«Un hombre normal y una familia normal»
El vecino de Catoira detenido por cuatro presuntos atracos es muy conocido en la localidad
El catoirense C.L.G., de 42 años, es muy conocido en la localidad vikinga. Sus vecinos lo definen como «un hombre normal, de una familia normal». No obstante, otros apuntan que «su afición a las tragaperras puede ser el detonante de los robos que comete». Se trata del presunto autor de los atracos cometidos en sucursales bancarias de Caleiro (Vilanova), A Pobra, Pontecesures y Valga, por lo que fue detenido el jueves. De clase media, trabajador durante mucho tiempo como comercial o vendedor, reside con sus padres, su mujer y sus dos hijos, de corta edad.
«Va y viene», decían ayer algunos vecinos de Catoira refiriéndose a las entradas y salidas de la cárcel de C.L.G., un hombre de 42 años con antecedentes delictivos por atracos a sucursales bancarias que cumplió su última pena en 2007, y que el jueves pasado volvió a ser detenido, esta vez por su presunta relación con asaltos cometidos en Caleiro (Vilanova), A Pobra, Pontecesures y Valga.
A los vecinos catoirenses consultados ayer no parece sorprenderles demasiado la detención practicada por la Guardia Civil, aunque también es cierto que apuntan que «se trata de un hombre muy conocido y totalmente normal, salvo por su afición al juego y esos atracos, en los que suele llevarse pequeñas cantidades de dinero».
«Parece que ya está libre de nuevo después de prestar declaración en el juzgado de Caldas», apuntaba ayer otro de los catoirenses consultados.
C.L.G. fue detenido por el Grupo de Patrimonio de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil. «Entraba en las entidades bancarias en el momento de su apertura al público, camuflado con una peluca y portando bajo la cazadora un arma de fuego, y una vez dentro se dirigía al empleado de la sucursal y, tras intimidarlo con el arma que portaba, exigía que le entregara el dinero que hubiera en ese momento en caja, logrando apoderarse del dinero en efectivo y huyendo a pie», explica la Guardia Civil. Empleando ese modus operandi en los cuatro atracos consiguió un botín de unos 14.000 euros.
FARO DE VIGO, 27/02/11
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