Pontecesures agota en horas las 350 raciones de lamprea, su «meiga do río».
Festa da lamprea de Pontecesures.
La actriz Isabel Blanco se convirtió en la primera mujer en leer el pregón de esta celebración que aspira a consolidarse y ser declarada de interés turístico
No fue sencillo organizar la Festa da Lamprea de Pontecesures, «porque levamos semanas tentando buscar o peixe e desexaríamos ter preparado miles de racións», reconoció el alcalde de la localidad, Juan Manuel Vidal Seage. Pero el esfuerzo mereció la pena y los 350 menús elaborados para la ocasión se agotaron en cuestión de horas. La «meiga do río, que xera amores e odios», como la definió la pregonera de este año, la actriz Isabel Blanco, conquistó hasta a los paladares más exigentes y dejó con muy buen sabor de boca a los que tuvieron la suerte de degustarla.
Mientras en la casa consistorial de Pontecesures se proyectaba un documental sobre la historia de la localidad, en el recinto de la plaza de abastos las cocineras se afanaban en preparar las raciones que se iban a servir en la fiesta. Con mimo y cariño controlaban los tiempos de las cazuelas de bordelesa, elaboraban el arroz, freían el pan y ultimaban una de las novedades de este año, la receta con escabeche. Por allí se pasó la comitiva oficial, encabezada por el alcalde y por la conselleira do Mar, Rosa Quintana, acompañados de regidores como el de Vilanova, Gonzalo Durán, y el de Valga, José María Bello Maneiro. Fue ahí donde Vidal Seage quiso demostrar lo escurridizo que puede ser este pescado y, con la ayuda de una de las cocineras, intentó sacar a uno de los que estaban vivos en el acuario. El animal se le escurrió en varias ocasiones, hasta que consiguió dominarlo.
Llegó entonces el momento del pregón, tarea que recayó en la actriz Isabel Blanco, que reconoció llevar tres años esperando para poder participar en la fiesta y «pregonar as excelencias da Dama do Ulla, esa meiga do río que xera amores e odios». Blanco fue la primera mujer en ejercer este papel y no quiso meterse con la belleza del animal, «porque para gustos, cores», pero dejó claro que a la gente de buen diente «non se lle perde unha cita coma esta». Quintana, por su parte, felicitó al Concello por el esfuerzo de promoción que está haciendo. «Estos 25 anos da festa son un bo síntoma de que estades facendo un gran traballo», añadió. Y el alcalde de Pontecesures, por último, confió en que esta edición del certamen «sexa para moitos a maneira de chegar a amar á lamprea». Habló de la escasez que hay este año y animó «aos que tendes pensado comela» a que no se distrajeran, «porque nos la quitan de las manos». Por último, deseó que «esta sexa a primeira de moitas más festas e que siga crecendo en calidade».
Llegó entonces el momento de degustar las raciones. Decenas de personas hicieron cola para, tras adquirir los correspondientes tiques, poder probar los nuevos menús. Porque la fiesta de este año estrenaba formato, al precio de treinta euros, los asistentes podían adquirir uno de los menús, que incluía una ración a la bordelesa, otra en escabeche y una más de empanada, además de la correspondiente bebida. En cuestión de minutos, el grueso de los que esperaban estaban ya ocupando una de las mesas bajo la carpa y dando buena cuenta de las raciones. El nuevo sistema funcionó y, pasadas las tres de la tarde, apenas quedaban ya cuarenta raciones a disposición de los interesados. Pontecesures demostró, un año más, que honrando a la lamprea no hay quien le gane y que la fiesta se merece, sin lugar a dudas, el reconocimiento de interés turístico.
La Voz de Galicia
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