Empeño social por el cercanías.
Puede que sea por seguir el viejo consejo de nuestro refranero de que el miedo guarda la viña y que alguna lección positiva había que sacar de las elecciones autonómicas del pasado mes de marzo. Pero el hecho constatable y cierto es que frente a las, no muy lejanas en el tiempo, actitudes prepotentes rayanas en lo chulesco a la hora de mantener criterios de poder contra todo uso y razón, el nuevo Gobierno gallego apura los intentos de acompasar su paso al de la sociedad y se muestra más receptivo hacia aquello que en la calle es clamor.
Y entre otras varias demandas, no es menor la que intenta la puesta en marcha de un servicio de transporte ferroviario de cercanías entre pueblos que a lo largo de décadas han vivido unidos entre sí gracias a esos caminos de hierro, como el caso de Santiago y Vilagarcía aviva en la memoria de muchos vecinos y estudiantes.
Por eso hay que saludar muy favorablemente el anuncio de la consellería de Infraestructuras de que no permitirá el desmanatelamiento de un solo metro de vieja vía ferroviaria y que agilizará los trámites para urgir a Madrid la transferencia de las competencias concretas en este campo, a fin de pergeñar un ente ferroviario que dé forma definitiva a esa vieja ambición de contar con trenes de cercanías no sólo en las vías que el AVE deja obsoletas, sino con nuevos trazados como podría ser, a título ejemplificador, la unión de la capital de Galicia con su aeropuerto.
Cierto es que en esa vieja demanda, como siempre ocurre, hay personas e instituciones (los Amigos del Ferrocarril en este caso con Carlos Abellán al frente) que actúan como abanderados de ese sentir social de poner en tren en valor. Pero no lo es menos que el proyecto consigue adhesiones inquebrantables y ninguna voz en contra porque todos percibimos sus inmensas posibilidades de propiciar un transporte más ágil, limpio y eficaz.
Además de la favorable disposición del Gobierno autonómico, hay precedentes que favorecen la viabilidad del proyecto, como representa la reciente transferencia por el Gobierno de Madrid a Cataluña de su red de cercanías.
Un tercer valor a tener en cuenta es la oportunidad que representa que sea el ministro José Blanco el que tenga que informar la decisión a sus compañeros del Consejo de Ministros. Desde su ascenso a la cartera ministerial, José Blanco se ha mostrado como un principal abanderado de las demandas sociales de esta que es su tierra. Así pues, manos a la obra.
Carta de Juan Salgado, director de TIERRAS DE SANTIAGO, 23/06/09
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