HOXE XOVES,ESPECIAL 90 ANIVERSARIO DAS FEIRAS DO AUTOM?BIL DE OCASI?N DE PONTECESURES EN PALCO DE ESTRELAS-RADIO VALGA 107.9 FM

-datos-CARTEL_1925_CARLOS_MASIDE
Co gallo da celebración do 90 aniversario da «I Feria del automóvil de Ocasión» de Pontecesures , que será os vindeiros días 28 e 29 de xuño, o programa Palco de Estrelas (dende as 20h ata as 4 ou 5 da madrugada), presentado e dirixido por Daniel Seijas, ocuparase a través dunha «superproducción» de lembrar a historia destas feiras que foron tan importantes no seu momento (1925,1926,1950 e 1954) . Ademais coma sempre o programa contará cas ultimas novidades musicais e de actualidade das orquestras galegas, axenda festeira, concursos, chamadas en directo e o que lle cadre.

Tamén emisión online da emisora a traves de :
http://www.radios.com.br/aovivo/Radio-Valga-107.9-FM/26434

http://www.raddios.com/4322-radio-valga

http://www.radiovalga.net/
ou no teu móbil descargando algunha destas 5 app´s : radios.net , raddios,tunein, radiovalga ou radio.es

Digestiva, ligera y gustosa. Referencias del cesureño Daniel Seijas a la época dorada de las gaseosas.

La Pitusa, Troncoso, Feijoo, Mimosa, Arca o Revoltosa son algunas de las marcas viguesas que protagonizaron la era dorada de la gaseosa

Cada mañana, La Pitusa abría las puertas de su fábrica de Coia y sus ruidosos camiones salían a recorrer Vigo. «La mejor gaseosa, la más digestiva, ligera y gustosa», atronaban los altavoces, reproduciendo un jingle que hoy puede cantar de memoria casi cualquier vigués. «¡Blanca, naranja, limón y cola!», era el grito de guerra con que remataba la canción. Hoy se ha extinguido la banda sonora de la era de la gaseosa, una industria pujante que languideció con el siglo XX. Y que tuvo en Vigo una docena de marcas que competían por el próspero mercado de la prehistoria de los refrescos.

«La gaseosa fue una pequeña revolución tecnológica», asegura el historiador Daniel Seijas, autor de un estudio sobre la industria en la provincia de Pontevedra a caballo entre los siglos XIX y XX. «Fue un producto avanzadísimo, que vivió un boom con decenas de fábricas en toda Galicia», explica.

La tecnología para gasificar el agua surge a finales del siglo XVIII y se desarrolla a comienzos del XIX. En 1832, aparece en Nueva York la primera fábrica de bebidas carbonatadas. Y el invento se extiende por el mundo. Hacia 1860, solo había en España diez fábricas de gaseosa, siete de ellas radicadas en Cataluña, que era la vanguardia industrial del Estado. Pero, en 1900, se contaban ya 675 industrias y la cifra siguió creciendo hasta mediados del siglo XX. «Era un producto barato, porque sólo se necesitaba la máquina y una fuente de agua», afirma Seijas, «el valor añadido era inmenso y los emprendedores más audaces enseguida vieron el negocio».

La primera fábrica de Galicia aparece en Santiago en 1874 y, la segunda en 1886, en Cesures. Vigo sigue la moda y, antes del fin de siglo, ya cuenta con media docena de marcas que reparten el producto por la ciudad. «Al principio se usan burros y carros para repartirla, pero el negocio era tan grande que es el primer sector en el que aparecen los camiones», asegura Seijas.

En los anuncios de la época, se reseña los bares y colmados donde se distribuye cada marca. Y se crea el revolucionario sistema de «devolver el casco», algo nunca visto antes. A diferencia de la leche o el vino, la gaseosa obliga a adquirir el producto envasado. Como no puede transportarse en un recipiente propio, aparece el envase retornable, que se devuelve a cambio de una cantidad de dinero.

