El «caso Posse» es una vergüenza».
Lo que ha pasado con el caso de Mari Luz Posse, la mujer asesinada a tiros en el cuartel de la Guardia Civil de Cambados por su ex novio, uno de los agentes, es una vergüenza. Simplemente. Da vergüenza que este asunto llevase dos años y pico parado cuando el acusado, Jaime Maiz Sanmartín, reconoció los hechos y además hay testigos. No parece que haya mucho que investigar, la verdad. Da vergüenza que una ciudadana fuese asesinada dentro de una instalación policial cuando iba a poner una denuncia. ¿Qué clase de seguridad tenemos? Da vergüenza que un error de una jueza propicie que, por presentar un día tarde la petición de prórroga de la prisión preventiva, el presunto asesino salga a la calle. Y lo que más vergüenza da es que desde las altas instancias judiciales se diga que no ha habido un error y se nos intente convencer de que se trata de una diferencia de interpretación en el plazo. ¿Qué plazo, el que obliga a la jueza a resolver? Se pueden interpretar las dudas de derecho, pero nunca es interpretable tal demora sin justificación. También da vergüenza tanto corporativismo y que no se hable de tantos asuntos que duermen el sueño de los justos en los juzgados. Y es una vergüenza que haya tan poco respeto con la memoria de Mari Luz Posse.
Columna «Entre Líneas», por Xurxo Melchor.
LA VOZ DE GALICIA, 05/02/10
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