Una banda organizada pudo cometer el robo en la iglesia de Padrón, que no fue improvisado.

Publicado por Redacción en

Pocas personas sabían de la existencia de la caja fuerte sustraída

El robo en la iglesia parroquial de Padrónen el que sustrajeron una pesada caja fuerte, no fue uno cualquiera por varios motivos. Así, la Guardia Civil tiene abierta una investigación para dar con los autores del asalto a este tempo y al del convento del Carmen, además del edificio de Servicios Sociales, después de que la Policía Judicial hiciera la inspección ocular.

El instituto armado cree que detrás del robo está una banda organizada, según le confirmó al párroco de la iglesia, Roberto Martínez, muy triste por lo sucedido, que le coincidió con su enfermedad de covid. También la Policía Local de Padrón está convencida de que fue una banda «organizada e experimentada» como lo demuestra, por ejemplo, que se llevaron la caja con el disco duro de las cámaras de vigilancia instaladas en el templo que, pese a este sistema de seguridad, no tenía alarma.

«Pensaba que la iglesia era inexpugnable», aseguró ayer el sacerdote, quien lamentó el robo del dinero que había en la caja, pero mucho más la inseguridad y el hecho de «sentirse violentado». Roberto Martínez agradeció públicamente todas las muestras de solidaridad recibidas a raíz del asalto que, además del dinero en metálico sustraído, dejó importantes daños en el templo. Del rico patrimonio artístico, solo se echaron en falta dos objetos de uso litúrgico de plata de los siglos XVIII y XIX. Los hechos se produjeron, además, en una noche en la que no había servicio de la Policía Local desde la una de la madrugada, hora a la que acabó el turno de tarde después de que los agentes hiciesen tres horas extraordinarias. Ni de la Policía Local ni de la Guardia Civil de Padrón porque la primera patrulla en llegar al lugar fue la de Porto do Son, según confirmó Roberto Martínez.

El párroco cuenta que la Policía Judicial le explicó que no fue un robo improvisado y que los ladrones «sabían a lo que iban», es decir, expresamente a por la caja fuerte. Por ello, le preguntaron cuántos sabían de la existencia de la caja, una vez que esta no estaba a la vista y si guardada en un almacén situado de lado del despacho del sacerdote. «No sabíamos de ella más de seis personas», explica Roberto Martínez.

Iban a por la caja y, para llevársela, tuvieron que movilizar un carro de carga y descarga y, al menos, una furgoneta. Todo ello a partir de la una de madrugada y sin que nadie viera nada, pese a que la iglesia se sitúa en una zona muy céntrica y las puertas que rompieron de lado de una carretera. La Guardia Civil no lo confirmó al estar los hechos bajo investigación pero, al parecer, podría tener algunos indicios y hasta a una persona para interrogar, en base a lo que grabó una cámara de la oficina de Correos situada en la plaza de la iglesia.

La Voz de Galicia


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