Alertan del abandono de una zona de nuevo crecimiento en Padrón.
Maleza que alcanza ventanas de trasteros y las aceras; una farola con los cables a la vista; un parque infantil descuidado y, en general, unas calles no demasiado limpias. Todo ello se puede encontrar en pleno casco urbano de Padrón, detrás del campo de fútbol, a escasos metros del centro, en las calles Vila de Rianxo y Noirmoutier que, junto con Mollet del Vallés, configuran una de las zonas nuevas de crecimiento de la capital del Sar, en la que residen muchas parejas de jóvenes y niños.
Pese a ello, más de un vecino del lugar alerta del «abandono» que se percibe en esta parte de la villa hasta el punto de que aseguran que «estamos como se non fosemos do Concello ou non pagaramos impostos». Así, en primer lugar, denuncian el estado en el que se encuentra una amplia finca que limita con dos de las calles y que está situada entre dos edificios.
La maleza invade todo el terreno con una altura que cubriría a una persona; tapa los ventanales de los trasteros de un inmueble y va camino de comerse las aceras. «Hai quen non abre as ventás por medo a que lle entre algo para dentro. Isto é un foco de infección», asegura una residente, que habla de la presencia de ratas y otros bichos, sin contar la basura que hay tirada «siempre».
Se che cae unha peza de roupa do tendal, non podes collela», pero pero el temor es que, en verano, pueda originarse un incendio «e meternos nun bo apuro a todos», señala una persona. De lado de la finca, en una de las aceras, la farola tiene una parte rota y están a la vista los cables, pese al «perigo que pode supor».
En cuanto al parque situado de lado de la guardería municipal, los residentes denuncian la presencia continua de basura, no solo en las papeleras, sino también en el suelo lo que les lleva a pensar que por allí no pasa un barrendero. «Os días de calor, cheira», señalan. El firme del parque está todo roto, con piezas que se separan y otras que se levantan, convirtiéndose en un peligro para los niños más pequeños que «enganchan cos pés e caen». El tobogán y otros aparatos de ocio están rotos o a punto de romper, con piezas «podres». «Non foi arreglado nunca», dice una vecina, que lamenta el mal estado del área infantil porque, según explica, en la zona hay muchos niños. «Parece que estamos no terceiro mundo e é unha pena porque este é un sitio moi bo e ver como está todo non anima a vir para aquí», aseguran.
La Voz de Galicia
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