La Diputación lleva a la feria Culturgal los atractivos de villas de O Salnés y Ulla-Umia.

Varios municipios de O Salnés y Ulla-Umia estarán presentes en la feria Culturgal 2015 que se celebra en Pontevedra del 4 al 6 de diciembre, a través del espacio que por primera vez ofrece a los ayuntamientos la Diputación.
Cambados mostrará al público su programación cultural, información sobre su Conjunto Histórico y sobre personajes como Cabanillas y Asorey. Además, se publicitará la Fundación de Arte Contemporánea Manolo Paz. Vilanova divulgará su Casa Museo Valle-Inclán, las ruinas de la fortaleza de Lobeira y el pazo Baión, además de documentos audiovisuales sobre el creador del esperpento y sobre los hermanos Camba, sin olvidar su tradición de salazones. Sanxenxo y O Grove completan la oferta saliniense en la feria, aportando información del patrimonio cultural de ambos municipios.
En el caso de la comarca de Ulla-Umia, Caldas expondrá los atractivos de su festival ??Cultura Quente?. Valga, por su parte, pondrá el acento sobre su conocido Belén artesanal en movimiento, mientras que Catoira potenciará todo lo relacionado con su Romería Vikinga y riqueza histórica. Portas hará lo propio con el mirador de la Azucarera, sus cruceros, pintura y personajes como Elisa Abalo y Domingo Fontán. Por último, Cuntis promocionará su fiesta del lacón con grelos y el yacimiento de Castrolandín.

Diario de Arousa

Caldas propone la disolución de la Mancomunidad por falta de contenido.

La Mancomunidad del Ulla-Umia, que engloba los concellos de Caldas de Reis, Cuntis, Moraña, Portas, Valga, Pontecesures y del que inicialmente también Catoira formó parte, podría tener su futuro en entredicho. Después en los cuatro últimos años solo funcionase para poner en marcha las brigadas forestales, durante tres meses al año y solo en los cuatro primeros municipios, el gobierno caldense convocará a los alcaldes mancomunados a una reunión en la que solicitará su “disolución o dejarla en stand-by pero sin pagar las cuotas”, aseguraba el alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey (PSOE). La postura no sorprende en Pontecesures, mientras que la mayoría del resto de regidores piden, como mínimo, dotarla de “más contenido”.

Con el inicio de la última campaña de brigadistas forestales, a principios de agosto, se percibieron las críticas al actual funcionamiento de la Mancomunidad, de las que Catoira se salió tras un acuerdo plenario y en el que ni Valga ni Pontecesures participaban directamente de los acuerdos. “Se ve cierta desidia, no hay interés en que funcione, ni se ve a nadie con ánimo de liderarlo, ni del partido (por el PSOE) ni de otros”, señalaba Rey ayer que puntualizaba que “Caldas no va a financiar a nadie” en referencia a las cuotas que abonan los concellos, con algo más de un euro por habitante, con lo que el municipio caldense es el que contribuye con más cantidad económica.

“Convocaremos a una reunión a los alcaldes antes de Navidades porque hay que tratar el futuro de la Mancomunidad porque solo se mantienen los servicios mancomunados”, apunta Manuel González, representante de Caldas en la entidad, de la que fue vicepresidente hasta su dimisión en el 2012, tras ser condenado el actual presidente y exalcalde de Portas, Roberto Vázquez (antes PP, ahora VUP), por un delito de fraude fiscal y falsedad documental. “Lo cierto es que nunca se vio con buenos ojos desde otras administraciones por intereses políticos”, señaló González.

Se citan así reivindicaciones de la Mancomunidad por proyectos que no llegaron a cabo como la petición de la instalación en su territorio de un parque de bomberos, u otro de maquinaria, un taller de empleo o la perrera entre otras muchas cuestiones.

Faro de Vigo

La tierra de los gigantes del metal.

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El Grupo Quintá. La dimensión económica de esta empresa es evidente. Su propietario, Andrés Quintá, presume tanto del volumen de empleo generado como de la proyección internacional de su trabajo. Baste un ejemplo de su importancia: llegó a fabricar el estadio inaugural del mundial de fútbol de Brasil.

