El ciego peligro de la PO-548.
El vial, asfaltado pero sin pintar en su totalidad, acumula accidentes
El 21 de noviembre del año pasado fuentes de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade aseguraban a preguntas de esta Redacción que los trabajos de pintado de la carretera PO-548, la que une Vilagarcía con Pontecesures se harían en «canto o tempo o permita». El vial ya llevaba varias semanas con su nuevo asfalto y las señales de premarcado estaban sobre la carretera, pero seguía sin pintar. Apenas unos días después, se realizó un primer pintado, pero solo en la línea central, la que divide los carriles. Nada más.
Ayer, cerca de setenta días más tarde de aquella consulta inicial, esta Redacción volvió a preguntar a la Xunta sobre el asunto. Y esta fue su respuesta: «Tal e como xa avanzaramos, estes traballos de pintura tiveron que esperar á chegada do tempo seco, xa que a pintura sobre o firme non se pode executar co asfalto mollado. Agora mesmo xa están con eses traballos e a previsión é que nesta semana quede xa pintado todo o que é o aglomerado novo».
Entre tanto, el vial —uno de los más transitados de la comarca— acumula incidentes. Al menos tres salidas de vía se han producido en las últimas semanas. Un par de ellas, sin consecuencias importantes, más allá de los daños materiales que pudieron haber sufrido los vehículos. El último, sin embargo, pudo haber acabado en desgracia porque el automóvil implicado se cayó por un terraplén de unos tres o cuatro metros de altura. Afortunadamente, cuando los servicios de emergencias llegaron al lugar —más o menos a la altura del asador O Rancho se produjo el accidente— el conductor ya había podido salir del coche por sus propios medios.
Cualquiera que haya conducido su vehículo últimamente por esa carretera es más que probable que se haya llevado algún susto similar porque el vial, además de estar sin pintar, no tiene iluminación en muchos de sus tramos y hay curvas que se acaban cogiendo por puro instinto, sobre todo si a la oscuridad se le añade la lluvia.
La obra fue adjudica en el mes de julio del año pasado a la empresa Construcciones y Obras Taboada Ramos, S. L. U, que tenía seis meses para ejecutarlas. La firma cumplió con los plazos y los trabajos de asfaltado quedaron rematados incluso antes del tiempo establecido. Otra cosa fue lo del pintado de los diecisiete kilómetros de vía, en los que realizaron labores reposición del firme mediante el fresado y, posteriormente, el arreglo de las zonas deterioradas y la aplicación de una nueva capa de rodadura.
En lo que se refiere a las marcas que delimitan el eje de la calzada, se propone la disposición de una doble línea continua en algunos tramos. En otras partes del trayecto, en las cuales —y por diversas cuestiones— lo que se pretende es conseguir una reducción de la velocidad de los vehículos que por allí transitan, el proyecto plantea una clara reducción del ancho de los carriles destinados al tráfico rodado, estableciendo una zona central que será cebreada, anunciaba el gobierno gallego en su momento. Ahora, aprovechando el repintado en el alto de Cordeiro, la Xunta va a modificar la señalización a fin de mejorar la seguridad vial en el cruce que une esta vía principal con el acceso hacia el colegio Ferro Couselo, el pabellón municipal o la iglesia de Cordeiro. El proyecto que ahora se está ejecutando, y cuyo presupuesto rozará los 800.000 euros, lleva aparejada la reordenación del tráfico en la intersección situada a la altura del kilómetro 3,9 de la carretera de Vilagarcía a Pontecesures, en Cordeiro, con el fin de «evitar que os condutores realicen manobras indebidas», según anunciaron los técnicos hace apenas unos días.
La Voz de Galicia
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