El terremoto de magnitud 5 que en la madrugada de ayer se registró a 61 kilómetros de la costa coruñesa es el segundo más fuerte registrado hasta la fecha en Galicia, después del ocurrido el 21 de mayo de 1997 en Triacastela (Lugo) que alcanzó un valor 5.3. Sin embargo, no ha producido daños materiales de consideración, según los primeros balances de Protección Civil. Este nuevo seísmo es además el mayor registrado en el mar frente a Galicia por los instrumentos de medición y ha cogido por sorpresa a los expertos del Instituto Geográfico Nacional, que no tenían constancia de la importancia de la falla que lo ha originado.
El mayor terremoto registrado en los últimos 50 años en la franja marítima gallega tuvo una magnitud de 4.7, pero la zona noroeste de A Coruña donde ha ocurrido el nuevo seísmo está escasamente estudiada, por ser de baja actividad. Se ha producido en el lugar de transición de la plataforma continental y la plataforma oceánica, conocido como el cantil y, según explicó el director de la Red Sísmica Nacional, Emilio Carreño, son restos de movimientos alpinos muy antiguos que han conformado, por ejemplo los Pirineos. Por ello, opina que su gravedad no irá a más aunque podría producirse alguna réplica similar al segundo movimiento, de 3.2, registrado inmediatamente después del primero, a las 7.31 horas de la mañana.
La sismóloga del Instituto Geográfico Nacional (IGN) Carmen López, que en esos momentos se encontraba de guardia, señaló que existe tranquilidad sobre el fenómeno pues se ha comportado de una forma predecible, con diez réplicas de menor intensidad, lo que indicaría su atenuación.
De haber ocurrido más cerca de las poblaciones o incluso en tierra, los daños habrían sido mayores, como ocurrió en las crisis sísmicas de 1995 y 1997 en la montaña lucense, señaló Carmen López.
LA VOZ DE GALICIA 24/04/2006
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