María Ferreirós critica el «desleixo» del PP en materia de industria.

Foto de la reunión con Regades

La candidata del Partido Socialista a la Alcaldía de Valga, María Ferreirós, gestionó una reunión entre el empresariado local y el delegado de Zona Franca, David Regades. El encuentro sirvió para que la entidad pusiese a disposición de las industrias valguesas sus programas, tanto de formación, como de financiación a empresas, pymes, autónomos; desarrollo de suelo industrial, venta y alquiler de naves u oficinas o apoyo al emprendimiento.
 

Regades puso los ejemplos de Cuntis, Caldas y Vilagarcía, donde aseguró que se está a contribuir “dun xeito moi práctico á creación e asentamento de empresas e pymes na comarca”. Ferreirós señala que “Valga non pode ser allea a esta oportunidade” y criticó el “desleixo absoluto da concelleira de Industria e Emprego, que en quince anos foi incapaz de contactar con Zona Franca”.
 

La candidata socialista se compromete a hacer un estudio de viabilidad para la ampliación de suelo industrial, a la modificación del PXOM y a poner a diposición de la Zona Franca superficie industrial para desarrollar. Ferreirós lamentó las “promesas incumpridas” del gobierno de Bello Maneiro y considera que en el sector industrial, en Valga, hacen falta nuevas oportunidades, modernización de los servicios públicos y ampliación de suelo industrial.

Diario de Arousa

Tres investigados en Pontecesures (Pontevedra) por robar combustible.

Tres hombres de 57, 53 y 48 años están siendo investigados por la Guardia Civil por haber robado el combustible de los depósitos de siete camiones que estaban en un taller de reparaciones de Pontecesures (Pontevedra).

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Tres hombres de 57, 53 y 48 años están siendo investigados por la Guardia Civil por haber robado el combustible de los depósitos de siete camiones que estaban en un taller de reparaciones de Pontecesures (Pontevedra).

La sustracción del gasoil de estos camiones, según ha informado este jueves la Guardia Civil, se produjo entre los días 18 y 26 de marzo.

El taller afectado ya había sido víctima de hechos similares en el pasado.

En el primero de los robos, sus autores lograron unos 175 litros de gasoil que, tras introducirlos en garrafas, se los llevaron en un coche.

Los agentes sorprendieron a los tres identificados, todos ellos vecinos de Pontecesures, cuando cometían el segundo de sus asaltos al taller.

Estaban forzando el tapón de uno de los depósitos cuando fueron vistos por una patrulla de la Guardia Civil, provocando que dos ellos se diesen a la fuga y el tercero fuese localizado oculto bajo una manta en el interior del vehículo que utilizaban.

Estas tres personas, que serán investigadas por un delito de robo con fuerza y por un delito de hurto, pasarán a disposición judicial del juzgado de guardia de Caldas de Reis.

La Audiencia aprecia indicios criminales en el incendio de seis autocaravanas en Pontecesures

La sección cuarta revoca el sobreseimiento de un caso en el que los vehículos mostraban señales equívocas de haber sido forzados

Seis autocaravanas calcinadas en el interior de un taller, puertas con señales no del todo claras de haber sido forzadas, una madrugada de intensa actividad para los bomberos de la subsede de Vilagarcía y los miembros del antiguo grupo de emergencias de Valga. Todos estos elementos concurrieron en el incendio que el 8 de noviembre del 2019, a las tres menos cuarto de la mañana, devoró los vehículos que permanecían estacionados en un establecimiento de Pontecesures que combinaba las reparaciones y la venta de coches usados con los servicios de un concesionario. Aunque el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Caldas ordenó su sobreseimiento, la Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de revocar esta decisión y dar instrucciones para que la causa prosiga.

Las inspecciones concluyeron, en su momento, que las seis caravanas mostraban signos de haber sido forzadas, que el fuego se había iniciado sobre colchones y material muy inflamable y que no había en ellos fuentes de calor que sugiriesen un origen fortuito de las llamas, que además brotaron de forma independiente en cada uno de los vehículos.

