En Marea perdió uno de cada diez votos que obtuvo en Arousa el 20D.

El análisis de los resultados que el domingo rompieron todas las encuestas ofrece algunas pistas a la hora de desentrañar lo ocurrido en las urnas. Por lo que respecta a los once municipios de la demarcación de Arousa parece evidente que la clave se encuentra en el comportamiento de una parte del electorado al que En Marea había convencido hace seis meses. El 20D se saldó en la comarca con 15.625 votos para la coalición. El 26J reduce esta cifra hasta las 13.727 papeletas. Entre ambas citas, la formación se dejó por el camino 1.898 sufragios, el 12 % de los que había cosechado en diciembre. En resumidas cuentas, uno de cada diez arousanos que entonces respaldaron las tesis de la alianza entre Podemos, Anova y Esquerda Unida dejaron de hacerlo en esta especie de segunda vuelta.

No parece que esa sangría de votantes se haya ido a ninguna otra parte. El Partido Popular es la única fuerza que avanza en Arousa con respecto a las generales de diciembre. Pero lo hace en bastante menor medida que la pérdida que experimenta En Marea. Los conservadores ganan en la comarca 1.145 sufragios frente a lo ocurrido el 20D, lo que les aporta un incremento porcentual del 4,7 % sobre su anterior resultado. Al margen de que el trasvase de apoyos entre formaciones ideológicas tan distantes sería, lógicamente, bastante extraño, las otras formaciones que representan a la izquierda en absoluto están en condiciones de capitalizar el desgaste de la coalición. Todo lo contrario. El BNG se desploma, literalmente, mientras que el PSOE también retrocede y pierde 546 votos, un 3,9 % de los que obtuvo seis meses atrás. La conclusión apunta a un efecto llamada muy importante entre los electores conservadores frente a un claro retraimiento de signo completamente opuesto entre los votantes de En Marea.

Vilagarcía, en el promedio

Ese promedio del 12 % de votos que la coalición se deja por el camino en los concellos arousanos permite establecer un punto desde el que evaluar en qué municipios ha resistido mejor y en cuáles ha sufrido un mayor desgaste. Sin duda, la plaza que ofrece un mejor comportamiento para sus intereses es Cambados, donde forma parte del gobierno. La formación progresista retrocede un 8,8 %. Por debajo de la sangría media se sitúan también Meis, O Grove, que es el único ayuntamiento en el que ocupa, como ya había ocurrido en diciembre, la primera posición, y A Illa, en el que, no obstante, pierde el segundo puesto en favor del PP. Vilagarcía, pese a descender 777 sufragios, se sitúa en ese 12 % al igual que Catoira.

Las cosas le van peor a la coalición en Valga, donde se esfuman uno de cada cinco votos del 20D, en Ribadumia, donde también sufre un desgaste importante, el 16,3 %, en Meaño, en Catoira, en Vilanova y en Pontecesures.

La Voz de Galicia

Pontecesures: más de lo mismo, pero con la moción de censura aún fresca.

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El socialista Roque Araújo, en primer término, durante la votación del domingo.

En el Concello de Pontecesures se formó nuevo gobierno hace apenas un mes, después de la moción de censura que dio la alcaldía al PP y se la arrebató al BNG. Y aunque nada tienen que ver unas elecciones generales como las del domingo con unas municipales, había cierta dosis extra de expectación, por aquello de ver qué podía pasar en las urnas tras los últimos movimientos políticos en la localidad. La conclusión es que el PP sigue subiendo, mientras que BNG y PSOE, los integrantes del gobierno derrocado, continúan con su caída libre.

Tras registrarse una baja participación, de apenas el 66% del electorado -votaron 1.674 vecinos-, los pontecesureños hicieron que el PP subiera de 699 a 756 votos, alcanzando el 46% del total.

Marca distancias respecto a Podemos, que baja de 461 a 397 sufragios, y al PSOE, que cayó de 331 a 274 sufragios, mientras que el BNG, la quinta fuerza, pasó de 72 a 51. El cuarto lugar fue para Ciudadanos, que se mantuvo exactamente igual que en diciembre, con 140 votos.

Faro de Vigo

El Camino Portugués afronta en mal estado la época de más peregrinos.

Usuarios y ayuntamientos urgen el arreglo de baches y el desbroce de la ruta.

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Unos 45.000 peregrinos hicieron el Camino Portugués a Santiago el pasado año. De ellos, 43.000 se sacaron la Compostela -certificado que otorgan las autoridades eclesiásticas y que acredita haber completado al menos cien kilómetros a pie o a caballo-. Este mes de mayo fueron 6.500. Pero esa tarjeta de visita parece no ser suficiente a la vista del estado que ofrece hoy en día la ruta en el tramo que discurre entre Pontevedra y Pontecesures.

A nueve días del inicio oficial del verano, el Camino sigue con múltiples baches tras los daños que dejaron los temporales del invierno y prácticamente sin desbrozar en los municipios que atraviesa. Usuarios y ayuntamientos, en especial los de Barro y Caldas de Reis, urgen a la Xunta que se ponga manos a la obra, subrayando que ellos no pueden hacer nada sin autorización de Patrimonio y de la S.A. de Xestión do Plan Xacobeo.

El alcalde de Barro, Xosé Manuel Fernández Abraldes (BNG), recuerda que en febrero la Xunta solicitó a los concellos un informe de los daños. «O aparellador fixo un informe exhaustivo porque o Camiño cruza Barro de sur a norte. ? un tramo longo con pistas de terra e tamén algunha asfaltada que están cheas de buratos», remacha. Más tarde, en abril, se trató el tema en la Mesa do Camiño de la Diputación, en la que también está la Xunta. Pero todavía no se actuó.

