Javier, el cazador que exhibía sus presas, mató de un solo disparo a su esposa, la valerosa María.

REPRODUCIMOS A NOTA DE DISCULTAS SOBRE A FOTO DE ARRIBA DO MEDIO ONDE FORA PUBLICADA:
*Por error, EL ESPAÑOL publicó la imagen que aparece sobre estas líneas. Dos fuentes distintas confirmaban que ésta se correspondía con la identidad del asesino. Tras comprobar el error, la fotografía ha sido retirada y pedimos por ello nuestras más sinceras disculpas.

María José Aboy tenía 43 años y era carnicera en Valga. Su pareja trabajaba como soldador. Le quitó la vida el domingo antes de una comida familiar.

El 8M es una fecha señalada todos los años en Valga (Pontevedra). El viernes, el colectivo O Refaixo da Carolina realizó su llamamiento anual y mujeres de todo el ayuntamiento salieron a la calle a manifestarse por sus derechos como en muchas otras ciudades de España en las que la marea morada se hizo notar. Apenas 48 horas después, tras el asesinato de María José Aboy Guimarey, 43 años, a manos de su pareja, Valga se rompía en decenas de pedazos.

María José era carnicera y trabajaba en Valga desde hacía años. Quienes la conocen en el pueblo la definen como una mujer fuerte, buena. Se casó joven con Javier Bello Ferreirós, 46 años, y tuvieron dos hijos en común, ambos ya mayores de edad. Al final de esta semana, él le quitó la vida de un disparo en el pecho antes de suicidarse.

El asesino de Maria José era natural de Carracedo, una pequeña parroquia de Caldas de Reis, localidad situada 10 kilómetros al sur de Valga. Aunque vivía con su mujer desde hacía años en la casa que poseían en el lugar de Setecoros, seguía yendo a su ciudad natal a trabajar.

Sus padres habían sido propietarios de un restaurante cercano a la casa en la que vivía la pareja. Él se ganaba la vida como soldador. También trabajó en ayuntamiento de Valga, donde sacó plaza hace años como conductor. Ahora estaba en el paro. 

No se sabe todavía muy bien qué desencadenó los hechos, pero el domingo por la mañana acabó con la vida de su mujer descerrajándole un disparo con su escopeta de caza. Luego se quitó la vida. 

Una comida a la que no llegó

La casa de María José y de Javier está cerca del sendero que atraviesa el Camino de Santiago portugués a su paso por Valga. El domingo habían quedado a comer con parte de su familia, muy cerca de la vivienda que ambos habitaban en el lugar de Bronllo, a la altura de la AP-9.

La mujer solo tenía que recorrer un breve sendero hasta la otra casa familiar, pero nunca llegó a hacerlo, y por eso sus dos hijos comenzaron a preocuparse. La tardanza de su madre y de su padre les inquietó. Chico y chica, ambos mayores de edad, ya se habían independizado y no vivían con sus padres.

El hijo se dirigió hasta la vivienda familiar. La puerta, según fuentes cercanas a la investigación, estaba cerrada. El joven llamó a sus parientes y estos le ayudaron a romper una de las ventanas de la casa. Dentro se encontró el resultado de una trágica escena ocurrida horas antes.

Javier Bello Ferreirós tenía licencia de caza. Cuando podía, se escapaba a algún coto o cacería tras el cual exhibía sus presas, como las que aparecen en la fotografía que abre este reportaje. Disponía en su casa de dos escopetas. Una de ellas la utilizó para matar a su mujer. La encañonó y le quitó la vida de un disparo en el pecho. 

Acto seguido, dirigió el cañón del rifle hacia su propia cara y apretó el gatillo, quitándose la vida de un disparo en el rostro. Varios de los vecinos que habitan en esa misma zona relatan a EL ESPAÑOL lo acontecido en las últimas horas en esta parroquia de Valga y explican que no escucharon nada. 

No había denuncias previas

El coche fúnebre lleva el cuerpo de María Aboy, asesinada por su marido en Valga.

El coche fúnebre lleva el cuerpo de María Aboy, asesinada por su marido en Valga.

María José nunca se había atrevido a denuncia. Hasta la fecha, no había presentadas denuncias por violencia de género. No se sabe, por tanto, que lo pudo llevar a cometer el crimen. 

