Espinosa y Forján probando una ración de pimientos.
La ministra sustituye a Varela en el pregón de la fiesta culinaria de Herbón ·· Cientos de personas degustaron cerca de tres mil kilos de este producto ·· Medios de comunicación coreanos y alemanes se hacen eco de la fiesta
Nadie duda ya de la internacionalización del pimiento de Herbón, esa «joya gastronómica», como la definió ayer la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, que «practica la tolerancia» y la igualdad», en alusión a los acompañamientos gastronómicos con los que convive («el buen vino, el pan, la sal y el aceite de oliva», dijo Espinosa). Y ayer más que nunca, cuando se cumplían treinta años de la exaltación culinaria en Herbón (Padrón), su cuna de adopción, su fama atrajo la atención de ojos extranjeros, amén de los propios. Entre las miles de personas presentes en la carballeira de los padres franciscanos, había un grupo muy singular: el de los medios de comunicación. Junto a los gallegos que ya dan amplia fe del evento anual, se encontraban cámaras y periodistas televisivos de Corea y de Alemania que no se perdieron nada de la celebración: desde la puesta en escena del recinto festivo, pasando por el encendido de las sartenes donde se freirían en abundante aceite los pimientos, hasta el desfile de los tractores y carrozas con temas made in Herbón, discursos oficiales, nombramientos de nuevos Cabaleiros y Damas de la Orden do Pemento de Herbón, y el punto álgido de la fiesta: la degustación.
Pese a que los programas festivos anunciaban la presencia de Carlos Varela, el conselleiro de Traballo, como pregonero de la degustación gastronómica, fue la ministra de Medio Ambiente, la que oficiaría tal cargo ayer . Su confirmación a última hora llevaría a la organización a hacer un replanteamiento de cartel. Espinosa estuvo sembrada. Su discurso fue una alabanza poética y metafórica hacia el pimiento de Herbón, producto que sigue pendiente de la Denominación de Origen Protegida. Se autoconfesó una amante de los pimientos y selló con Herbón un pacto, convirtiéndose en embajadora de este «producto senlleiro».
Espinosa ingresaría momentos después en la Orden de Damas e Cabaleiros do Pemento, junto a los directores xerales de Turismo y de Producción, Industrias e Calidade Agroalimentraria, Rubén Lois y Antonio Oca, respectivamente; el director do Centro Superior de Hostalería de Galicia, Xosé Paz, y José Ramón Torreira, jefe de la oficina de Extensión Agraria de Padrón. Los pimientos de plata serían en esta ocasión para el restaurante Reina Lupa y Radio Valga, mientras que la sabia y el xoven pementeiros recayeron en Mª Carmen Miguéns y Xosé Ramón Dopazo.
Al precio de 2,50 ? los comensales podían adquirir un plato de barro conmemorativo para degustar unos pimientos, que comenzaron a hacerse a las 8.30. «Son os mellores das nosas hortas, recollidos o día anterior. Algúns picarán e outros non», recalcó uno de los cocineros (todos hombres ayer). Y para los comensales que les supieron a poco, en la carballeira se desplegaba un abanico de menús a base de pulpo, churrasco, empanada, rosquillas y criollos.
EL CORREO GALLEGO, 03/08/08