Todo ello permitió inferir «que el origen del fuego tuvo que ser voluntario e intencionado». En ello coincidió el informe encargado por la compañía aseguradora del taller. Su análisis, sin embargo, aporta un escenario muy distinto: entiende que las marcas en las cerraduras son simuladas y que alguien tuvo que utilizar las llaves de las caravanas para introducirse en ellas. Unas llaves de las que solo existían dos copias, en el propio taller y en las oficinas a las que solo tenía acceso el propietario del negocio, su familia y su único empleado. La defensa, que aportó su propio informe pericial, sostuvo que las claraboyas y ventanas laterales tenían que estar ligeramente abiertas, y que a través de ellas pudo verterse líquido inflamable.

La Audiencia entiende que «concurren indicios racionales de criminalidad, y no meras sospechas», por lo que, a instancias de la aseguradora, ordena que se dicte un auto de transformación en procedimiento abreviado.

La Voz de Galicia

Diez ofertas compiten para ampliar la potabilizadora de Carcacía y que pueda abastecer a 90.000 vecinos entre ellos los de Pontecesures.

Desde Padrón surte a Barbanza, Sar y parte de Arousa o Caldas // Aumentará su capacidad en un 40 % // Se hará en 18 meses

Visita de autoridades y técnicos a la potabilizadora de Padrón / xunta

Visita de autoridades y técnicos a la potabilizadora de Padrón.

La Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, a través de Augas de Galicia, recibió un total de diez ofertas para ejecutar las obras de ampliación y modernización de la potabilizadora de Padrón, licitadas por un importe de casi nueve millones de euros. Y de esa decena, siete de ellas están conformadas por UTE, lo que suma un total de 17 compañías. El objetivo es mejorar el abastecimiento del sistema del margen derecho de la ría de Arousa, para aumentar un 40 % la capacidad de tratamiento y blindar el suministro de agua a diez ayuntamientos.

Al hilo, hay que recordar que la potabilizadora suministra actualmente a los municipios de Boiro, Catoira, Dodro, A Pobra do Caramiñal, Pontecesures, Rianxo, Ribeira, Valga y a Padrón, estando también conectado el de Vilagarcía de Arousa.

La entidad hidráulica de la Xunta trabaja con el objetivo de comenzar las obras en el último trimestre del año, con un plazo de ejecución de 18 meses, a lo largo del cual se irán poniendo en servicio los distintos elementos de manera progresiva. En esta intervención, la Xunta asume íntegramente la financiación y ejecución de las obras de ampliación de la estación de tratamiento de agua potable, en el marco de un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Padrón que supondrá una inversión global de diez millones de euros. Desde la capital del Sar, por su parte, asumirán las gestiones y trámites necesarios.

PLANTA.

Mediante este contrato se ejecutarán las obras necesarias para aumentar la capacidad de tratamiento de la planta hasta los 630 litros por segundo, frente a los 450 l/s que suministra hoy. De este modo se podrán superar las actuales limitaciones en el abastecimiento y ofrecer mayores garantías a una población de más de 90.000 vecinos, y siempre en previsión de un futuro incremento de la demanda.

Para ello, se ampliará la potabilizadora ubicada cerca de Casal, en la parroquia de Carcacía y a la orilla del Ulla. Pero también se modernizará y hará más eficiente, dotándola de un sistema para la recuperación del agua de lavado de filtros que actualmente son vertidos al río. La red de entubado suma 56 km.

El Correo Gallego

El crimen de Valga se juzgará a puerta cerrada para proteger a los dos hijos.

José Luis Abet, a su salida de la Audiencia Provincial de Pontevedra este lunes.

José Luis Abet, a su salida de la Audiencia Provincial de Pontevedra este lunes.