Valga se ha convertido en el gran foco fabril de Arousa Sur gracias, sobre todo, a las grandes empresas del sector del aluminio instaladas en esta pequeña localidad.

Todo empezó allá por los años setenta, cuando el primer bum del ladrillo hizo crecer los ensanches de las principales ciudades gallegas. Aquel ritmo constructivo, que renegaba de lo antiguo y apostaba por lo moderno, exigía ingentes cantidades de aluminio para estructuras, puertas y ventanas. Y ahí entraron en escena los hermanos Quintá. Armados de un instinto para los negocios innegable y echando mano de sus ahorros, eligieron Valga para instalar una fábrica de perfiles de aluminio. Corría el año 1977. Nacía una empresa- ahora desgajada en dos gigantes: Extrugasa y Exlabesa- a la que muchos apuntan como el motor que impulsó el despegue del sector del metal en la zona. Una red que en estos momentos, y según los datos facilitados por la Asociación de Empresarios do Val do Ulla (AEVU), está integrada en toda la comarca por una treintena de empresas de todos los tamaños.

El desembarco de los Quintá en Valga obedeció a dos razones principales, según recuerda Andrés Quintá. Una, que había terrenos disponibles y adecuados a las necesidades de la firma. La otra, la buena ubicación del Concello, situado en un enclave fantástico -a medio camino entre Santiago y Vilagarcía- y magníficamente comunicado. «Pero hai outros municipios que tamén teñen unha situación estratéxica e nos que non se produxo ese éxito industrial», matiza Daniel Seijas, que está elaborando una tesis sobre la industrialización de la zona hace un siglo.

El cambio
«Poderíase dicir que, a partir dos anos setenta, se pechou un ciclo económico no que os sectores chave eran a madeira e empresas derivadas das telleiras, como a fábrica de ladrillos Novo y Sierra», explica Seijas. Esos sectores entraron en crisis y fueron barridos del mapa del Ullán, aunque no de todo. Finsa (Padrón) sigue como buque insignia del sector maderero y Hormadisa (Valga), lleva más de cuarenta años diseñando y produciendo prefabricados de hormigón.

Otra empresa con historia en Valga es Barton. La firma, que actualmente tiene una plantilla de 70 trabajadores, nació a finales de los años cincuenta para fabricar maquinaria industrial. Su fundador, Juan Barreiro, ya exportaba piezas a Holanda y a otros puntos de Europa en los años sesenta y setenta. Medio siglo después, la tercera generación sigue abriendo horizontes y Barton tiene más de seiscientos clientes repartidos por todos los continentes.

Asegura Amador Barreiro, el nieto del fundador, que en la trayectoria de esta empresa poco ha influido la llegada a Valga del bum del aluminio. «Es posible que a raíz de Extrugasa se hayan desarrollado empresas de ese sector, pero no es nuestro caso. Nosotros fabricamos maquinaria, pero sobre todo para el sector de la madera y alimentario. Sí hemos hecho en alguna ocasión maquinaria para el sector del aluminio, pero de forma muy puntual».

El alcalde de Valga, José María Bello Maneiro (PP) tiene claro que el eje Extrugasa-Exlabesa -esta última, pese a haber crecido, y mucho, fuera de la localidad mantiene en esta una factoría con setenta personas trabajando- ha sido fundamental para el florecimiento del sector del metal en toda la zona, donde mantiene un peso específico claro. El mapa del mercado laboral de la Xunta señala que, entre las diez actividades que en el 2014 generaron más contratos en la comarca de Caldas se encuentra, en el quinto puesto, la fabricación de productos metálicos (salvo maquinaria), y en el noveno la metalurgia y fabricación de productos de hierro, acero y otros materiales.

