El propietario de la cestería de Padrón muestra el lugar por el que un individuo entró a robar a su tienda.
Policía Local, Guardia Civil y Concello se reúnen para decidir posibles medidas para atajar la oleada de robos
Los pequeños robos o hurtos no cesan en Padrón, villa en la que el pequeño comercio se ve especialmente afectado aunque la alarma y el malestar se extiende poco a poco entre comerciantes y vecinos. Tanto es así que Policía Local, Guardia Civil y gobierno municipal están manteniendo «reuniones de seguridad» para decidir qué tipo de medidas se pueden adoptar para tratar de atajar una oleada de pequeños robos, la mayor parte cometidos con el mismo modus operandi y a menudo a plena luz del día.
Los últimos se remontan a la madrugada del domingo, cuando fue asaltada por segunda vez en una semana una cestería de la avenida de Compostela, en plena carretera N-550. El sábado anterior, los ladrones también entraron en este mismo negocio. En ambos casos lo hicieron por el panel inferior de la puerta, que sacaron para colarse en el interior del local comercial. Su titular, Santiago Cajaraville, dijo ayer que ya reforzó la puerta.
Una vez más, los robos tenían un único fin: dinero en metálico. En el caso de la cestería, se llevaron en torno a 300 euros en los dos hurtos. En la madrugada del domingo «casi o pillan», cuenta su propietario. Una llamada de teléfono permitió a la Policía Local y a la Guardia Civil movilizarse, pero el ladrón (al parecer era una única persona) se fue al almacén de la tienda donde sacó una uralita del tejado para, finalmente, escapar.
«Se as forzas de seguridade non toman medidas, imos estar toda a vida así», opinaba ayer Santiago Cajaraville, a menos, añadía el propietario de la cestería, que «as tomemos nós», en alusión a la posibilidad de hacer «patrullas nocturnas» para vigilar, tal y como hablaron varios de los afectados por los robos. Por el momento, la medida que ha adoptado este comerciante y que le aconseja a los demás es «reforzar» las medidas de seguridad de los comercios.
Otros establecimientos afectados en la última semana son una tienda de ropa y otra de productos congelados. En la primera de ellas entraron a mediodía del pasado martes, después de las dos y media de la tarde. Al parecer, fueron dos individuos, uno de ellos un conocido delincuente habitual que tiene más de una veintena de causas pendientes y al que la mayor parte de los comercios apuntan como autor de los últimos robos. En la tienda de ropa saltó la alarma pero, pese a ello, no desistieron de su intento. Levantaron la reja, pinzaron la puerta de cristal y se fueron directamente a la caja del dinero, de la que se llevaron la recaudación de la mañana. Una vecina de la zona, que dio el aviso, vio salir a los dos individuos, «tan tranquilos», según le contó a la dependienta de la tienda.
LA VOZ DE GALICIA, 07/07/10