Una garantía de calidad que invalida «copias».
Han tenido que pasar cinco años para que los productores de Herbón lograsen al fin la tan merecida Denominación de Origen Protegida e indicación geográfica protegida para que su producto estrella, el pimiento de Herbón, llegue a manos de los consumidores con las máximas garantías y eluda imitaciones y sucedáneos. Herbón perdió una batalla hace mucho tiempo, la de registrar la marca pimiento de Padrón, pero ha ganado definitivamente la guerra a las copias baratas que llegan de Marruecos, Levante o la zona sur de Galicia, entre otros, y que pretenden ofrecer las mismas cualidades en épocas en las que el auténtico y genuino pimiento de Herbón ni se huele, ni se cultiva.
Ya denunciamos en reiteradas ocasiones desde las páginas de este semanario y de su hermano mayor, EL CORREO GALLEGO, los fraudes al consumidor con la marca pimiento de Padrón, cuando allá por el mes de diciembre aparecen copias baratas de este producto en las estanterías de los supermercados, llevando a confusión. A mi personalmente esto me pone del hígado. A los que andamos en estos lares, no nos pueden vender gato por liebre porque sabemos que los verdaderos pimientos de Herbón-Padrón, especialmente los de alta calidad, se cultivan en un periodo relativamente corto (de mayo a septiembre, alguno puede llegar a noviembre). Por eso, el recién estrenado carné de calidad de la Unión Europea revitalizará a un producto, el de Herbón, cuidado con mino y esmero. La DOP blinda al pimiento de Herbón frente a copias baratas que ni tienen el mismo sabor, ni olor, ni color. De eso saben bien los que a diario se dedican a su cultivo. Y suscribo lo dicho por el pregonero de la XXII Festa do Pemento de Herbón, Salvador Fernández Moreda, que los pimientos padroneses son un producto exclusivo que se selecciona con los cinco sentidos. Ahora toca cuidar la DOP y unir esfuerzos.
El Cajón de Pandora. Cristina Botrán
TIERRAS DE SANTIAGO, 10/08/10
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