Valga reivindica la producción artesanal de caña.
Los ganadores del concurso se hicieron ayer con los diplomas que acreditan la calidad de sus productos en un acto oficial que fue seguido por numeroso público en Valga
Valga vivió ayer su tradicional fiesta veraniega en la que la elaboración de caña es la protagonista indiscutible. Los aguardenteiros locales estuvieron respaldos por colegas de profesión llegados de otros puntos de la geografía gallega, y juntos mostraron el proceso de elaboración artesanal de uno de los licores más identificativos de Galicia: la caña, compañera inseparable de un buen café y el ingrediente básico en la mítica queimada.
Pero a los cosecheros de Valga poco se les puede enseñar. Al jurado cada año le resulta más difícil elegir a los mejores, pero hubo que hacerlo y fueron galardonados dos lícores en cada una de las categorías: Blanca, hierbas y tostada.
Y tras la parte más profesional, la fiesta continuó con una comida campestre a la que se sumaron numerosos vecinos. Juegos para los más pequeños, una pequeña ruta en moto, una modesta recreación de la Batalla de Casal de Eirigo, degustaciones, espectáculos circenses, baile, teatro y muchas ganas de divertirse consiguieron que el parque Irmáns Dios Mosquera estuviera abarrotado hasta bien entrada la noche.
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