En el piso en el que vivía antes de mudarme tenía Wifi gratis. Me la subvencionaba un vecino desconocido, muy amable él, y la verdad es que era casi lo mejor de aquella casa en la que pasé algunos de los momentos más felices de mi vida. Y no gracias al Wifi. Pero ayudaba. Tener conexión con Internet es hoy en día muy importante. La pantalla del ordenador es una ventana desde la que te puedes colar en medio mundo con un solo clic en el botón izquierdo del ratón. No saber informática o no comprender las posibilidades de la Red es, sin exagerar, una forma de analfabetismo. Y en un futuro no muy lejano será casi como no saber leer o escribir. De ahí que me parezca que hacen muy bien los concellos que, como A Illa o Meaño, han decidido dedicar parte de sus planes E a la creación de redes Wifi municipales y gratuitas. En otros ayuntamientos se han puesto aceras, rotondas o parques infantiles. Algunas de estas obras, como las de Rey Daviña en Vilagarcía, sí son una buena elección. Pero hay tanta obra tonta financiada con los cuartos de todos que es como para plantearse algunas cosas. Invertir en Wifi gratis para los vecinos es invertir en su futuro. En el de todos. La pregunta es cómo algo tan básico, útil y necesario sigue siendo tan caro.
Columna “Entre líneas”, Xurxo Melchor
LA VOZ DE GALICIA, 12/02/10