Un concejal de Pontecesures frustra un asalto a la casa de sus padres.
Al escuchar voces «falando noutro idioma» salió del inmueble, cogió un martillo en el garaje y pidió a los vecinos que avisasen a la Guardia Civil.
Ángel Souto, concejal del gobierno de Pontecesures, tiene la buena costumbre de visitar a diario a sus padres, que viven en Condide, una zona rural de este municipio pontevedrés. El miércoles, a eso de las siete de la tarde se acercó hasta la vivienda familiar y, mientras su padre se encontraba en la planta superior y su madre en una cocina exterior, se puso a ver un partido de balonmano «coa tele a bastante volume». Aún no habían pasado diez minutos cuando oyó voces. «Ao principio non lle din importancia», pero al percatarse de que «falaban noutro idioma», se puso alerta.
«Eran polo menos dúas persoas as que estaban na casa», relata. Ni corto ni perezoso, salió del inmueble sigilosamente, cogió un martillo en el garaje y pidió a los vecinos que avisasen a la Guardia Civil. Luego volvió a su casa, «moi preocupado polo que lle poidera pasar aos meus pais», pero estos estaban perfectamente, «non se decataran de nada e ata me preguntaron que facía co martelo». «Supoño que me viron saír e que fuxiron», relata el concejal. Lo cierto es que en la casa hubo alguien: en la planta superior una habitación apareció completamente revuelta. «Tampouco levaron nada, non lles deu tempo a atopar nada».
LA VOZ DE GALICIA, 25/01/13
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