Cesures
Todo el mundo sabía que Santiago Nasar, el protagonista de «Crónica de una muerte anunciada», iba a morir, excepto él. En la provincia de Pontevedra todo el mundo sabía que Luis Sabariz jamás apoyaría a Angueira para que el nacionalista repitiese como alcalde de Pontecesures. Todos, parece, menos el PSOE.
Se olvidaron los jefazos socialistas de que Sabariz es un seguro de vida, No para ellos, ni mucho menos para el BNG, sino para los periodistas. Fue el único que no defraudó. Se habían repartido los efectivos por aquí y allá por los plenos de la provincia: Vilaboa, Moraña.. todo tranquilo. ¿Quién se llevó el titular? Pontecesures. Porque el PSOE decidió que ya estaba bien de tanta suerte, tanto viento en las velas y jugó a la ruleta rusa colocando a Sabariz de candidato. Cualquiera que hubiese seguido sus encontronazos con Angueira durante los últimos años se habría dado cuenta que, a su lado, Poceiro y Míguez eran íntimos en Villalaba. El resultado es ahora una alcaldesa que consiguió 200 votos en las elecciones. Un panorama que rebosa legitimidad por los cuatro costados, chico. Y la culpa, la verdad, no la tiene Sabariz, sino el PSOE, que debió de pensar por alguna iluminación divina que su candidato podía cambiar. Aplastante, demoledor, es el argumento del coordinador comaracla, Juan Froján, que se agarra a los resultados del 27-M y recuerda que el partido consiguió los mejores números desde 1991. «supoñiamos que nos colocaría a outra persoa na alcaldía» se disculpa. Sabariz dice que que ya se lo había anunciado al partido cuando lo eligieron candidato. No hacía falta avisar, hombre, sólo había que mirar el curriculum y sumar más de dos. Lo demás, lo que ha venido después, ha sido una película con final previsible, una crónica de un fraude anunciado.
Artículo «Perdiendo el norte» en el Diario de Pontevedra de 18/06/07
0 comentarios