El Plan de Concellos libera 137.000 euros a ocho municipios.

Por valor de 137.290 y para actividades culturales, deportivas, sociales, turísticas y medioambientales, la Diputación de Pontevedra acaba de aprobar otra partida dentro de su plan de Concellos. La Diputación destacó ayer que este nuevo modelo convierte a los municipios en protagonistas, al transferir los fondos directamente a las arcas municipales para que sean estos los que los gestionen. En total, está previsto que los municipios reciban a final de mandato cuarenta millones de euros, que se distribuirán en cuatro líneas: inversiones; necesidades de gasto corriente; actividades culturales, deportivas, sociales, turísticas y medioambientales; y ayudas para financiar el empleo.

Los ayuntamientos que han recibido partidas son Agolada, Arbo, Bueu, Caldas de Reis, Mos, Nigrán, Pontecesures y Vilaboa, que los destinarán a actividades deportivas, sociales, festivales musicales, guías de senderos, festivales infantiles, muestras de vino o trofeos de fútbol. Se trata de la sexta relación de ayudas aprobadas en este mandato.

La Voz de Galicia

Alfonso Rueda: “Xa veremos se o PP ten que recuperar a alcaldía de Pontecesures”.

“Xa estamos vendo a situación de desgoberno que hai”, afirmó ayer el presidente provincial del PP, Alfonso Rueda, momento antes de reunirse con los representantes del partido en la comarca Ulla/Umia en Portas. El comentario se refiere al Concello de Pontecesures, que gobiernan BNG y PSOE en minoría desde que los dos ediles de TeGa anunciaron su marcha.
La ruptura se produjo el 20 de enero, y dos días depués el portavoz del PP, Juan Manuel Vidal Seage anunció que en su agenda figuraba iniciar unas negociaciones para poner en marcha una moción de censura.
Poco después, el entonces presidente provincial del partido, Rafael Louzán, afirmó en Pontevedra que el PP estaba atando cabos para presentar mociones de censura en dos municipios. Más tarde se produjo el relevo en el partido de la gaviota y su actual máximo representante, Alfonso Rueda, expuso que propiciar el relevo en las alcaldías no figura entre sus prioridades.
Ayer lo confirmó. Después de subrayar que el PP ganó las elecciones de Pontecesures, afirmó que la “desunión” del Gobierno tripartito quedó de relieve siete meses después de haberse puesto en marcha. “Se xuntaron o resto para que non gobernasemos, e xa se ve a desunión que houbo dende o principio”. Rueda agregó que se “agora o PP ten que recuperar ou non o Goberno, xa o veremos”.
La visita de Rueda a Portas acompañado por el secretario provincial del PP, Cores Tourís, se enmarca en las reuniones informativas posteriores al Congreso provincial. En el encuentro estaba anunciada la presencia de representantes de Caldas, Moraña, Catoira, Valga, Cuntis y Pontecesures.

Diario de Pontevedra

Siete concellos en los que el PP perdió 1.353 votantes.

La última referencia del PP para constatar el respaldo del electorado en el ämbito municipal de la comarca Ulla-Umia son los resultados de las elecciones de mayo de 2015, en las que logró vencer en los concellos de Valga, Portas, Moraña y Cesures, aunque el triunfo no permite gobernar en el último de ellos.
En términos numéricos, el balance no es positivo porque perdió 1.353 votos con respecto a las elecciones que tuvierno lugar cuatro años antes, y el desplome es especialmente significativo en Caldas, donde obtuvo 932 votos menos.
Las subidas de 490 y 99 votos en Portas y Pontecesures, fueron los contrapuntos positivos.

Diario de Poantevedra

La N-550, un vial con tramos muy distintos y peligro constante en la orilla .

Las comparaciones siempre son odiosas, sobre todo si uno las sufre en sus carnes. Esa idea le venía ayer a uno en la cabeza cuando se proponía recorrer la N-550, la carretera «de toda la vida» de Santiago a Vigo y mientras su vehículo se veía enzarzado en travesías con tráfico lento, limitaciones constantes de velocidad y cruces y más cruces de repente miraba hacia un lado del vial y veía la AP-9, con los vehículos a toda velocidad sin retención alguna. ¡Qué diferencia!

El recorrido empieza en Pontecesures. Y empieza mal. Algo antes de las once de la mañana, uno pierda la paciencia ya en la primera travesía. Hay tráfico por doquier. Así que se tardan varios minutos en enfilar hacia Caldas. Cuando por fin uno se pone en ruta, la cosa mejora. El firme está bastante bien salvo por algún pequeño detalle y, conforme uno se acerca al territorio caldense, el tráfico va a menos. Además, gracias a la variante que Fomento construyó, en Caldas uno hasta saca pecho y piensa que, quizás, se equivoquen los que pagan y van por la AP-9. Porque en el tramo caldense, sobre todo en la circunvalación, el coche va casi como un llanero solitario. Apenas hay tráfico y poco rastro de los camiones que kilómetros atrás desesperaban a uno.

Pero la alegría se acaba pronto en la carretera del pobre. En Briallos, ya en Portas, ayer ya se notaba más tráfico. Encima, en esa zona, uno se daba cuenta de una circunstancia que es eterna compañera en este vial: hay peligro constante en la orilla. Ora aparecen peregrinos, como Michael, un austríaco que ayer indicaba que no le gustaba la cantidad de automóviles que pasaban casi rozándole la piel. Más adelante son los niños que se bajan de un autobús o un hombre cargado con una carretilla de hierba. La cantidad de casas que hay pegadas al vial es enorme y, por tanto, el trasiego de peatones también.

