«Esperamos que no sea necesaria otra desgracia para que la gente siga donando».
Tras la avalancha de donaciones recibidas por el CTG en las horas posteriores al accidente ferroviario en la curva de Angrois, las unidades móviles vuelven a peinar Galicia manteniendo su llamamiento a la solidaridad y una de ellas estuvo ayer en Valga. La frase de referencia es el mensaje que transmite Antonio Carcedo, responsable de Promoción del Centro de Transfusión de Galicia para garantizar que las necesidades de sangre estén cubiertas durante todo el año. Carcero no puede dejar de agradecer a la sociedad gallega su excepcional respuesta tras el siniestro del Alvia. «Esa noche se colapsaron las dependencias del CTG», tal es así, que las unidades móviles que estaban regresando de Melide y Silleda casi no pudieron estacionar en la zona. Tuvieron que solicitar la colaboración de la Policía. Y más allá de aquel día puntual, la tragedia ha hecho reflexionar a algunos ciudadanos sobre lo impotante que puede ser su sangre. En los día posteriores se alcanzaron buenos registros de donaciones: el pasado viernes llegaron a 900 y el lunes de la semana pasadda superaron las 600, manteniéndose por encima de lo que habitualmente el CTG considera «un buen día», aquel en que reciben 450 y 500 donaciones. Además, han percibido que la cifra de nuevos donantes se ha «triplicado». El objetivo ahora fidelizar a estas personas para que mantengan el hábito de donar. Al igual que la buena parte de los valgueses que ayer acudieron a la unidad móvil. Rosa Rey, Fabio González o Benedicta Blanco fueron solo un ejemplo. Aprovecha cada visita del CTG a la villa para demostrar su carácter solidario porque «non costa nada», reclaca el joven Fabio.
DIARIO DE AROUSA, 31/07/13
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