Bebida sana

Además, se atribuían a la gaseosa virtudes medicinales. Era digestiva y facilitaba la circulación sanguínea, según la publicidad de los primeros tiempos. «También fue un éxito porque era una bebida sana, sin contaminar», asegura Seijas, «la gente bebía vino porque, durante la fermentación, se purificaba y eliminaba bacterias, mientras que la contaminación del agua era una constante, incluso en Galicia».

En Vigo, hubo epidemias de cólera por infecciones de fuentes públicas incluso a comienzos del siglo XX. Así que la gaseosa se vendía como un refresco sano.

Entre las marcas históricas de la comarca de Vigo están Arca (que pertenecía a la familia del que fue concejal de Vías y Obras Agustín Arca), Troncoso, Feijoo, Revoltosa, Estévez, Mimosa, Franco y, sobre todo, La Pitusa, con su popular emblema con una niña con trenzas, que comenzó a distribuirse en 1956.

«Otra característica de la industria de la gaseosa fue su publicidad», afirma el historiador Daniel Seijas, «al principio, los anuncios reflejaban sus presuntas virtudes medicinales, pero luego transmitían alegría, con chistes, canciones…»

Los sabores llegaron a mediados del siglo XX. Comenzaron a incorporarse a la gaseosa siropes de limón o naranja, «básicamente, como competencia a los refrescos que comenzaban a entrar en España», asegura Seijas.

Pero esa batalla estaba perdida. En 1959, aparece Bebidas Gaseosas del Noroeste (Begano), que comienza a fabricar Coca Cola en Galicia. Y la gaseosa entra en declive. Además, algunas grandes marcas, como La Casera, adquieren una tras otra las pequeñas fábricas locales. Hoy, La Casera tiene el 60% del mercado nacional y las marcas blancas casi dominan el resto.

Muchas pequeñas fábricas desaparecieron. Otras se reconvirtieron. Y algunas resisten heroicamente frente a las multinacionales del refresco. Apenas queda nada de las 3.000 marcas que llegó a haber en España a mediados de los años 50 del siglo XX.

Pero, en la memoria de los vigueses, quedan aquellas antiguas marcas familiares. Y, este mismo verano, volveremos a la clara y al tinto de verano. Y, de vez en cuando, tararearemos aquel entrañable himno: «La Pitusa: La mejor gaseosa, la más digestiva, ligera y gustosa».

LA VOZ DE GALICIA, 17/06/12

La Casa de Rosalía.

Con frecuencia aparecen escritos a propósito de la compra de la Casa da Matanza, la vivienda que habitó Rosalía de Castro durante los últimos años de su vida. En unos se asegura que el Patronato Rosalía de Castro se creó expresamente para comprar la actual Casa Museo y en otros se mantiene que fue adquirida por suscripción popular.

Sin embargo, ninguna de esas presunciones es correcta. La realidad es que fueron dos compostelanos quienes adquirieron la casa de Rosalía en 1946 y la donaron posteriormente a todos los gallegos. Uno de aquellos dos hombres era José Mosquera Pérez, conocido por todos como O Vello dos contos. El otro se llamaba José Villar Granjel.

La peripecia de la compra ocurrió más o manos de este modo: O Vello dos Contos llevaba años ilusionado con la idea de convertir la antigua casa de Rosalía en un símbolo de nuestra cultura. Por eso cuando llegó a sus oídos la noticia de que su propietaria la había puesto a la venta, se apresuró a desplazarse hasta Padrón para interesarse por las condiciones de la operación.

Mosquera Pérez regresó a Santiago algo desencantado: la dueña valoraba el inmueble en 100.000 pesetas, una fortuna en aquel 1946, cuando todavía retumbaba el eco de los cañonazos de la guerra. Después de largas meditaciones, en lugar de rendirse, O Vello dos Contos decidió acudir a uno de sus amigos más íntimos, José Villar Granjel, quien disfrutaba de una situación económica lo bastante holgada como para hacer frente a semejante inversión.

Mosquera Pérez contó a Villar Granjel su intención de convertir la Casa da Matanza en un símbolo de galeguidade y fundar un Patronato compuesto por gallegos y gallegas ilustres que contribuyese a preservar la memoria de Rosalía.

