El mítico bodegón padronés cerró sus puertas «hasta nuevo aviso» cuando el reloj daba la entrada al Año Nuevo
Era la última taberna a la antigua usanza que mantenía sus puertas abiertas desde hace más de cuatro décadas en Padrón, en la calle Rosalía de Castro. El Bandín, como se conocía a esta bodega regentada por Manuel Martínez Bandín, cerraba sus puertas con la primera campanada del Año Nuevo «hasta nuevo aviso, porque nunca es un hasta siempre», señala Manuel Martínez Calvo, hijo. La enfermedad del fundador de este templo vinícola y las ocupaciones de sus descendientes que les impiden seguir con el negocio familiar ha obligado a Bandín, «muy a su pesar», a echar la última vuelta de llave a este singular recinto.