Los conductores argumentan que la situación actual genera peligro y favorece la «caza» de los radares
Hubo críticas desde el momento en el que se abrió al tráfico la autovía, pero el clamor es cada vez mayor. Casi la totalidad de los conductores que frecuentan esta carretera exigen que la limitación sea de 120 kilómetros por hora en todo el trazado. Argumentan que la infraestructura cumple los requisitos en lo que a seguridad se refiere y denuncian que la situación actual responde a un afán recaudatorio a través de los radares.
El criterio casi unánime que tienen los barbanzanos sobre este tema ha sido puesto de manifiesto en el debate que La Voz de Galicia abrió a través de Internet. La práctica totalidad de las personas que están participando en este foro comparten la opinión de que la velocidad máxima permitida debería ser de 120 en los cuarenta kilómetros que tiene la autovía, desde Ribeira hasta Padrón.
El primer argumento de peso que ponen encima de la mesa los conductores parte de una comparación con la antigua carretera que atravesaba Barbanza. Aluden a que si en aquella, con solo dos carriles y un sinfín de curvas cerradas, se podía circular a un máximo de 100 kilómetros por hora, no parece razonable que el límite sea el mismo en buena parte del trazado de la actual autovía, una infraestructura que cuenta con cuatro carriles y cuyo trazado ha sido notablemente mejorado.
Siguiendo con comparaciones, algunos no dudan en señalar que las condiciones de la autovía barbanzana son mejores que las que presenta la autopista AP-9 entre Pontevedra y Santiago, por lo que entienden que el límite de velocidad debe ser el mismo, es decir, 120.
La mayoría de las personas que participan en el foro abierto en la Red por La Voz de Galicia coinciden al señalar que unificar las señales a 120 contribuiría a mejorar la seguridad de la carretera. En este sentido, explican que el continuo cambio del límite de velocidad, lo único que consigue es que los conductores tengan que estar más pendientes del cuentakilómetros del coche que de la conducción en sí.
La expresión «afán recaudatorio» aparece reflejada en buena parte de los comentarios que los internautas han dejado hasta el momento en la página web de La Voz. Los vecinos consideran que este es el fin que persigue la Dirección General de Tráfico con la colocación estratégica de los radares, en los tramos limitados a 100. En algunos casos, están tras una bajada considerable y los conductores se ven obligados a frenar. Algunas personas se preguntan por qué no se han colocado estos dispositivos en los tramos en los que se puede circular a 120.
Recomendación
Para demostrar que la recaudación de dinero mediante la imposición de multas no está detrás de la limitación actual de la autovía, algunos barbanzanos apuntan la posibilidad de sustituir las señales de prohibición por las de recomendación. Exponen que, de esta forma, se alertaría a los conductores de la existencia de riesgo en determinados puntos de la carretera, como el fuerte viento que en ocasiones puede soplar en el viaducto que cruza la ría de Arousa, pero solo se podría sancionar a partir de los 120.
La preocupación que despierta este tema entre los barbanzanos ha sido puesta de manifiesto en la gran cantidad de opiniones que los internautas han dejado en la página web de La Voz de Galicia y que ya se sitúa cerca del centenar.
Aunque en la mayoría de los casos se trata de opiniones vertidas por vecinos de Barbanza, también hay conductores de otras zonas que han querido sumarse a la reivindicación, con el fin de exigir uniformidad en las señales de velocidad de la autovía. Vergüenza, injusticia, incoherencia y trampa son algunos de los calificativos que los internautas usan para referirse a la situación actual.
LA VOZ DE GALICIA, 08/09/09