Su amigo se entusiasmó tanto por el proyecto como el propio Mosquera y, a los pocos días, se trasladaron juntos a Padrón para tratar de llegar a un acuerdo con la propietaria de la casa.

Cuando supo que la intención de aquellos dos hombres era hacer de su vivienda un santuario de la cultura gallega, la dueña trató de reservarse un puesto como miembro del futuro Patronato y el derecho a sentarse, tanto ella como su hija, en la mesa de trabajo de Rosalía cuando les placiese. Con no poco esfuerzo, lograron hacerla desistir de aquellas pretensiones y apalabrar la compra de la casa en un precio de 85.000 pesetas.

José Villar Granjel satisfizo el importe íntegramente. Sin embargo, puesto que el empeño y la ilusión de O Vello dos Contos habían resultado tan determinantes para la adquisición de la vivienda como el capital del comerciante, decidieron escriturarla a nombre de los dos.

Así se lo contaba José Mosquera Pérez a Ramón Otero Pedrayo en una carta sellada el 10 de enero de 1947: «Villar Granjel aportou o capital íntegro, pro foi dexexo meu facer a merca de por mitá -e así se fixo- garantizando eu a miña parte co que hoxe teño ou poida ter mañá».

El caso es que la compraventa se rubricó finalmente en Padrón el 29 de diciembre de 1946 y que, inmediatamente después de la firma, Mosquera y Villar se dirigieron a la oficina de Correos con la intención de enviar un telegrama anunciando la buena noticia a los centros gallegos de la Habana, Nueva York, Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires y Santiago de Chile.

El telegrama que dictaron decía así: «Mercada Casa de Rosalía para adicala, con axuda galegos todos, futuro santuario galeguidade. ¡Ei Terra! Forte aperta irmáns. Mosquera Perez-Villar Granjel». Sin embargo, después de una consulta por parte del empleado de correos, hubieron de modificar el texto, pues no se autorizaba la transmisión de mensajes escritos en idiomas diferentes del castellano, el inglés o el francés.

A su regreso a Santiago, José Mosquera se reunió con los señores Bouza, Carro, Pedret, Fraguas y Cordero Carrete para explicarles el propósito con el que habían adquirido la Casa da Matanza y encomendó al Sr. Bouza la redacción de los estatutos del futuro Patronato al que habrían de donarla.

El día 15 de noviembre de 1947 se constituyó el Patronato Rosalía de Castro en el Hotel Compostela de Santiago y catorce días mas tarde fallecía José Villar Granjel. En su testamento «legaba a la Fundación o Patronato Rosalía de Castro, si existiera oficialmente, la parte que le pertenecía de la casa de la Matanza de Padrón y, si no existiese ésta, la dejaba a su muy querido amigo D. José Mosquera Pérez». Este es el relato de cómo, gracias a la visión de O Vello dos Contos y a la aportación altruista de José Villar Granjel, la Casa de Rosalía de Castro fue comprada para disfrute de todos los gallegos.

No está de más, de vez en cuando, refrescar un poco la memoria.

Por Manuel Villar
EL CORREO GALLEGO, 10/06/12

Pontecesures pone en valor su pasado y su historia con «O Faiado da Memoria».