Transitar por una ruta plagada de socavones es molesto para los peregrinos que la recorren andando, pero es «mortal» para los que lo hacen en bicicleta. En cuanto a la limpieza, en Barro se quejan de que solo desbrozaron alrededor de los mojones de los kilómetros. El resto nada. «Hai quince días fíxemolo co noso persoal porque xa son moitos os peregrinos que pasan cada día», subraya el regidor.

Si en Barro los peores tramos son los de la parroquia de A Portela y la zona de Carballal, en Perdecanai, en Caldas ya no se puede llamar Camino al trecho de Ameal, en Arcos da Condesa. El jueves, el alcalde, Juan Manuel Rey (PSOE), se comprometió a arreglarlo con fondos del Concello si la Xunta no mueve ficha. «La competencia es clara y aquí, a pesar de las promesas que se lanzaron, no se hizo nada», apunta el regidor. Quejas que comparte la Entidad Menor de Arcos da Condesa. En Ameal los vecinos que viven al pie de la ruta llevan desde febrero exigiendo con una recogida de firmas una solución. También presenta deficiencias una zona de Carracedo.

Por su parte, la Asociación Amigos do Camiño alude a un «problema de coordinación» entre Administraciones. «Dijeron que hay fondos y la limpieza tendría que estar hecha ya, pero aún estamos a tiempo», señala su presidente, Celestino Lores, que hace hincapié en la importancia de cuidar la imagen del Camino. «Necesita mantenimiento, es algo lógico», reitera.

«Dijeron que hay fondos y la limpieza tendría que estar hecha ya, pero aún estamos a tiempo»

«La competencia es clara y aquí, a pesar de las promesas que se lanzaron, no se hizo nada»

La Voz de Galicia

Pontecesures arranca una etapa marcada por importantes heridas políticas aún abiertas.

Vidal Seage se estrena como alcalde en un pleno y deja ver que está muy verde -La nacionalista Cecilia Tarela parece no asumir que ya no es la alcaldesa.

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Una de las votaciones que se cerraron por unanimidad en el primer pleno de Seage como alcalde.

El Concello de Pontecesures celebró ayer un pleno que servía para estrenar una nueva etapa política tras la moción de censura que situó al conservador Juan Manuel Vidal Seage en la Alcaldía y desalojó de la misma a la nacionalista Cecilia Tarela.

En esta primera sesión quedó claro que aún hay demasiadas heridas políticas abiertas, que la batalla puede ser considerable en lo que resta de mandato y que ni uno ni otro han asumido el nuevo papel que les toca desempeñar; el regidor porque está demasiado verde y su actitud por momentos indolente no le ayuda, y Tarela porque parece seguir enfadada por lo sucedido y da la impresión de que piensa que aún es la que manda, por eso no dudo en interrumpir cuando le dio la gana haciendo en ocasiones que algo tan solemne como un pleno de la Corporación pareciera más una gresca en la calle.

Eso sí, aunque queda mucho por regular en la organización de los turnos de palabra, para evitar que el pleno se convierta por momentos en una discusión de taberna, como sucedió ayer, al menos gobierno y oposición de Pontecesures parecen entender que no es necesario repetir los mismos argumentos una y otra vez prolongando los debates innecesariamente, como suele ocurrir en municipios como Vilagarcía y O Grove.

Prueba de ello es que los ediles pontecesureños despacharon el pleno, con trece puntos en el orden del día, en apenas media hora, mientras que los grovenses, que habían comenzado el suyo al mismo tiempo, seguían enfrascados en el primer punto de verdadero debate dos horas después de sentarse.

Pero volviendo a lo sucedido en la villa del Ullán hay que decir que las heridas políticas no solo afectan a PP y BNG, sino también al PSOE, igualmente desbancado del gobierno con la moción de censura y cuyo portavoz, Roque Araújo, sigue rasgándose las vestiduras.

Es la sangre de una batalla que igualmente dejó heridas aparentemente incurables en Terra Galega, cuyo líder, Ángel Souto Cordo, pasó a formar parte del tripartito mientras que su número dos, Jorge Janeiro, se quedaba en la oposición. Un distanciamiento que ayer también fue físico, ya que se sentaron a ambos extremos de la alargada mesa, lo más lejos posible el uno del otro. Y eso que en lo personal dicen llevarse bien, por eso esta misma semana convocará a sus bases para buscar una solución.

En definitiva, que el pleno sirvió para comprobar que los munícipes pontecesureños aún no saben realmente qué sitio ocupan, y que por cierto, ayer tampoco encontró la otra pata del tripartito, la independiente María Isabel Castro Barreiro, aunque ella por motivos más que justificados, ya que no asistió a la sesión porque había sido sometida a una operación quirúrgica.

En cuanto a los asuntos incluidos en el orden del día, ya queda dicho que fue una sesión rápida, sobre todo porque hubo diferentes asuntos aprobados por unanimidad y sin debate. Sucedió así porque, según Cecilia Tarela se ocupó de recordar una y otra vez, eran cuestiones que ella misma y su equipo habían dejado encauzadas antes de la moción de censura.

Es el caso de la delegación de competencias en la Diputación para inspeccionar la liquidación de la tasa del 1,5% por la utilización del suelo a favor de empresas explotadores y de la adhesión al Grupo de Desenvolvemento Rural O Salnés/Ulla-Umia, en el que, por cierto, Seage será el representante de Pontecesures, con Souto Cordo como suplente.

Cabe decir, para terminar, que esta primera sesión del nuevo gobierno tampoco animó a los vecinos a acudir como público. ?nicamente presenciaron el espectáculo una decena de pontecesureños, entre ellos un viejo conocido de la política local, el exedil Luis Sabariz Rolán.

Faro de Vigo