade de Santiago de Compostela. En 1976 comezou a exercer como docente de secundaria e foi catedrático de instituto da materia de Francés dende 1981, aínda que sempre lle prestou atención ao galego tamén dende a didáctica. Foi docente dos primeiros cursos de lingua e cultura galegas tras a recuperación da democracia, coordinador dos libros de texto de lingua galega de EXB de Ediciones SM e autor de ‘Lingua Galega 1º de BUP’ e ‘Galego 2º de BUP’ de Edicións Xerais de Galicia.Como tradutor, Xavier Senín ocupa un espazo de relevancia tanto pola cantidade como pola calidade das súas achegas. Foi ademais impulsor e presidente da Asociación de Tradutores Galegos (ATG), creada en 1985 para potenciar a tradución ao galego como ferramenta de normalización lingüística; e redactor responsable da edición galega d’O Correo da Unesco dende a súa aparición en 1989 ata 2001. Moitos dos títulos que levou á lingua galega están dirixidos ao público máis novo, sempre no centro da súa atención, un interese que o levou tamén a asumir a presidencia da Organización Española do Libro Infantil e Xuvenil (1998-2001).Xavier Senín verteu ao galego a primeira e única novela en castelán da súa amiga María Victoria Moreno, ‘Alcores de Donalvar’ (1969), publicada baixo o título ‘Onde o aire non era brisa’ (2009). Co gallo do Día das Letras Galegas que a Academia lle dedicou á autora, o académico correspondente escribiu canda Isabel Soto ‘María Victoria Moreno. Sementadora de futuro’.

Real Academia Galega

A Guarda, Lalín y Pontecesures, concellos de Pontevedra con más viviendas vacías.

La Galicia vacía lo es cada vez más. Y las previsiones para los próximos años no son nada halagüeñas ya que la comunidad seguirá perdiendo población, hasta caer a niveles de la posguerra: apenas 2,5 millones de habitantes en 2035. La radiografía del parque de viviendas vacías a día de hoy refleja la sangría demográfica que asola a un territorio cada vez más envejecido y que pese al impulso de medidas fiscales desde la Xunta no se ha logrado el objetivo de revitalizar el rural captando a población debido a la falta de empleo con el que dinamizar los pequeños ayuntamientos. Galicia es la comunidad con el mayor porcentaje de casas y pisos desocupados: casi dos de cada diez no tienen morador alguno. Son un total de 299.301 los inmuebles vacíos en la comunidad de los más de 1,6 millones de viviendas registradas en el Catastro, lo que supone un 18,6%, cinco puntos por encima de la media nacional (13,7%).

Así lo recoge la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) en un informe en el que analiza el parque de viviendas vacías en cada concello y en las 53 comarcas de la comunidad. Los municipios de Pontevedra son junto con los de A Coruña los que presentan la tasa más baja de desuso, con apenas un 16% y un 18,5%, respectivamente. En el caso de Pontevedra, A Guarda (28,3%), Lalín (28,2%) y Pontecesures (27,3%), son los que presentan niveles más altos de residencias sin ocupar.

En 62 ayuntamientos gallegos -16 en la provincia de A Coruña, 9 en Lugo, 33 en Ourense y 4 en Pontevedra- el porcentaje de inmuebles desocupados supera el 25%. O lo que es lo mismo, en el 20% de los municipios tiene al menos una de cada cuatro viviendas con las persianas bajadas y las puertas cerradas todo el año. Y con una tasa de desuso por encima del 30% hay 19 concellos: Carnota, Cedeira, Malpica, Camariñas, Cariño Cee y Mañón, en A Coruña; Foz, en Lugo; A Porqueira, Castrelo do Val, Melón, Ramirás, Rairiz de Veiga, Carballeda de Avia, Maside, Laza, Celanova, San Cibrao das Viñas y Avión, en Ourense. A la cabeza de este ranking autonómico, se coloca A Porqueira, con un 40,6% de pisos sin morador.