Begoña Piñeiro, concejala de Igualdad de Valga, implora con el dolor en la voz que «ojalá» María José sea «la última víctima». «Solo pido a las mujeres que no tengan miedo de hablar, que siempre van a tener el apoyo. No había denuncias, ni antecedentes. No había nada que hiciera saltar las alertas. Nosotros buscamos trabajar la prevención desde los colegios, pero cuando no consigues evitar un asesinato… Valga ahora mismo está rota».

Tras el crimen de Setecoros, los hijos y los familiares de la mujer asesinada y de su pareja están siendo atendidos constantemente por los psicólogos de los servicios sociales del ayuntamiento. Así fue cómo el horror llegó a Valga dos días después de la masiva e histórica manifestación en decenas de ciudades españolas en la que el gentío, mayormente compuesto por mujeres, salió a reivindicar sus derechos, a exigir medidas contra la desigualdad, a alzar la voz contra los asesinatos machistas que se repiten una semana tras otra, un año tras otro. Este lunes, las vecinas del municipio volvieron a salir a la calle.

Es el tercer golpe perpetrado por la violencia machista este fin de semana y el segundo que alcanza directamente a Galicia. Natural del concello lucense de Sober, Estrella Domínguez, 63 años, fue asesinada por su marido el pasado viernes en su vivienda del distrito madrileño de Ciudad Lineal. Para ello utilizó también su escopeta de caza. Después se quitó la vida.

María José Aboy Guimarey, 43 años y Estrella Domínguez, 63 son la novena y décima mujer asesinadas este año por su pareja o expareja en 2019. En España, en 2019, también han sido asesinadas Sheila Chazarro Moyano, 29 años; Daría Oliva Luna, 20 años; Rosa María Concepción Hernández, 60 años; Rosa Romero Rueda, 69 años; Rebeca Santamalia, de 47 años; Romina Celestede 28 años; Leonor Múñoz González, de 47 años; Rebeca Alexandra Cadete, de 26 años. La serie ‘La vida de las víctimas’ contabilizó 47 mujeres asesinadas en 2018 y 53 mujeres en 2017. 

El Español

Galicia llora la muerte de la valguesa víctima de violencia de género y condena el machismo.

En Valga, Sanxenxo, Santiago, A Coruña y otros muchos rincones de Galicia se organizaron ayer emotivas concentraciones contra el machismo y se guardaron minutos de silencio por la muerte de María José Aboy Guimarey, la vecina valguesa que el domingo perdió la vida -a los 43 años- tras ser presuntamente tiroteada por su esposo, Javier Bello Ferreirós, de 46.

Muestras de dolor y consternación como las vividas en la sede de la Xunta, Ayuntamientos, plazas e institutos se repetirán hoy, pues de nuevo se convocan protestas contra la violencia de género y actos de apoyo a los familiares de las víctimas, entre ellos un hijo varón, de 23 años, y una hija, de 18.

Entierros esta tarde

Al igual que quedará patente el dolor de la sociedad gallega durante el entierro de este matrimonio que supuestamente no tenía problemas que pudieran hacer predecir un desenlace tan terrible.

Los cuerpos de ambos llegaron ayer al Tanatorio San Roque, en Bemil (Caldas), y los dos serán enterrados hoy a partir de las seis de la tarde en el mismo cementerio, el de Santa María de Carracedo, también en el municipio caldense, del que era natural el presunto homicida.

A la capilla ardiente se desplazaron muchos de los vecinos y políticos que por la mañana y de nuevo por la tarde-noche protagonizaron las diferentes concentraciones de repulsa, entre ellas la organizada por el Concello y la del colectivo feminista «O Refaixo de Carolina», que contó con la asistencia de Carmela Silva, la presidenta de la Diputación de Pontevedra.

También acudieron al tanatorio algunos de los que acudían a mediodía al pleno extraordinario celebrado en el Concello de Valga, en el que se decretaron tres días de luto oficial «en memoria de María José Aboy Guimarey y de todas las víctimas de violencia de género».