Quizás sea cierto que el pasado no debe condicionar el presente, ni el futuro, pero no lo es menos que sí debe servir de guía, de referente del que aprender y en el que reflejarse. No debe correrse un velo y olvidar la historia y ese espíritu es el que ha inspirado al Concello de Pontecesures a moner en marcha la iniciativa «O Faiado da Memoria», con la que no solo se trata de recuperar la historia de la villa sino incentivar la «memoria sentimental», como la denomina el concejal Roque Araújo. Son ya más de 1.200 fotografías donadas por cesureños para contribuir con esta actividad. De ellas, alrededor de 400 pueden verse ya colgadas en el blog www.blogoteca.com/memoria-pontecesures.
Todas pasarán a engrosar el archivo municipal de Pontecesures y algunas formarán parte de una exposición que se llevará al colegio para que los niños y los jóvenes «coñezan como eran as rúas da vila» hace unos años, «como era o pobo antano e como pasaban o tempo os seus pais e avós» en contraposición con las modas y el ocio de hoy en día. Pero tambiénlos mayores beben de esta experiencia. Y lo hacen con su veteranía, ejercitando su memmoria y retrotayéndose a los viejos tiempos, recordando su juventud. Así, por ejemplo, son los más idóneos para ayudar a identificar los lugares y a las personas que aparecen en las imágenes, fundamentalmente estas úlitmas ya que «O Faiado da Memoria» busca sobre todo recuperar fotografías de corte humano. Más allá de paisajes y vistas se buscan imágenes de familias, de colectivos, de oficios, festejos o actos litúrgicos. Aún así, y en contraposición, la foto más antigua con la que cuentan hasta el momento es una panorámica. Data de 1910 y en ella se ve Pontecesures sin que jtodavía se hubieran asentado las dos industrias que hoy cercan el río Ulla por sus dos márgenes: Finsa Y Nestlé.
La iniciativa está obteniendo un gran respaldo de los ciudadanos, un éxito por el que Roque Araújo se felicita. Haber sido capaces de captar la complicidad de los cesureños ha llevado al gobierno local a plantearse promover reuniones y sesiones de «O Faiado da Memoria» cada dos meses, para mantener viva la implicación vecinal. «A xente de Pontecesures está colaborando moitísimo» y por ahora son alrededor de 50 las personas que han contribuído a engrosar este archivo fotográfico con la aportación de las viejas imágenes que permanecían guardadas en cajones. A todos los que se suman a la actividad se les entrega un carnet de donante, una forma simbólica de que se sientan´más ligados todavía a la iniciativa. Pero no solo quienes están en Pontecesures están colaborando o disfrutando de este trabajo de recuperación de la historia. Los emigrantes has encontrado en el blog un punto referencial para sacar su nostalgia. Personas que habían perdido el contacto han podido retomarlo, otros comentan las imágenes reconociendo en ellas a algunas personas o lugares, y eso es «moi emocionante», concluye Araújo.

Especial aniversario de DIARIO DE AROUSA, 31/03/12

Una tarde para ejercitar la memoria colectiva de un pueblo.

Hacer un ejercicio colectivo de memoria para salvaguardar la memoria colectiva. Ese es el objetivo de la jornada que para esta tarde ha organizado el Concello de Pontecesrues en colaboración con los responsables del proyecto O faiado da memoria. En el centro social, a partir de las 18:30 horas, se proyectarán algunas de las muchas fotografías antiguas que, a los largo de los últimos meses, se han ido recopilando. La intención es que los vecinos de la locallidad ayuden a documentar esas imágenes, aportando todos los datos que guarden en su memoria.
El concejal Roque Araújo, responsable de la organización de este acto, está convencido de que la convocatoria será todo un éxito: Xa o foi da outra vez, cando fora a presentación. Pero agora é algo máis, case unha xornada de traballo», explicaba el edil. Además de explorar los recuerdos de los vecinos sobre imágenes ya recopiladas, se dispondrá de un escáner para que, quien así lo desee, comparta sus fotos.

LA VOZ DE GALICIA, 24/03/12

La divertida tarde de Fraga en la Festa da Lamprea de Pontecesures.

Entrañable es el recuerdo que dejó en Pontecesures la asistencia de Manuel Fraga a la Festa da Lamprea 2004, cuando compartió protagonismo con el hispanista británico Ian Gibson quien ejerció de pregonero. «Tivemos a dous pesos pesados» comenta el alcalde, Luis Álvarez. Una de las anécdotas de la jornada se produjo cuando la comitiva se disponía a bajar las escaleras del concello en dirección a la plaza. Debiso a sus problemas de movilidad, los escolatas insistían en llevarlo en coche, pero el expresidente se emmpeñó en lo contrario y fue a pie hasta la fiesta.

DIARIO DE AROUSA, 17/01/12