Desvalijan una vivienda en Pontecesures y se llevan dinero y joyas.
El asalto se produjo el sábado, mientras los propietarios atendían su puesto de churros en A Escravitude
Es una casa bonita y bien cuidada, situada en la zona de Porto, en Pontecesures. La vivienda no está aislada: hay vecinos bien cerca. Tampoco está desprotegida: dos grandes mastines de los Pirineos se encargan de velar por la seguridad de sus ocupantes. Sin embargo, desde el pasado sábado esos dos animales «non son o que eran». Los canes están apagados «e tumbados todo o día». Ni siquiera se molestan en ladrar a los desconocidos. Así lo relata su dueña, que sospecha que los animales, el pasado fin de semana, han podido ser drogados para facilitar el acceso a la finca de la persona o las personas que entraron a ella para robar. «Nós foramos traballar», explicaba ayer María, la propietaria de la casa. Es churrera, y como tantos otros fines de semana, el sábado ella y su marido se habían ido de casa para instalar su puesto en A Escravitude. Se fueron a primera hora de la tarde y volvieron sobre las nueve de la noche. «Cando abrimos a porta, xa vimos unha bolsa tirada no chan e a porta do taquillón aberta», relata.
Era solo un aviso de lo que estaban a punto de descubrir: los cajones vaciados, los armarios abiertos y con la ropa tirada por todos los rincones, las luces encendidas. Reconoce María que, ante semejante panorama, se puso muy nerviosa y apenas atinó a la hora de llamar a la Guardia Civil, «que chegou enseguidiña». Ya con los agentes en la casa empezó a echar cuentas de lo que faltaba en su hogar. Para empezar, el dinero en metálico. «Dase a circunstancia de que tiña na casa 1.700 euros para pagar mercadoría que tiña pendente: fariña, aceite, chocolate…». Su hijo también tenía una cantidad significativa en una cazadora que también fue registrada y robada.
Pero lo que más tristeza ha causado a la propietaria de la vivienda es la pérdida de sus joyas, ya que los ladrones «levaron todo o ouro que tiña». Cadenas, pulseras, anillos y todo lo que hallaron le fue arrebatado, con todos los recuerdos asociados y el valor sentimental del que, con el paso de los años, se habían ido cargando esas joyas.
Los ladrones, pues, seleccionaron cuidadosamente lo que se llevaron: dinero y joyas, nada más. Y eso que en la casa había diverso material electrónico y otros objetos de valor considerable a los que no le echaron mano: unos prismáticos caros fueron abandonados sobre una cama, y un par de relojes de marca «deixáronnos no caixón da mesiña de noite». Todo ello parece indicar, según dijeron los guardias a la afectada por el robo, que son ladrones profesionales y metódicos, aunque ni en Valga ni en Pontecesures se han registrado asaltos similares en otras viviendas, según informa la Guardia Civil. Donde sí se ha producido un robo en una casa ha sido en la localidad coruñesa de Padrón. Si es cosa o no de los mismos autores, es algo que la investigación deberá aclarar.
La Voz de Galicia
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