Y eso que la crisis ha afectado a todo el mundo. Lo reconoce Andrés Quintá, responsable del grupo de empresas articulado alrededor de Extrugasa. Sus naves, que están a punto de experimentar un nuevo crecimiento, se extienden en estos momentos sobre 80.000 metros cuadrados, a caballo entre las parroquias de Cordeiro y Campaña. Allí trabajan alrededor de medio millar de personas. Andrés Quintá está orgulloso de la que ha sido la gran obra de su vida, y de que su fábrica haya sido «escuela» para muchos de los empresarios que han ido naciendo en Valga. «A xente que leva a etiqueta de aquí leva cousa boa», sentencia.

Uno de los que lleva esa etiqueta es Juan Castaño. Trabajó durante 16 años en Extrugasa pero luego decidió arriesgarse y montar su propia empresa. No ha pasado tanto tiempo y ODL se ha convertido en toda una referencia en la fabricación de vehículos especiales. De su planta en Valga han salido escuelas móviles para Venezuela, hospitallities como el que acogió a los protagonistas de la final de MotoGP celebrada hace unos días en Valencia, por no hablar de los palcos de buena parte de las orquestas de Galicia, bares móviles y hasta el portalón de una casa. Precisamente, tener una actividad tan variopinta es una de las claves en las que Castaño cifra el éxito de ODL. En eso y en no desatender ningún pedido, por pequeño que sea.

Un perfil marcado
«Os empresarios que temos aquí comparten algo moi especial: están todo o día ao pé do cañón, coñecen ata o último detalle da súa empresa», asegura el alcalde de Valga. A esa tipología, dice, responde también José Sierra, el responsable de Urovesa, la última gran empresa que ha entrado a formar parte de la realidad valguesa. La firma, especializada en la fabricación de vehículos militares, ya está funcionando en las viejas instalaciones de Novo y Sierra. «E xa hai xente do noso Concello traballando alí», dice el alcalde satisfecho.

Pese a presumir de una larga lista de empresas de éxito, Valga sigue siendo una localidad castigada por el paro. Más de medio millar de vecinos están en situación de desempleo, precisamente debido al golpe de la crisis. Con ella cayó el cemento y se resistió el acero, dejando en la cuneta a muchos profesionales que se habían formado en las empresas, pero que carecen de títulos que faciliten su regreso al mercado laboral.

Y eso que Valga es uno de esos lugares en los que, fruto del diálogo entre empresa y Administración, el mapa educativo se ha adecuado a la oferta laboral de la zona. Así, en el instituto de la localidad se imparte un ciclo medio de calderería y soldadura, y uno superior de estructuras metálicas cuyos alumnos han logrado, hasta la fecha, un importante nivel de inserción laboral.

La Voz de Galicia

Considerable incremento del tráfico en la carretera Pontecesures-Vilagarcía.

Daba igual que fuesen autopistas que viales nacionales o comarcales. En los últimos años, el tráfico viario en las carreteras de O Salnés -como en las demás comarcas gallegas y en el resto de España- no paraba de bajar. Era la consecuencia directa de la crisis; vehículos pesados y furgonetas de trabajo que habían dejado de circular porque sus dueños habían perdido el empleo: turismos que se quedaban el fin de semana en el garaje porque sus propietarios no tenían dinero con el que llenar el depósito y muchos que, simplemente, se habían deshecho del vehículo porque no lo podían mantener o no pudieron comprarse otro cuando el primero tuvo que ir al desguace.

Y eso fue así durante varios años, hasta que en el 2014 comenzó a constatarse una pequeña recuperación que parece confirmar que, al menos al borde de las carreteras, sí empiezan a asomar algunos brotes verdes. Esa ligera recuperación varía dependiendo del vial que se analice, pero en general, todos ellos soportan algo más de tráfico cada día, según se puede constatar de los mapas de aforos que publicó recientemente el Ministerio de Fomento.

Teniendo en cuenta esas estadísticas, que comparan el tráfico registrado en el 2014 con respecto al año anterior, la carretera en la que la recuperación del tráfico fue mayor es la de Vilagarcía a Pontevedra, sobre todo en el tramo que va de Baión hacia la capital de la provincia, que registró casi un 8 % más de vehículos que en el año anterior. En el otro tramo, desde Baión a Vilagarcía, el crecimiento es algo menor, pero también importante, con un 6,3 % más que en el 2013.

