La hojarasca de los eucaliptos afecta negativamente a la vida fluvial
Pierden más hojas en verano, cuando los ríos van bajos, a diferencia de los caducifolios, que las pierden en otoño
Los efectos del eucalipto sobre el medio natural siguen acaparando estudios y, si hace unos meses un grupo de [photopress:g31p34f1.jpg,full,pp_empty]investigadores de las universidades de Santiago y Vigo alertaban de su grave impacto sobre las aguas superficiales y subterráneas, en especial cuando se plantan en las cuencas altas de los ríos, ahora científicos vascos aportan sus conclusiones sobre la propia ecología de los ríos cuando los eucaliptales sustituyen a otra vegetación. Tras 20 años estudiando cursos fluviales, concluyen que la hojarasca del eucalipto puede tener efectos negativos sobre el desarrollo de algunos organismos, tanto por su propia composición como por la cantidad y momento en que llega al agua.
El departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad del País Vasco comprobó que los ríos con un determinado entorno geográfico donde crece la vegetación natural de ribera poseen organismos habituados a consumir hojarasca de bosques caducifolios, pero, cuando esa vegetación se sustituye por plantaciones exóticas, cambia la calidad y cantidad de la materia orgánica que utiliza la comunidad fluvial.
Jesús Pozo, Ana Basaguren, Javier Pérez, Aingeru Martínez y Aitor Larrañaga aseguran que para medir el estado de una masa de agua, para comprobar el estado ecológico del río, ya no basta con ver la presencia o ausencia de determinados bichos, sino también saber lo que hacen, si los procesos del río funcionan adecuadamente. Y como la descomposición de hojarasca es la fuente energética de los arroyos que drenan las cuencas forestales, han observado que el eucalipto pierde más cantidad de hoja en verano, coincidiendo con la época de menor caudal. Por eso gran cantidad de ese material queda depositado en el río, al contrario de lo que ocurre con los bosques autóctonos, que pierden mucha más hoja, pero durante el otoño e invierno, cuando los caudales son grandes y arrastran gran parte del follaje.
«Así, a pesar de que la hojarasca del eucalipto presenta problemas de menor descomposición inicial, esto es, menor consumo por los organismos hasta que se eliminan los componentes fenólicos, el grupo de investigación ha concluido que dichos materiales tienden a ser utilizados en los ríos tanto como los de las caducifolias», señalan. La presencia de esos productos, como los polifenoles, pueden tener efectos negativos en el desarrollo de ciertos organismos fluviales, pero las hojas al contacto con el agua pierden rápidamente su toxicidad, aseguran. Sobre el efecto de la hojarasca sobre suelos del suroeste de la Península ya había profundizado a mediados de los años ochenta la investigadora Domínguez de Juan, que concluyó que tras la descomposición de sus hojas hay mayor contenido de bases en eucaliptales que en alcornocales, encinares y pinares. La hoja del eucalipto se descomponía antes que la del alcornoque y los valores de pH eran más altos.
Cultivo controvertido
Los impactos ecológicos y sociales de las plantaciones de eucaliptos han generado controversia científica. Tras su domesticación y plantación masiva en Galicia, donde aporta cada año más de tres millones de metros cúbicos de madera y un movimiento económico notable, también se ha tratado de estudiar su impacto sobre el sistema hidrológico. El estudio gallego dirigido por el catedrático de Edafología Francisco Díaz-Fierros incidía en que los eucaliptales pueden reducir el caudal de algunos ríos en un 60% o incluso llegar a secar arroyos durante el verano. Analizaba la situación con la perspectiva de una reducción futura de precipitaciones, a causa del cambio climático, y la influencia del comportamiento hídrico del eucalipto respecto a otras especies. Más temperatura y evotranspiración del agua reducirían el recurso.
No obstante, el doctor de la Universidade de Vigo y director de la asociación Monte Industria, Juan Picos, opina que «con el eucalipto se suele ser muy maximalista, y todo es relativo, no es un problema de especie forestal, sino del espécimen que hace las plantaciones, y a veces hay malas prácticas con el eucalipto y otros árboles».
- Autor:
- Xavier Lombardero
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