En el extremo opuesto, 32 ayuntamientos con menos del 10% de pisos y casas vacíos: diez en en Pontevedra (Mos, Covelo, Tomiño, Crecente, Meis, Valga, Campo Lameiro, Cerdedo, Cotobade, Oia y Vilanova), ocho en A Coruña (Dodro, Dumbría, Boimorto, Touro, Rois, A Baña, Coirós y Toques), otros ocho en Lugo (Folgoso do Courel, Guntín, O Páramo, Láncara, Outeiro de Rei, Navia de Suarna, O Corgo y Begonte) y seis en Ourense (Muíños, Vilar de Santo, Verea, Larouco, Padrenda y O Bolo). Lideran esta lista Dodro (0,68%), Dumbría (1,87%) y Mos (2,66%)

De las cuatro provincias, Ourense concentra el porcentaje más alto de viviendas vacías no solo de Galicia sino de toda España (22,7%, con casi 56.000 de un parque de poco más de 246.000 inmuebles). Le sigue Lugo con un 20,1% (más de 45.000 de algo más de 224.000). Y finalmente las provincias que concentran más población: A Coruña, con un 18,5% de inmuebles sin inquilino (poco más de 120.000 de las cerca de 647.000 registradas) y Pontevedra, con apenas un 16% (más de 78.000 de casi 489.000).

De las siete ciudades, solo Vigo y A Coruña presentan una tasa de viviendas vacías por debajo de la media, con un 12,9% y 14,2%, respectivamente. En el extremo opuesto están Ourense y Lugo, con un porcentaje de inmuebles en desuso del 21,7% y 20,7%. En conjunto, las siete ciudades gallegas suman 89.518 pisos y casas desocupadas, el 16,46% de un parque inmobiliario que supera las 543.000 viviendas.

Faro de Vigo

Lo que hace Renfe, incomprensible e indigno.

Resume perfectamente Beatriz Pino el fraude que Renfe está perpetrando contra Galicia, con la disculpa del impacto del covid: “Es indecente que piense más en el dinero que en los ciudadanos”. Coincide la coordinadora de Cs con las denuncias reiteradas de la conselleira Ethel Vázquez: ambas reivindican que el servicio público y el derecho a la movilidad deben estar siempre –más todavía en situaciones tan delicadas como las de esta brutal pandemia, subrayamos nosotros– por delante de las consideraciones económicas. Por eso, entendemos que ha llegado el momento de que los tres grupos parlamentarios del Pazo do Hórreo alcen sus voces al unísono y, en línea con la Xunta, presionen a Renfe para que garantice un servicio de calidad a sus usuarios y frene en seco sus inaceptables previsiones de no restaurar inmediatamente las frecuencias ferroviarias anteriores al estado de alarma y, peor aún, de consumar más recortes de trenes en 2021. Lo que hace la operadora pública es, tiene razón Beatriz Pino, incomprensible e indigno. Incomprensible porque, finalizado el confinamiento, ni los convoyes de alta velocidad ni los de cercanías han recuperado sus frecuencias. Indigno porque Renfe se ríe de los gallegos, echa más leña al fuego iniciando el cierre de sus puntos de venta presencial de billetes en las estaciones con menos viajeros y vincula una hipotética recuperación de frecuencias a que se generalice la vacuna anticovid, se frene el descenso de usuarios y se estabilice el PIB. En pocas palabras, la operadora poco menos que se cruza de brazos, da carpetazo sin sonrojarse a la riada de quejas tramitadas por la Xunta, renuncia a buscar soluciones, hace dejación de sus responsabilidades como servicio público y complica la supervivencia de muchos concellos gallegos, a los que condena a un letal aislamiento. Renfe se olvida de que se financia con los impuestos de los españoles, y de que en modo alguno puede afrontar las crisis con la hoja de ruta que sigue la empresa privada. Mucho menos puede hacer oídos sordos a las quejas oficiales del Gobierno de Feijóo y al creciente malestar de la sociedad. El presidente de la operadora, Isaías Táboas, no puede pretender despachar las cartas de la conselleira de Infraestruturas con la disculpa de mal pagador de que los servicios “se adaptan a la demanda real”. No puede mirar hacia otro lado cuando Ethel Vázquez, que siempre habla clarito, pone el dedo en la llaga: “No es admisible que la crisis sanitaria sea usada como excusa”. Ni más ni menos.

