El alcalde indica que los vecinos recogieron 75 firmas para impedir su eliminación.
«Todo indica que va a continuar ahí. No hay elemento legal ni de otra índole que nos haga pensar lo contrario». Estas palabras son del alcalde de Pontecesures, Juan Manuel Vidal Seage. Habla del yugo y las flechas que pueden verse en el lavadero de Carreiras y que han movilizado a la Iniciativa Galega pola Memoria, que convocó una protesta para exigir al gobierno local su retirada. No la habrá. El alcalde indica que «el dictamen de la asesoría jurídica del concello refleja que no hay elementos que motiven su eliminación». Hay un matiz en el artículo quince de la Ley 52/2007, más conocida como Ley de la Memoria Histórica, que, tal y como señala, les lleva a apostar por esta decisión: «La Ley habla de la retirada de símbolos que exalten la sublevación militar, la Guerra Civil o la Dictadura y en el caso de Carreiras no se produce tal exaltación».
Al margen de la consulta a la asesoría jurídica municipal, Vidal Seage apostó por invitar a los vecinos de Carreiras a que le escribiesen en un email su postura sobre la eliminación del símbolo. Hubo un empate: los dos correos electrónicos recibidos contenían opiniones contrapuestas. Pero, tal y como relata el alcalde, la cosa no se quedó ahí. Tras el revuelo generado, que llevó a diferentes colectivos a Pontecesures (de la mano de la Iniciativa pola Memoria) para pedir la inmediata eliminación, los vecinos iniciaron una recogida de firmas para lograr lo contrario: que el dibujo del yugo con las flechas se quede donde está. «Es una amplia mayoría de los vecinos», señala Vidal Seage sobre la 75 firmas que le fueron entregadas. «En resposta ao bando, presentamos unha lista de sinaturas coa que mostramos o noso total desacordo a retirada do símbolo», comienza el texto que acompaña a las firmas.
La petición de retirada fue una iniciativa de la exalcaldesa y ahora portavoz municipal del BNG en el concello, Cecilia Tarela, arropada desde un comienzo por la Iniciativa Galega pola Memoria. Aparecen dos interpretaciones distintas de la Ley. Desde este colectivo entienden que no eliminar el símbolo es incumplirla. Pero, no eso. Hablan también de una «débeda con que sufriu as represalias». De «unha cuestión de decencia».
La Voz de Galicia