Una padronesa halla medicinas por valor de casi 6.000 euros tiradas en una pista.
María Luisa señala el lugar en el que encontró las medicinas.
A María Luisa Rodríguez Pérez, una vecina de 43 años de Lestido, en el municipio de Padrón, no le hizo falta ir ayer a la farmacia para tener en sus manos un montón de medicinas. Tantas que daban para llenar tres cajas grandes de plástico verde, las que se encontró tiradas en la pista del canal de derivación del río Sar que discurre por la parte de atrás de su finca.
Eran cerca de las ocho y media de la mañana cuando, camino precisamente del centro de salud, María Luisa vio las cajas tiradas y los medicamentos esparcidos por el asfalto. Los volvió a meter en los recipientes que había tirados, antes de que su marido se fuera a una céntrica farmacia de la villa a preguntar si sabían algo de dichas medicinas.
En la farmacia lo instaron a denunciar los hechos en la Guardia Civil o la Policía Local y allá se fue el marido de María Luisa, Jesús González, a dar parte de lo ocurrido, en este caso en el Juzgado. Para ello se llevó los albaranes que acompañaban a cada una de las tres cajas aparecidas en el asfalto y que le sirvió a la Guardia Civil para saber que iban en una furgoneta de reparto desde Meis, en Pontevedra, A Coruña.
Localizado el conductor de la furgoneta, este se pasó por casa de María Luisa a recoger lo perdido: botes de papillas para bebés, pastillas para el dolor de cabeza, jarabes para la tos y para la fiebre, ampollas de jalea real y cepillos de dientes, entre otros productos, según recuerda la vecina de Lestido.
Servicio urgente
En total, el precio de los medicamentos que iban en las tres cajas sumaban entre 5.000 y 6.000 euros, según pudo constatar el matrimonio de Lestido en base a los albaranes y así se lo confirmó, además, el conductor de la furgoneta, que llevaba un rótulo en el que indicaba que era un «servicio urgente para farmacias y hospitales». El conductor también les explicó que normalmente circula por esas pistas del canal para ir a una farmacia situada en A Matanza, a pocos metros de donde se le cayeron las cajas. Pese a ello, a la vecina de Lestido y a su marido la historia les parece «moi rara», dicen, sobre todo porque el conductor «casi» no les dio las gracias cuando recuperó los medicamentos, que María Luisa guardó en las cajas y metió dentro de su finca. «O único que dixo é que, se pasaba algo, o seguro se facía cargo de todo», cuenta el matrimonio, que no se cree «a versión que nos deu».
LA VOZ DE GALICIA, 24/03/11
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