Duelo de lampreas en Cambados.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

De izquierda a derecha, Antonio Botana y Yayo Daporta con las lampreas que cocinaron.

Se dice que las mejores lampreas son las que se preparan en las orillas del Ulla. No en vano, es en este río donde se pescan estos preciados ejemplares. Sin embargo, dos cambadeses reivindican, desde hace tiempo, el buen hacer en la cocina de la lamprea. Se trata de Yayo Daporta, propietario del restaurante del mismo nombre, y Antonio Botana, dueño del Pandemonium. Hace ya años que estos dos cocineros se dan cita ante un nutrido y glotón grupo de amigos para someterse a su dictamen sobre quién tiene la mejor mano a la hora de cocinar la lamprea. Es ya un duelo anual, que no siempre tiene vencedor. Y es que en esta ocasión ambos demostraron que la experiencia es un grado.
T odo empezó hace ahora cuatro años. Con sus dos restaurantes recién abiertos, sus amigos los retaron a que no eran capaces de preparar una buena lamprea. Ambos se pusieron manos a la obra pero, en esta primera edición, ninguno de los dos resultó ganador. Entonces, la mejor pieza la preparó Pilar, cocinera del bar Silva de Cambados, aunque las lampreas elaboradas por los dos cocineros lograron también conquistar los paladares de los comensales. En las siguientes ediciones, las preparaciones fueron mejorando y, una vez uno, otra el otro, ambos cosecharon triunfos por igual. El duelo volvió a repetirse esta semana pero, en esta ocasión, no hubo un claro triunfador.
3 Fue el pasado lunes cuando Daporta y Botana reeditaron el reto de las lampreas. Lo hicieron ante un nutrido grupo de amigos, que se dio cita en el pazo de Quintanilla. Para la ocasión se prepararon seis piezas del Ulla, pues la lista de comensales se preveía que iba a llegar a la veintena. Aunque el plato fuerte era la lamprea, el menú incluyó también unos mejillones al vapor y un lechazo, del que todos los presentes dieron buena cuenta. La comida comenzó más bien tarde. Cada uno de los cocineros tenía la misión de preparar tres ejemplares, que cocinaron a la bordelesa, siguiendo la forma tradicional. Se trataba de lampreas del Ulla. Cada ración se sirvió con su correspondiente arroz blanco y con sus picatostes, como manda la tradición. Y los comensales estuvieron de acuerdo en que era casi imposible elegir a un ganador de este ya tradicional duelo. Las seis lampreas estaban en su punto justo de cocción y con una salsa de esas en las que merece la pena mojar pan. Prueba de ello es que de esas dos cazuelas que se ven llenas de lamprea en la imagen no quedó ni la muestra. Incluso hubo alguno que se quejó de que había sabido a poco. Por supuesto que la comida fue una excusa para disfrutar de una tarde en la que no faltaron las risas y el buen humor. Habrá que esperar al año que viene para ver si entonces hay un ganador claro. Porque ambos prometieron que el duelo, tendrá una siguiente edición.

LA VOZ DE GALICIA, 23/02/11


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