De forma consensuada entre los dos grupos que conforman la Corporación, PP y PSOE, se decidió, igualmente, suspender todas las actividades municipales previstas para estos tres días, «en señal de duelo». Al tiempo que se condenaba enérgicamente «el terrible asesinato de nuestra vecina», se ofrecía apoyo a la familia y se ponían a disposición de todas las mujeres de Valga y municipios cercanos «los recursos del Centro de Información á Muller (CIM), que ofrece asesoramiento psicológico y jurídico gratuito a las víctimas de violencia de género».

Teléfono 016

La Corporación no se olvidó de hacer un llamamiento a la sociedad para que denuncie cualquier tipo de violencia de género «ante los departamentos de Servicios Sociales, el CIM, los cuerpos policiales o el teléfono contra el maltrato, el 016».

Se trata así de «evitar nuevas víctimas» y de «reafirmar el compromiso total del Concello contra la violencia machista».

En este sentido, aunque no había evidencias de violencia de género previa en el matrimonio valgués, hay que reseñar que once de las doce mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año no habían presentado denuncia.

Esto lleva a la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, Ángeles Carmona, a decir que «la víctima tiene que saber que en España existe un sistema de recursos asistenciales, judiciales y policiales que están creados solo y exclusivamente con la intención de proteger su vida y su integridad física y psíquica».

A lo que Teresa Peramato, la fiscal ante el Tribunal Constitucional, añade que «hay que decirle a la sociedad y a las víctimas que si hay alguna manera de frenar al agresor es a través del procedimiento judicial, con medidas cautelares o con penas».

También se pronunció la vicepresidenta del Gobierno, ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Carmen Calvo, quien dijo sentir «inmensa rabia y dolor» y se mostró «desolada» tras conocer el crimen machista de Valga, ofreciendo «firmeza» para combatir esta lacra.

Abundando en ello, la Corporación condenó la muerte de María José Aboy diciendo que era «una mujer joven, con toda la vida por delante y con muchos sueños por cumplir que ya no podrá alcanzar».

Lo hizo entre lágrimas, tanto las de miembros de la Corporación como del público que asistía al pleno y después se concentraba en silencio a las puertas del consistorio, con presencia de trabajores municipales y de representantes de la Xunta y del municipio vecino de Pontecesures, con el alcalde Juan Manuel Vidal Seage a la cabeza.

En esos actos el Concello de Valga expresaba su condena al «asesinato machista» y mostraba su «absoluto rechazo a todas la formas de violencia contra las mujeres, ya sea psicológica, económica, física o sexual», pues cualquiera de ellas constituye «un atentado contra la dignidad e integridad».

Y desde la Administración local se dejaba claro, por último, que «la violencia de género no es un asunto privado, sino que se trata de un problema social que se combate con tolerancia cero frente a cualquier comportamiento machista», de ahí su intención de seguir «trabajando coordinadamente con otras instituciones y promoviendo actividades de prevención y sensibilización».

Faro de Vigo

Una línea de investigación que deja muy pocas dudas sobre lo sucedido en la vivienda.

Las fuerzas de seguridad indican que la investigación que rodea a la muerte de María José Aboy ofrece muy pocas dudas. Todo apunta a que, como se explicó desde un primer momento, falleció a causa del disparo de escopeta que le propinó su esposo, Javier Bello, antes de suicidarse.

Ambos estaban solos en su casa, un inmueble de piedra apartado de la carretera y demás vecinos situado en el lugar de Bronllo, en la parroquia de Setecoros. Se encuentra a escasos kilómetros de Carracedo, de donde era natural el presunto homicida, y la misma parroquia de Caldas en la que ambos cuerpos serán enterrados esta tarde.

El hombre habría acabado con la vida de su pareja cuando ésta se encontraba en la habitación. Le disparó en el pecho con una de las escopetas de caza que tenía en el domicilio y María José Aboy murió en el acto.

Inmediatamente el presunto homicida se disparó en la cara, quedando completamente irreconocible. Minutos después los cuerpos de ambos fueron descubiertos por el hijo mayor de la pareja, después de que acudiera al lugar alertado por la tardanza de sus padres, que iban a reunirse con él y otros miembros de la familia para almorzar.

La puerta de la vivienda estaba cerrada y fue necesario forzar la entrada para acceder al interior.

Faro de Vigo

Un hombre mata a su mujer en Valga y después se suicida.

