Este año, la Navidad no será como siempre. La crisis ha abierto muchas heridas y ha obligado a hacer muchas reflexiones sobre el modelo de sociedad de consumo que hemos construido. Este año, las fiestas serán distintas. Por lo menos, un poco más oscuras. Y es que los gobiernos locales, tijera en mano, n o han dudado en recortar en gastos navideños. Y esos recortes se notarán especialmente en una cuestión como la del alumbrado.
El ejemplo más drástico de esta afirmación lo encontramos en Pontecesures. El gobierno de este pequeño municipio del Baixo Ulla ha decidido suprimir las luces de colores ante la situación en la que se encuentran las arcas locales. Para los cesureños las bombillas son un gasto superfluo, y este año permanecerán apagadas. En Meis, el alcalde asegura que el alumbrado no es un gasto, sino una inversión para incentivar el consumo. Así que José Luis Pérez Estévez ha decidido que este año se gastará lo mismo que siempre. «Non nos imos deprimir tanto como para sacar o alumeado», señala el regidor. Lo mismo ocurrirá en A Illa, donde se invertirán 6.000 euros como en el 2010.
Entre ambos extremos se puede apreciar una amplia gama de recortes. En Vilagarcía, el gobierno local ha decidido reducir el gasto desde los 36.000 euros del año pasado a solo 10.000, y ha recurrido, para paliar esta mengua de fondos, a la colaboración y la imaginación de la asociación de comerciantes Zona Aberta y de varias entidades sociales.
En Cambados el gasto en alumbrado caerá a la mitad: si el año pasado se gastaron 6.000 euros en este concepto, el recibo se caerá esta vez hasta los 3.000. También O Grove ha metido la tijera al gasto en luces de Navidad. En esta localidad son los comerciantes los que colocan los arcos en buena parte de las calles del centro, haciéndose cargo el ayuntamiento del pago de la factura eléctrica y de la colocación de algunos adornos más en zonas en las que no hay negocios instalados. Bombillas de bajo consumo y muchos menos arcos municipales de lo habitual es la receta de austeridad planteada por el gobierno. También en Vilanova confían en reducir alrededor de un 40% la factura del año pasado.
LA VOZ DE GALICIA, 03/12/11