Los peatones siguen cruzando las vías del tren en el paso a nivel central de Pontecesures.
¿Imprudencia o temeridad?. Esa es la pregunta que puede hacerse cualquiera si observa los que ocurre en varios pasos a nivel, con o sin barreras. En ocasiones, cuando el tren es inminente hay quien se juega la vida para ganar apenas un par de segundos y cruzar un poco antes que los demás.
Es cierto que a veces fallan las barreras, que los maquinistas pueden cometer errores humanos o que los pasos a nivel sin ningún tipo de protección o señalización son un peligro constante. Pero también lo es que en otras ocasiones no hay medida de prevención que valga, pues los peatones las desatienden por completo. Puede comprobarse, por ejemplo, en un paso a nivel tan importante y transitado como el del centro de Pontecesures.
El tren atraviesa lo que puede considerarse una de las arterias viarias principales de la localidad, y en ocasiones los hace a una velocidad considerable. El paso está bien protegido, o eso parece, pero es demasiado frecuente ver como los peatones, y en ocasiones incluso algún vehículo a motor, se salta todas las normas.
Hace días, por ejemplo, se comprobó como un grupo de jóvenes atravesaba el paso a nivel cuando las bareras estaban bajas y todos los semáforos en rojo, tanto para evitar el paso de personas como de vehículos. Aquellos ciudadanos cruzaron apenas unos segundos antes de que llegara el tren.
Alguien puede decir que hay visibilidad suficiente, y que si el convoy estaba aún en la estación cesureña hay tiempo suficiente para reaccionar, e incluso para cruzar antes de que llegue. Pero las normas están para ser cumplidas, y las señales, para ser respetadas.
FARO DE VIGO, 26/09/10
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