Todas las partes secundaron un informe forense que avisa del daño psíquico

La magistrada que preside el tribunal del jurado popular que sentenciará el triple crimen de Valga solicitó el pasado viernes, último día laborable antes de que comience el juicio y meses después de señalarse, un informe forense al Instituto de Medicina Legal de Galicia. Preguntaba si la celebración de la vista pública podría causar perjuicio psíquico a los dos hijos del único acusado, José Luis Abet, y de su exesposa, Sandra Boquete (39 años), asesinada el 16 de septiembre del 2019 junto a su hermana, Alba (27), y la madre de ambas, María Elena Jamardo (58). Los niños, de 4 y 7 años entonces, presenciaron el asesinato de su madre a manos de su progenitor, y hoy siguen intentando pasar página. La respuesta del Imelga concluye que la difusión de cada vista conllevaría «un importante riesgo de su revictimización [para los niños] de no celebrarse a puerta cerrada».

La fase previa del juicio comenzó este lunes a las diez de la mañana en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Las partes, al tomar sus asientos, encontraron una copia del informe del Imelga sobre sus mesas. La magistrada expuso el contenido y preguntó, inicialmente, su parecer a la Fiscalía. La representante del ministerio público secundó la opinión forense, igual que los abogados de la acusación particular, popular y pública. También el jurado popular, ya constituido tras tres horas, se sumó a la decisión de celebrar las vistas a puerta cerrada. El secretario judicial, poco antes de las tres de la tarde, leyó la resolución que oficializa el cuórum de las partes: «El artículo 26 del Estatuto de la Víctima recoge que en caso de víctimas menores de edad se adoptarán las medidas necesarias para evitar o limitar en la medida de lo posible que la celebración del juicio se convierta en una nueva fuente de perjuicio».

El argumentario se fundamenta principalmente en que, a la hora de ponderar derechos, se considera que el de los menores prevalece sobre los demás, incluso sobre el derecho a la información, aunque se trate de un caso que despertó tanta alarma social. «El superior interés [de salvaguardar a los menores] ha de ser protegido frente a cualquier otro derecho pese al indudable interés general de la presente causa», concluyó el secretario judicial, que añadió que cada jornada del juicio se documentará en grabación de vídeo y que la lectura del veredicto del jurado popular sí se conocerá en audiencia pública. Manuel Martín, abogado que representa a la acusación particular presentada por la familia de las víctimas, consideró al salir de la Audiencia de Pontevedra que «lo mejor es que se celebre a puerta cerrada para salvaguardar la integridad psíquica y moral de los niños».

La planificación prevista para los cuatro días de juicio saltó este martes por los aires sin que tan siquiera comenzase la vista. Tan solo se cumplió la previsión de constituir el jurado popular, que se desarrolló en un clima tranquilo, a puerta cerrada.

El único acusado no declaró

Las partes no pudieron exponer las cuestiones previas y José Luis Abet, único acusado, estuvo casi toda la mañana esperando en una sala anexa a la del juicio. Tampoco declaró, como se esperaba, igual que los 11 testigos citados. Este martes, a partir de las diez de la mañana, está previsto retomar la actividad pendiente del lunes, además de la prevista para la jornada. Por eso, la magistrada presidenta del tribunal anunció que este martes habrá doble sesión, de mañana y de tarde, para recuperar el tiempo perdido.

En total, son 26 testigos entre vecinos de la aldea de Carracido (Valga) que presenciaron o escucharon el crimen, allegados de Abet antes de los asesinatos, trabajadores que participaron aquella mañana en el operativo de emergencias o 17 agentes de la Guardia Civil que dieron forma a la investigación que cimenta la causa judicial. En lo que coinciden todos los citados es en que declararán en contra del acusado, sin que uno solo aporte algún dato a su favor, y que serán fundamentales para argumentar la pena de prisión permanente revisable a la que se enfrenta Abet.

Decisión de ultima hora pese a que el juicio estaba marcado desde el otoño

Dentro y fuera de la sala de vistas, que el juicio del crimen de Valga vaya a celebrarse a puerta cerrada cogió con el pie cambiado a todas las partes. Este se señaló en otoño, por eso era difícil de entender que se hubiera esperado al último día laborable, antes de que comience, para valorar que no sea público. La decisión trastocó el calendario de declaraciones repartidas en cuatro días, ya ajustado por la gran cantidad de testigos convocados en cada jornada. También supone una alteración para los numerosos medios de comunicación que dan cobertura a uno de los juicios del año en Galicia, y que ocuparon la primera planta de la Audiencia de Pontevedra durante toda la mañana sentados en bancos y en el suelo. Incluso un grupo de alumnos de la UNED que iba a asistir a la vista por su singularidad perdió la mañana esperando.

