Cuando una avería se eterniza, caso de la existente en la rúa San Lois de Pontecesures, los trastornos se convierten en verdaderas pesadillas para los vecinos.
Luis Sabariz, concejal independiente de la localidad, se ha convertido en la voz de los indignados pues la obra provoca importantes molestias acústicas pero a la vez desluce actos tan relevantes para la localidad como la procesión del Corpus, algo que ya había sucedido en Ramos.
«Nada menos que nueve meses lleva una zona de la rúa San Lois, en la intersección con la rúa Ullán, con una avería en la red de saneamiento sin reparar», explica molesto el concejal.
Sabariz asegura que las valla, las chapas en los huecos y las señales son unas constantes en los últimos meses.
Admite que hace unos días se han retomado las obras, pero «solo en días esporádicos», por lo que todavía se desconoce cuando va a acabar esta tortura e incomodidad para los vecinos del lugar.
Y es que las noches se convierten en insoportables para los que residen cerca del lugar de las obras. «Los vecinos llevan varios días teniendo que soportar los tremendos ruidos de las chapas cuando son cruzadas por los vehículos».
A esta molestia permanente, hay que sumar las que se causan a los actos sociales y festivos. Entiende Sabariz que lo que ocurrió este domingo, con la procesión del Corpus, no tiene justificación.
Entiende que la falta de previsión del alcalde nacionalista, Luis Álvarez Angueira, afeó este acto solemne, de enorme tradición en la localidad.
Pero este domingo fue especialmente bochornoso, porque además de que la procesión tuvo que zigzaguear entre las vallas, el día no acompañó a los fieles durante el recorrido. La situación afectó especialmente a los niños que conmemoraban su Primera Comunión en su exhibición de pureza del alma.
Faro de Vigo