También aumentó considerablemente en la Autovía do Salnés. En el tramo que va desde Cambados hasta A Lanzada, el aumento de vehículos fue de un 5 % a lo largo del último año. Similar fue el incremento en el tramo siguiente que va desde la carretera de A Lanzada al centro de O Grove, un argumento a favor de quienes piden que el desdoblamiento de la autovía continúe a través de la península meca. Al menos en lo que se refiere al tráfico, los datos avalan esa tesis.

Otras carreteras registraron incrementos menores, pero en general, todas ellas fueron recuperando tráficos a medida que avanzaba el 2014. Llama la atención lo que ocurre con la antigua C-550 a su paso por la comarca. En el tramo que va desde Pontecesures a Vilagarcía, el incremento fue importante, con un aumento del 6,3 %. Sin embargo, baja considerablemente entre Vilagarcía y Cambados, donde el incremento con respecto al año anterior se reduce al 3,1 %. Posiblemente el principal motivo de esa diferencia se explique en la alternativa de la Vía do Salnés, preferida por la mayor parte de los conductores para hacer el tramo entre Vilagarcía y Cambados.

En la autopista
Caso aparte son las autopistas de peaje. Una ligera recuperación de la economía y de la actividad económica, a lo que se suma también un tímido incremento en la venta de coches provocó que incluso en los viales de pago haya aumentado ligeramente el tráfico, pero desde luego, no al mismo nivel que las carreteras convencionales. En la AP-9 a su paso por la comarca, por ejemplo, el último año subió un 0,5 % el tráfico, un porcentaje pobre sobre todo si se tiene en cuenta que llevaba varios años con caídas significativas.

Un lento pero progresivo incremento a medida que fue pasando el año
El inicio de la recuperación del tráfico en las carreteras de la comarca podría fijarse en el mes de marzo, más o menos. Porque si se compara el número de vehículos que pasaron en los primeros meses del 2014 con respecto al año 2011, todavía la cifra era superior hace cuatro años, pero a partir de ese mes, fue creciendo de forma progresiva.

En enero del 2011, por poner un ejemplo, en la estación que mide los aforos de la N-550 a su paso por Caldas, se contabilizaron 3.591 coches cada día. En el mismo período del 2014 fueron menos: 3.504, en concreto. Lo mismo pasó en febrero, con 5.428 vehículos en el 2011 y 3.637 en el 2014. Pero la comparación dio un vuelco a partir del mes siguiente, con 3.878 en marzo del 2011 y 3.929 en el mismo mes del 2014. A partir de ahí las cifras fueron aumentando mes a mes, de tal manera que el 2014 se cerró con un incremento del 0,2 % del tráfico con relación al 2013. Una cifra, con todo, muy inferior a la de otros viales de la comarca y también de otros puntos de España, que registraron incrementos más importantes.

Pese a ello, si se tiene en cuenta la N-550, el año pasado fue el primero en el que se registró un pequeño incremento después de varios ejercicios seguidos con un descenso de vehículo que empezó, precisamente, en el 2011.

La Voz de Galicia

Quejas del PSOE en Caldas por la falta de inversión en la comarca.

«Apagón orzamentario». Con esas dos palabras definió ayer el PSOE los Orzamentos de la Xunta para el 2016 en la comarca Ulla-Umia. El diputado del PSdeG Pablo García se comprometió en un encuentro con el alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey, y los portavoces socialistas en Barro, Pontecesures, Moraña y Cuntis a presentar una «ofensiva de emendas» para saldar lo que calificó de «débeda histórica» con estos municipios.

En el caso de Caldas, reclaman la construcción de un nuevo centro de salud y actuaciones de saneamiento en el río Umia. En Barro también piden un ambulatorio y la mejora de la seguridad en la PO-531. En Moraña la principal demanda es la segunda fase de la carretera Porráns-Cuntis, y en Cuntis, la ampliación del polígono industrial de A Ran, algo fundamental para dinanizar la actividad económica y el empleo en la comarca, dijeron.

La Voz de Galicia