Abet reaparece después de tres años y medio en prisión

La hemeroteca conservaba dos fotografías de José Luis Abet. En la primera, tomada el 17 de septiembre del 2019, pasaba a disposición judicial en Caldas de Reis un día después de cometerse el triple asesinato en Carracido, Valga. La segunda, justo un año después, compareciendo en el mismo juzgado con más peso y el rostro cubierto por una mascarilla para cumplir el protocolo covid. La tercera fue este lunes, tres años y medio después del triple asesinato, y solo guarda una similitud con las anteriores: las manos de Abet aparecen esposadas en todas las imágenes. Su físico ha cambiado considerablemente desde que se su imagen se hizo pública. Estos 42 meses en prisión le han cambiado en cierto modo la cara y el cuerpo, tampoco luce igual su pelo.

Reapareció en la Audiencia Provincial de Pontevedra engominado, con la mirada fija al frente y vestido con pantalones oscuros, cazadora beis con forro de borreguillo y camisa azul de cuadros. Permaneció en una estancia custodiado desde las nueve y media de la mañana hasta las dos de la tarde, cuando lo llamaron para acceder a la sala de vistas. Le guardaron una silla, a la derecha de la bancada reservada para los abogados. Al entrar, se encontró el jurado popular que lo juzgará ya conformado, y al que no dejó de mirar. También al suelo, con la vista fija a ratos. Se le notificó que no declararía, cómo estaba previsto, y que lo hará este martes. Llegado el momento, está por ver si solo responderá a su abogado o también a la Fiscalía y al resto de acusaciones.

A primera hora de la tarde regresó a la cárcel de A Lama para dormir y volver este martes a la Audiencia Provincial que lo juzgará. Será así durante toda la semana, y tal vez más días, de no cumplirse el cronograma del juicio modificado este lunes. Nada que ver con sus hábitos desde que se estrenó en prisión, viviendo en módulos de confianza con presos que, como él, no son conflictivos. Y es que Abet, en tres años y medio, no ha dado un problema a Instituciones Penitenciarias; de ahí que su expediente no recoja ni una falta disciplinaria. Participa en los talleres ocupacionales y socializa con el resto de internos con los que ha pasado más tiempo, en el penal de Mansilla de las Mulas, en León.

Este martes, después de que la Fiscalía y los abogados expongan sus relatos, será su turno de declarar. Abet hablará finalmente en una sala sin público, y lo que diga, sea verdad o mentira, solo es cuestión de tiempo que se termine sabiendo.

La Voz de Galicia

La lamprea y la regla de los siete años

Entre febrero y marzo, las chupa pedras se convierten en tema de debate por su escasez

En 1925, el término municipal de Valga se extendía desde el límite con Caldas hasta el río Ulla, en la frontera con Padrón. Pero ese año, las fuerzas vivas de Pontecesures, el núcleo más dinámico y urbano del municipio, donde vivía la burguesía, donde más dinero se movía y el comercio parecía más boyante, consiguieron un objetivo largamente acariciado: independizarse de Valga y crear un nuevo concello.

Situado en la desembocadura del Ulla, Pontecesures se convirtió pronto en la capital de la lamprea y en el 75 aniversario de su independencia, celebró una Festa da Lamprea impresionante en la que, además de repartirse 900 raciones del pescado más misterioso y literario, hubo conferencias en las que se dejó claro que la lamprea está envuelta en un aura de secretismo muy especial: de ella se sabe casi todo mientras está en el río, pero se sabe muy poco de su vida mar adentro, en las profundidades oceánicas.

