El tamaño sí que importa: el puente colgante que une Pontevedra y A Coruña.
Una escapada ideal para este otoño
Con estructuras metálicas o de madera, los puentes colgantes fueron construidos con el fin de salvar el cauce del río. Sin embargo, las espectaculares vistas que ofrecen a su paso, la adrenalina que produce elevarse a muchos metros sobre el agua o los tesoros naturales que guardan, los han convertido en un reclamo turístico.
A unos 45 minutos de Pontevedra se encuentra el puente colgante más largo de Galicia, donde podrás disfrutar de una escapada ideal para este otoño.
Puente colgante de O Xirimbao
- puente colgante de O Xirimbao, con su pasarela conocida como A Mariola, rechaza la madera y se constituye a partir de una estructura metálica suspendida en altura sobre las aguas del río Ulla gracias a gruesos cables de acero. De hecho, este es uno de sus principales atractivos, pues el material de rejilla permite entrever el cauce a los pies de todo aquel que se atreva a cruzar el puente. Además, sus 80 metros de largo lo convierten en el más largo de Galicia, añadiendo espectacularidad a su recorrido.
La pasarela fue erigida en 1964 bajo la dirección del ingeniero José Darque y la ayuda de vecinos de la zona, que contribuyeron a transportar el material necesario para la obra. Fue construido con el fin de unir los cotos de pesca de Ximonde y Xirimbao en épocas de gran abundancia de salmón y, además, conectar las dos riberas que separan las provincias de A Coruña y Pontevedra, uniendo Teo y A Estrada.
El entorno fluvial del Ulla que rodea el puente se encuentra repleto tanto de especies autóctonas como importadas. Ejemplo de ello son las impresionantes secuoyas centenarias, que custodian majestuosas el Área de Recreo del Xirimbao. Esta última dispone de aparcamiento para turismos y caravanas, mesas y un número considerable de senderos que discurren por el río.
Diario de Pontevedra
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