??Unhas 40 persoas á hora veñen ver o tren. Botaron abaixo a rede de tanto subir a ela?
Sobre las 5:30 de la madrugada del lunes llegó a las instalaciones de Grúas Estación en A Escravitude la última de las estructuras que integraban el fatídico tren Alvia que descarriló el pasado miércoles en Santiago causando la muerte a 79 personas. Era la locomotora que pilotaba el maquinista ahora imputado por homicidio imprudente. Una puerta abierta permite ver desde el exterior la cabina en la que el conductor sufrió, según él mismo afirmó ante el juez, el fatal ??despiste? que habría desencadenado el accidente.
Con un furgón de la Policía Nacional siempre al lado, la máquina aguardaba en la mañana de ayer frente a la nave de la empresa fundada en Pontecesures a que, por la tarde, se acometieran los trabajos para depositarla en el interior de las instalaciones, para lo que se necesitaron dos grúas de grandes dimensiones. Más de ochenta toneladas pesa cada una de las dos locomotoras que integraban el tren. Los generadores de corriente, unas 40 toneladas y cada uno de los vagones, alrededor de 17, calcula Carlos Mosquera, copropietario de Grúas Estación junto a Santiago Montenegro. La empresa, que habitualmente realiza trabajos para Renfe, movilizó a ocho chóferes, dos gruístas y varios ayudantes para las tareas de retirada del tren de la vía y ??ADIF pideunos se podían deixar os vagóns na nave por uns 15 días? que espera no se alarguen mucho más ya que ??a empresa é para traballar? y necesitan el espacio para poder desarrollar su actividad con normalidad.
Mientras los vagones no se traladen (previsiblemente serán llevados a Valladolid) se realizarán en la explanada de Grúas Estación pesquisas policiales y técnicas que ayuden a esclarecer los motivos del accidente, confirma Mosquera, de ahí que los restos del convoy estén en todo momento custodiados por la Policía Nacional y por vigilantes de seguridad.
Pelos, sangre y restos de la estructura conforman una amalgama difícil de describir para Carlos Mosquera. ??Eu fun a velo unha vez e non quero entrar máis alí?, dice. Tiradas en algún vagón pudo ver incluso las gafas de uno de los ocupantes. Apenas quedan asientos en pie, ??só uns catro ou cinco en todo o tren?. Por eso afirma que ??non sei como tanta xente saiu viva?. En la misma explanada en la que están acopiados los vagones, también pueden verse amasijos de hierro y otros restos del tren que forman varias montañas. Destaca el color verde de los destartalados asientos del Alvia. Una imagen que no cesa de atraer a decenas de curiosos que se las ingenian para lograr la mejor perspectiva. Se suben a postes de la luz, a tolvas, incluso al techo de sus vehículos. Los conductores que circulan por la N-550 frenan para no perder detalle. ??Veñen unhas corenta persoas cada hora?, cifra Mosquera. Una red que delimita las instalaciones ??botárona abaixo de tanto subir a ela?.
DIARIO DE AROUSA, 30/07/13
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