Un hombre ha matado presuntamente a su mujer en el municipio pontevedrés de Valga y posteriormente se ha suicidado. El asesinato se ha producido este mediodía en el domicilio familiar, situado en el lugar de Bronllo, que pertenece a la parroquia de Setecoros y, según fuentes consultadas, se habría perpetrado con una escopeta de caza. Se trata de la tercera víctima por violencia de género en lo que va de mes de marzo. El presunto asesino es natural de Carracedo (Caldas de Reis). La víctima tenía 43 años y el marido, 46. El matrimonio tenía dos hijos, ambos mayores de edad. No había antencedentes por violencia de género ni denuncias previas. Los cadáveres fueron descubiertos sobre las 15.15 horas por una hermana de la víctima, que fue a buscarles porque habían quedado para comer juntos y tardaban en llegar. Según ha podido saber FARO, el hombre tenía licencia de armas, pues fue cazador, aunque últimamente trabajaba como soldador en empresas de la zona. La mujer había sido operaria en firmas cárnicas.

Este presunto crimen machista es el tercero que se produce en España desde el viernes pasado, cuando cientos de miles de mujeres salieron a la calle para reclamar la igualdad de derechos con los hombres y el fin de la violencia machista. Ese mismo día, un hombre mató a su pareja en Madrid, la cual resultó ser vecina de Sober (Lugo). Y esta misma mañana se conocía el asesinato de una mujer de 58 años en Estepona a manos de su marido.

De esta manera, el número de mujeres asesinadas por sus parejas en lo que va de año en España asciende a 12. En el mes de enero, la violencia de género se cobró seis víctimas; en febrero, tres. El Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, por medio de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, presta el servicio telefónico de información y de asesoramiento jurídico en materia de violencia de género a través del número telefónico de marcación abreviada 016, que no deja huella en la factura. Además, las consultas se pueden dirigir por correo electrónico al servicio 016 online: 016-online@msssi.es.

Pleno extraordinario para «tomar acuerdos»

El alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, ha trasladado a los medios hace escasos minutos y visiblemente afectado que la situación es «bastante dura» y «complicada«, puesto que se trataba de un «matrimonio joven» con «dos hijos jóvenes», en una edad «para disfrutar de la vida y de ellos«. «Lamentamos este desenlace fatal. Hay que estar al lado de la familia y apoyarla en todo lo que podamos», ha destacado el regidor.

A su vez, ha asegurado que, en cuanto supo de los hechos, se puso en contacto con la secretaria xeral de Igualdade, Susana López Abella, y ha concretado que un equipo de psicólogos está con la familia para «animarlos», que «no es fácil». También ha informado que en el Ayuntamiento no había «ninguna información ni antecedentes sobre violencia de género», por lo que desconoce si pudo haber pasado algo antes.

Finalmente, ha avanzado que la corporación municipal celebrará mañana a las 12 horas un pleno extraordinario urgente para «tomar un acuerdo», aunque, según ha subrayado, la propuesta, en principio, es «declarar días de luto, ponerse a disposición de la familia y pedir al pueblo una concentración» delante del Ayuntamiento al término de la sesión plenaria.

Faro de Vigo

Jesús Ferrón: «Todos los años había riadas en Padrón».

En los años 60, este vecino, que era concejal, coordinó el operativo en una gran inundación.

Todos los años se esperaban las inundaciones en Padrón; la gente ya estaba pendiente». Así lo recuerda Jesús Ferrón Martínez, un vecino de Padrón de 84 años que, a principios de los 60, tuvo que coordinar las labores de actuación en una de las riadas fuertes que sufrió la villa, al ser concejal en el Ayuntamiento.

Las inundaciones son una cicatriz en la historia de Padrón por su frecuencia y, a menudo, por su intensidad, tanto que algunas fueron históricas, como la que a finales de los años 60 tiró el puente que unía la zona de A Barca con la del Bordel o la de 1987, la más reciente, cuando el agua anegó más de un metro en los comercios de la villa. También por estos días del mes de febrero de 1966 hubo otra riada fuerte.

