Discernir lo esencial.
En Memoria de D. José Bande de Castro.
Nació para evangelizar. Con él descubrías que hay en uno algo de salvado, algo más grande y más noble de lo que pensábamos. Era su estilo de anunciar la Buena Nueva (de elevar la dignidad del hombre), la tarea más delicada que conozco, y que él hacía con una sencillez pasmosa.
Con los años, tiempos que creí malgastados tienen más luz que otros que pensé sublimes. Recuerdo los encuentros de jóvenes que convocaba.
Se colaba respetuoso y discreto por los entresijos de las confidencias, atento a comprender el sentimiento de cada persona, a abarcar el principio de cada cosa. Su abordaje era implacable cuando de trataba de enseñar a discernir lo esencial.
Le preocupaba que los seminaristas sondeasen el misterio, que los jóvenes respondiesen, disfrutaba con los niños y sabía que lo pequeño era un paso para lo grande, que lo sutil era el brote de lo obvio.
Más tarde, cuando se le asignó otra feligresía, como cerrando el ciclo de la vida, ayudaba a los mayores a sacudir la soledad.
El 11 de agosto al caer de la tarde, a los 76 años, marchó sin protestar, sin que se notara, como hacía siempre? dejándonos llenos de nostalgia y gratitud.
R.G. A Coruña
CARTAS AL DIRECTOR
El Correo Gallego
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