Los niños de la «naturescola» da Ponte cuidan su entorno.
El colegio padronés aprovecha su segunda participación en el proyecto ambiental para preservar la naturaleza que lo rodea
La participación por segundo año de la escuela de educación infantil padronesa de A Ponte en el programa medioambiental Voz Natura (que cuenta con el patrocinio de las consellerías de Medio Ambiente y do Medio Rural, además de la Diputación de A Coruña, Leche Celta, Cabreiroá, la Fundación Gómez Franqueira y Sogarisa) le sirvió para avanzar en su proyecto titulado la Naturescola, dirigido a que los niños aprendan a valorar su entorno más próximo, a cuidarlo y a mantenerlo. En ese proyecto se enmarca, además, la instalación de un pequeño estanque en el jardín del centro, que ayer recibió a sus inquilinos: varios peces que fueron depositados en el agua por los propios alumnos, con la ayuda de la profesora Ariana Rodríguez. Previamente, un jardinero del Ayuntamiento concluyó los preparativos para que al estanque no le faltara de nada. Y, con los peces en el agua, llegó la hora de echarles de comer y de ir pensando quién los va a cuidar cuando finalice el curso, en los meses de verano, para lo que la profesora ya apuntó la posibilidad de que haya alguna persona voluntaria de la aldea o de que se hagan turnos.
Para los trece niños, de entre 3 y 5 años, fue todo un momento de emoción viendo los peces y, en algún caso, metiendo la mano en el agua, hasta el punto de que alguno corrió el riesgo de caerse dentro del estanco, como le advirtió la profesora y los padres que asistieron a la actividad de cierre del proyecto de Voz Natura de esta edición. Ariana Rodríguez ya tiene en mente la idea del próximo año: una pequeña huerta en la que los niños puedan plantar y cuidar hortalizas y verduras propias de la zona. Con ello, se familiarizarán más con las labores de la tierra, algo que iniciaron el curso pasado con la plantación de una vid que ahora cuidan. El proyecto de Voz Natura también creó en esta escuela una figura curiosa: la del cuidador verde. Cada semana, uno de los alumnos se convierte en dicho personaje y se encarga de vigilar las plantas, de ver cómo crecen y de organizar el reparto de las regaderas para echarles agua, entre otras tareas.
LA VOZ DE GALICIA, 12/05/10
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