«Somos tres cocineras y cada una la prepara a su manera, hay algún ingrediente distinto».
Carmen Batalla tiene dominada a la lamprea. Desde su venta, su limpieza y posterior transformación en un plato en el que no existen las medias tintas. Su pesca tampoco es un misterio para ella: tanto su marido como su hija continúan con una labor a la que se dedicaron tanto sus abuelos como sus suegros. Fueron estos últimos quiénes le enseñaron a esta pescantina cesureña a preparar el plato que hoy cocinará en la Festa da Lamprea.
-No es una novata en esto de cocinar lamprea
-Cierto. Son muchos años ya. LLevo participando en la Festa da Lamprea 16 años o más. Ya ni me acuerdo. Preparándola para casa son más, unos 35 años aproximadamente, es un plato que nos gusta mucho.
-Es un pescado para el que no existen términos medios. Encanta o ni se quiere probar.
-Si gusta, gusta mucho, pero, en caso contrario, ni se prueba. Es algo que puede verse hasta en mi casa, habituada a la lamprea, donde mi hijo de 24 años no la ha querido comer nunca. No sé si es el color o la forma de culebra pero es cierto que hay a gente que le echa para atrás. No lo entiendo, el congrio también tiene esa forma pero, sin embargo, se come sin reparo.
-Se encarga de todo el proceso, ¿cuál es la parte más complicada?
-Lo más difícil es limpiarla. Es necesario hacerlo en agua caliente y quitándole todo el limo. Una vez limpia la parte de fuera, hay que abrirla en la propia cazuela en la que se va a cocinar para recoger la sangre.
-Desde esta limpieza hasta que se sirve en el plato, ¿cuánto tiempo puede pasar?
-Con agilidad, una hora y media de preparación.
-¿Qué le anima a repetir tantos años como cocinera de la fiesta?
-Me gusta que haya fiesta en el pueblo y poder colaborar. Cada año hay más gente y, aunque acabas más cansada, es mucho más entretenido habiendo ajetreo.
-Son tres cocineras, ¿también tres sabores distintos?
-Si, si. La hacemos de forma distinta. No todas trabajamos igual, cada una le echa ingredientes diferentes, y eso termina percibiéndose en el sabor.
-¿En qué se diferencia la suya?
-Los ingredientes diferenciadores son secretos (risas). Pero es probarla y saber cuál es la mía sin ninguna dificultad.
-¿Compiten, aunque sea de broma, para ver cuál gusta más a los asistentes a la fiesta?
-Hay un tono de cachondeo, jugamos como niños. Si una es la primera en acabarla, les dice a las demás que ha sido la mejor. Siempre de broma, no hay una competición.
-La prepararán a la bordelesa, ¿hay alguna otra forma en la que le guste tanto?
-Me encanta de todas las formas. Ya sea en empanada, guisada o a la brasa.
La Voz de Galicia
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