En aquellas jornadas sobre la lamprea, el cocinero Moncho Vilas reconoció que había intentado congelarla e incluso se había llegado a hacer conserva con ella, pero sentenció: «Con la lamprea, el único experimento posible es asustar a los niños. Lo demás son ganas de enredar». Sin embargo, en el año 2001, fui jurado del I Certame Culinario da Lamprea á Bordelesa y recuerdo que se presentaron algunas experimentales: esta con su arroz, aquella con sus picatostes, la había con guisantes y la probé aceitosa, en su punto, blanda, dura y en sazón. Así hasta ocho lampreas acompañadas de buen vino tinto. Aunque lo mío no fue nada comparado con la experiencia de David García Sexto, un procurador de Pontecesures que también estaba en el jurado y aseguraba haberse zampado en dos meses y medio 40 lampreas.

Cada año, a mediados de febrero, principios de marzo, la lamprea se convierte en tema de debate y polémica. Normalmente, las diatribas giran en torno a la carestía de ejemplares. Es una cuestión que solo atañe a Galicia y al norte de Portugal. En el resto de la Península, solo los muy entendidos saben de qué hablamos cuando nos referimos a la lamprea, un animal más antiguo que los dinosaurios, que en Portugal recibe el nombre de reina del invierno, chupa piedras (proviene de Grecia), o flauta de siete ojos.

Esta temporada, la preocupación es más grave porque en Pontecesures dudan incluso de que haya lampreas suficientes para organizar la fiesta. No hay lampreas ni en el Ulla ni en el Miño y las pocas que se pescan están a 80 euros, aunque hay restaurantes de Madrid que las pagan a más de 100.

En Portugal, apuntan que la campaña de la lamprea viene este año un tanto retrasada y solo a finales de febrero ha empezado a haber capturas, pero sin pasarse. Al otro lado de la frontera culpan de la escasez a la regla de los siete años, que viene a decir que cada siete años, toca uno de escasez. Y ahora toca: 2023. Como apoyatura empírica, recuerdan en Portugal que 2016 también fue año de poca lamprea.

En Portugal, ya en la Edad Media, cuando Portugal era solo un condado cristiano del norte peninsular, se establecían privilegios y prohibiciones para su captura. Camôes escribía en sus rimas líricas que la lamprea habitaba «por entre as pedras, sob a clara água dos rios portugueses». Y Eça de Queirós recoge en su libro A cidade e as serras una receta del escabeche de lamprea.

Uno de los lugares de más tradición en esto de la lamprea era Casa Xosé de Valga. Allí, en la recta interminable que une Valga con Pontecesures, María Fernández y Xosé Devesa servían comidas deliciosas. A Casa Xosé venían desde Luarca a comer la lamprea. En alguna ocasión enviaron lampreas guisadas o en empanada en un taxi hasta Zaragoza Madrid en aquellos tiempos en los que no había Seur ni Amazon. María aseguraba que lo fundamental en el guiso de lamprea «es el buen vino, el buen aceite, bastante ajo y cebolla, que la lamprea lo pide, luego el arroz blanco y claro, los secretitos que le pongo». Por Casa Xosé pasaban ministros y conselleiros. Álvaro Cunqueiro y José María Castroviejo siempre paraban a probarla. Y hasta Manolo Escobar, cada vez que iba a actuar a la vecina discoteca Chanteclair.

En Catoira, era famosa la lamprea de Casa Suso. El cantante Víctor Manuel iba a comerla a este restaurante cuando rodaba en la playa de A Lanzada Divinas palabras y recomendaba el local a sus amigos músicos y faranduleros. Cunqueiro, además de comerla en Casa Xosé, la tomaba en Caldas, acompañado siempre por César Torres, un caldense que ejercía de director de la Mutua General de Seguros en Vigo.

En 1995, otro año maldito según la regla portuguesa de los siete años, los pescadores del Ulla se quejaban de que la contaminación «está a acabar co peixe. Hai anos, había días nos que entraban 300 lampreas, hoxe, é raro que algún día collamos 50». En 1995, solo resistían en la desembocadura del Ulla las truchas y las lampreas. Habían desaparecido las angulas, los salmones y los sábalos. Ahora, también escasean las lampreas. Ojalá se deba simplemente a la maldición de los siete años y durante el próximo año, retornen.

J.L. Alonso de la Torre. «El Callejón del Viento»

La Voz de Galicia