En O Cruceiro de Briallos, de hecho, había un vecino intentando cruzar a pelo, sin paso elevado ni otro elemento de protección. «Aquí cruzamos como podemos, non queda outra», afirmaba. Y es cierto. Porque más adelante uno se seguía encontrando viandantes a la carrera incluso en las zonas con tres carriles.

Entrada a la ciudad
El susto más grande, si uno no conoce la carretera, se lo lleva el conductor llegando a Pontevedra. ¿Por qué el coche de repente hace ruido? La culpa es del firme que hay a la altura de las facultades, al que aplicarle el adjetivo de obsoleto es ser bondadoso con él. Pasando Pontevedra y enfilando hacia Vilanova, llega el sufrimiento por la lentitud del tráfico. Ahí, nuevamente, uno maldice el momento en el que no pagó para ir por la AP-9.

El paso de camiones es constante y sonante. Y, para acabar un poco más con la paciencia del conductor, hay cruces por todas partes. Continuas intersecciones, rotondas y otras hierbas que hacen que, para salvar los 57 kilómetros que van desde Pontecesures a Vilaboa haga falta casi una hora. Al menos eso era lo que sucedía ayer a media mañana.

Carteles que hablan por sí solos. En la N-550 hay varias zonas señalizadas como de concentración de accidentes. Distintos vecinos reclaman que se pongan más. fotos maría hermida

La rotonda donde se resbala por culpa de las naranjas. Un naranjo escupe sus frutos de forma continua en una rotonda. Esto hace que el firme acabe convertido en pista de patinaje.

¿Señales en desuso? A lo largo del vial, como en este tramo de Valga, hay señales luminosas apagadas y, en algún caso, en mal estado. También hay carteles que apenas se leen a lo lejos.

La soledad de la variante. Ayer por la mañana, el único momento de soledad en el viaje por la N-550 desde Cesures a Vilaboa era en la variante de Caldas. Apenas se cruzaban uno o dos coches.

Peregrinos por doquier. Ayer eran numerosos los peregrinos que circulaban a orillas de la N-550. En la foto, Michael, un austríaco de Viena al que no le gustaba el paso constante de coches.

Tramos a 40, 50 y 70 hasta aburrir. Las limitaciones a 40 y 50 son constantes, como en esta zona de Portas. Algunas curiosas: hay tres carriles y límite a 70, por lo que es difícil adelantar.

Y de repente… el traqueteo. El firme de la N-550 está medianamente bien en casi todo el recorrido. Pero al llegar a Pontevedra ciudad la cosa cambia: el traqueteo del coche se hace constante.

Peatones que se juegan el tipo. Cruzar es una odisea en todo el vial. En la foto, al fondo, unos peatones se la juegan en Vilaboa. La imagen se repite constantemente en distintos puntos.

La Voz de Galicia

El firme de la N-550 está mejor en la parte arousana que en la pontevedresa.

No puede decirse que la N-550 sea un vial con una cantidad importante de baches. Pero algunos, si se buscan, los hay. En un recorrido de Pontecesures hasta Vilaboa los primeros fallos en el asfalto aparecen un poco antes de llegar a la variante de Caldas, en las proximidades de la fábrica de congelados Clavo. Hasta que uno pasa Pontevedra no vuelve a encontrarse con baches. Pero en el tramo pontevedrés de la carretera y en Vilaboa sí hay algunos. En general, está mucho mejor el asfalto en la parte arousana de la carretera que en la pontevedresa. Ayer a media mañana una cuadrilla de operarios de Fomento hacía labores de limpieza en ambos lados del vial. Retiraban, sobre todo, maleza acumulada.

La Voz de Galicia

Salva o Tren expone sus argumentos en Portas que colisionan con la Senda Verde.

salva

La plataforma “Salva o Tren” explicó ayer en Portas sus argumentos sobre la defensa del tren de cercanías y su rechazo a la Senda Verde que plantean los concellos de Vilagarcía, Caldas y Portas. Al acto, celebrado en la Casa da Cultura, acudieron una veintena de personas.

El portavoz del colectivo, Fernando Gómez, insistió en su tesis de mantener el transporte público a su paso por municipios pequeños como Portas por ser importante para colectivos como universitarios y personas mayores.

Asimismo, hizo hincapié en la importancia de mantener la viabilidad de la unión con Vilagarcía y recuperar el apeadero de Rubiáns, al encontrarse a unos trescientos metros del Hospital de O Salnés y por ser clave, a su juicio, en la comunicación con Vilagarcía y su puerto.

Salva o Tren mantiene que se podía ejecutar la unión con Pontevedra “a coste cero y sin ningún impedimento técnico” y considera que uniría la comarca de Caldas con la capital de la provincia”.

Esta charla, apoyada en una proyección sobre las “ventajas” del mantenimiento del tren de cercanías, se produce días antes de que tenga lugar el pleno de Portas en el que la corporación municipal votará por el apoyo a la puesta en marcha de la Senda Verde en la vieja línea entre la estación de Portas y Vilagarcía.

Vía Verde

Este proyecto de Vía Verde choca frontalmente con la opción de recuperar el servicio de transporte ferroviario que se clausuró en 2008, de ahí que ahora los concellos apuestan más por el turismo medioambiental con el paseo para peatones y ciclistas, más que por la recuperación de la línea ferroviaria, ocho años después, a pesar de la insistencia de este colectivo y sus numerosas entrevistas con las administraciones.

Faro de Vigo