Editorial de El Correo Gallego

Renfe maneja previsiones para seguir con los recortes de trenes en el 2021

Fía a la generalización de la vacuna la normalización de las frecuencias

El punto de vista estrictamente empresarial -aunque Renfe sea una operadora pública- y la idea de servicio público son a menudo conceptos incompatibles. La prueba es la contestación social y política que está teniendo en casi todas las esquinas del país el recorte de trenes decidido por la cúpula de la compañía alegando una baja demanda. El argumento se basa en que el gasto de poner un tren en marcha -peajes a pagar al ADIF, combustible o energía eléctrica, personal…- no sería recuperado si el tren no llega a un umbral mínimo de viajeros. Por contra, desde poderes públicos como la Xunta se recuerda que el servicio público y el derecho a la movilidad estarían por encima de estas variables económicas.

En este conflicto de intereses se mueve la polémica sobre la lenta recuperación de los servicios ferroviarios tras el estado de alarma, que se quedaron, con variaciones al alza o a la baja, en el 50 % de las frecuencias. Y aunque el mantra oficial de Renfe es que los trenes se irán recuperando a medida que se normalice la demanda o se registren picos puntuales, parece que las previsiones de Renfe se inclinan por que esta situación durará durante buena parte del 2021.

Esta es la conclusión que se desprende de la contestación de la Gerencia de Atención al Cliente de la operadora ante una pregunta sobre la recuperación de frecuencias perdidas que formuló la Asociación de Usuarios del AVE de Valladolid, un grupo de personas que utilizan todos los días, por motivos laborales, la línea de alta velocidad compartida con Galicia y que se organizaron para defender sus intereses frente a lo que consideran una «errática» política comercial de Renfe. https://aeaaeebd9b03e01784f87a8c4216fd56.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html

Los estudios de la operadora

En la contestación, la compañía aduce que la «casi totalidad de los estudios que estamos realizando señalan que se va a producir, por lo menos en el 2020 y en el 2021, un importante descenso del número de viajeros». Y explican este escenario en el «impacto de la bajada del PIB, el aumento del teletrabajo y otras causas, como puede ser la preferencia por el vehículo privado a la hora de hacer desplazamientos de ocio, al menos hasta que haya una vacuna o tratamiento».

Añaden que, «como no puede ser de otra manera, [Renfe] va a ir reponiendo toda la oferta comercial que la nueva demanda requiera», aunque en ningún momento se refieren a recuperar toda la oferta de trenes anterior a la pandemia. También equiparan la estrategia de Renfe en la actualidad al «resto de operadores de transporte de Europa (ya sea de carretera, ferrocarril o aéreos, tanto públicos como privados), que «están a la espera de ver cómo evoluciona la demanda en el futuro inmediato, es decir, cómo van a reaccionar los ciudadanos respecto a la tendencia a viajar».

Un Alvia circulando por el trazado urbano de Ourense que está siendo adaptado a la alta velocidad

Lo curioso es que esta respuesta a este grupo de clientes es mucho más explícita y ofrece más datos sobre la estrategia empresarial de Renfe en este contexto de pandemia que las contestaciones a las preguntas parlamentarias -muchas en los últimos días- que se van acumulando en el Registro del Congreso. En ellas, el Gobierno -con la información que le proporciona la operadora- explica que cada frecuencia se adapta «a la demanda real detectada en cada corredor», y se hace referencia a los seguimientos que se realizan para detectarla, como el estudio de la compra anticipada. En estas respuestas no hay ni una sola mención a los estudios que prolongan la situación hasta el 2021 y, en cambio, sí hay referencias a recuperar la oferta previa al estado de alarma: «El Gobierno confía en poder completar la restitución de la oferta en el plazo más breve posible». Todas están escritas sobre el mismo patrón.

Carlos Perfecto, portavoz de la Asociación de Usuarios del AVE de Valladolid, cree que Renfe, con su respuesta, «parece que nos invitan a que utilicemos el coche privado ante la falta de frecuencias». Le parece grave que la empresa «no busque soluciones ante esta situación y prefiere esperar a que llegue la normalidad», asegura, y recuerda que se trata de un servicio público «que estamos pagando con nuestros impuestos». ¿Es el ciudadano el que debe tomar la iniciativa o es Renfe la que debe adelantarse para garantizarle un servicio público?», se pregunta.

La Voz de Galicia