Y fue así hasta que en el año 1994 se inauguró el canal de derivación del río Sar que, construido por la Xunta, puso fin a las riadas en el casco urbano. De las inundaciones de principios de los años 60, en concreto, en torno al año 1962, habla Jesús Ferrón. A él le tocó tomar el mando de la situación una vez que el alcalde de entonces, Ramón Pazos Giménez, vivía en Santiago y no pudo trasladarse a la villa, precisamente porque quedó aislada por las inundaciones. «Tuve que actuar yo», cuenta.

Así, Ferrón montó el cuartel general en su casa, frente la feria, en la zona de Fondo de Vila, para coordinar todo el operativo en el que participó la Escuela Naval de Marín. «Le pedimos auxilio y vinieron rápidamente», recuerda el vecino. En esa ocasión, la «principal preocupación» eran los vecinos de A Ponte, lugar en el que desbordó el río Ulla. «La gente se subía a los tejados y había que rescatarla», relata Jesús Ferrón. También acudieron a ayudar los bomberos de Santiago. «Llevaba varios días lloviendo y los ríos iban llenos», cuenta. Cuando desbordó el Sar, las calles de la villa y hasta la carretera N-550 quedaron bajo el agua. Los comercios, que ya vivían pendientes de las crecidas del río, «se anegaron y tenían toda la mercancía levantada; sufrieron grandes pérdidas económicas», señala el que fue concejal durante un mandato. Algo similar sucedió también en el año 1987, cuando se registró la inundación más reciente del casco urbano.

En esa riada de principios de los años 60, Jesús Ferrón recuerda que el pueblo pasó más de un día bajo el agua y varios más limpiando todo, porque la crecida también «traía lodo y troncos de árboles que bajaban de Santiago». «El Concello colaboró todo lo que pudo con los vecinos pero no había dinero como hay hoy para las ayudas», señala este vecino de Padrón.

«Las inundaciones eran habituales hasta la construcción del canal de derivación. Ya había un dicho que reza que Caldas, Cuntis y Padrón muchas veces anegadas son», añade Ferrón, quien también precisa que, además del alivio del canal, «ahora ya no llueve como antes».

El canal de derivación fue la solución para evitar las riadas en el tramo urbano del río, pero no en los núcleos situados aguas arriba, como Lamas, en Extramundi, o la zona de Pazos, que siguen desprotegidos en caso de lluvias intensas y de crecidas del Sar. En su día hubo un proyecto para realizar una segunda fase del canal del río y hasta inversión anunciada por parte de la Xunta, pero por ahora se quedó en nada.

La Voz de Galicia

El PP saca músculo en Ulla-Umia para arrebatar al PSOE alcaldías históricas.

Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda arroparon a seis de los candidatos populares en Caldas.

El Partido Popular eligió ayer un terreno históricamente socialista, Caldas, para la puesta de largo de prácticamente todos los candidatos de la formación a las alcaldías de la comarca de Ulla-Umia. Solo faltó el de Cuntis, ayuntamiento para el que los conservadores todavía no tienen un cabeza de lista definido. El resto se subieron al estrado arropados por dos de los pesos fuertes de la formación a nivel Galicia, Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda.
Tres fueron los candidatos nuevos que presentó el PP ayer. Fernando Pérez, de Caldas, que se ha pasado finalmente a las filas populares tras años militando en una formación independiente. Su aspiración no es otra que la de arrebatarle el bastón de mando al socialista Juan Manuel Rey en un municipio en el que nunca gobernó la derecha.
Otra de las caras nuevas en las municipales de mayo es el catoirense Iván Caamaño que se enfrenta a otro de los históricos, el socialista Alberto García, afianzado desde hace años en su puesto de alcalde.
Ricardo Martínez coge el testigo de Víctor Estévez, todavía alcalde de Portas, a la hora de liderar la candidatura del PP. Los conservadores vuelven a optar por un nombre nuevo en estos comicios para intentar lograr resultados que se aproximen a los de, en su día, Roberto Vázquez.
No habrá novedades en la plaza de Moraña. Luisa Piñeiro volverá a liderar la candidatura conservadora como también lo harán Bello Maneiro en Valga y Juan Manuel Vidal Seage en Pontecesures. Rueda destacó a los alcaldables como “gañadores, integradores e con proxectos claros para o conxunto dos cidadáns”.

Diario de Arousa