Sísifo en Cesures.

Publicado por Redacción en

Durante los años de infancia en Santiago, mi cuento favorito era «Xoán Po’reás». Una leyenda que mi madre había escuchado por primera vez en los labios de Dina. Esta chica de Sorribas cuidaba de los pequeños en la casa de los abuelos de Padrón. Cuando llovía a las orillas del Sar, un tropel de chiquillos se arremolinaba en su escalera interior para oírle contar aquel relato inmemorial.

También mi padre cayó embrujado por la historia, que le había narrado mi madre cuando todavía eran novios. Publicada inicialmente por «Borobó» en castellano en 1954 y reeditada en gallego en 1992, la leyenda fantástica del burlador de diablos fue llevada a escena nueve años. Ocurrió que una pedagoga con inquietudes de Pontecesures quiso que sus pequeños alumnos representasen una obra teatral del escritor y periodista Raimundo García Domínguez, hijo predilecto de la villa.

Como mi padre había fallecido el 28 de agosto de 2003 y su dramaturgia estaba dirigida a un público adulto, le propuse a la filóloga y maestra Iolanda Rodríguez Aldrei, adaptar su cuento «Xoán Po’reás» para loas tablas y así lo hizo. Finalmente, la representación se celebró en elo Centro Sociocultural cesureño hacia el verano de 2014. Actores tan noveles como precoces reprodujeron con talento en dieciséis escenas los sabrosos diálogos del zapatero remendón con los demonios que deseaban conducirlo al Averno. El mostrador, la higuera del Pico Sacro, el cielo, el infierno y el purgatorio decoraron esta primicia teatral de una historia milenaria.

Tirando de sentido el humor, «Borobó» había situado la patria chica de «Xoán Po’reás» en San Xián de Requeixo (la parroquia cesureña donde él mismo vio la luz y escribió esta pieza literaria). Su trama evocaba a «Federico», una obra de Próspero Merimée basada en un cuento napolitano de finales de la Edad Media, «extraña mezcla de la mitología griega con las creencias del cristianismo», según aclaraba en la primera edición del cuento.

Como en otras suposiciones, mi padre no iba descaminado. Al leer los detalles del mito de Sisifo, he descubierto los orígenes ancestrales de «Xoán Po’reás» en esta leyenda helena. Casi todos sabemos que el astuto rey fundador del Corinto fue condenado por Zeus a subir eternamente una piedra pesada ladera arriba de una montaña, que luego caería desde la cima hasta el valle en bucle continuo. Sin embaro, resulta menos conocido que la causa de castigo tan terrible fue que el rey de los dioses acabó hartó de Sísifo, quien engaño con sucesivas artimañas a Tánatos, Ares y Hades para no ser conducido al inframundo.

Pues bien, el zapatero prodigioso de Requeixo hizo algo parecido con los diablos Marelo, Perello y Mefistófeles, a los que supo embaucar con sus trucos satisfactoriamente. Pues Satán nunca pudo arrastrarle a sus dominios infernales, mientras Zeus sí los consiguió con Sísifo. Transcurridos veinte años desde el fallecimiento de «Borobó», una vez contrastado el paralelismo de su personaje pontevedrés con el monarca griego, sigo prefiriendo el desenlace feliz que le otorgó al artesano cesureño.

Por Raimundo García Paz.

Diario de Pontevedra


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