Recorren el tramo Tui-Santiago en menos de 30 horas, y eso que mientras peregrinan compiten en duras pruebas de resistencia
En la orilla de Padrón se instaló un campamento para que los soldados se cambiaran de ropa.
Si alguien vio pasar a un peregrino a toda velocidad y observó que de pronto se lanzaba al agua para cruzar a nado el río Ulla, que no se preocupe. Ni fue una visión ni el individuo en cuestión estaba loco. Eran miembros de las Fuerzas Armadas, que participaron así en un concurso-peregrinación que consistía en llegar de Tui a Santiago en menos de 48 horas. En total los peregrinos tenían que superar ocho pruebas y volver a peregrinar sin perder el ritmo. Los ganadores llegaron ayer a las 7.30 horas, pero los segundos no lo hicieron hasta las ocho de la tarde.
La Brilat de Pontevedra organizó un concurso en el que participaron 17 patrullas compuestas por un centenar de particulares. Doce de ellas pertenecían a la propia Brilat, mientras que tres eran del Ejército de Tierra, una de la Armada y otra, del Ejército del Aire. La prueba consistía en recorrer el Camiño Portugués, entre Tui y Santiago, en el menor tiempo posible, y además parándose a competir en todo tipo de pruebas físicas y de resistencia.
El recorrido topográfico, lanzamiento de granadas, tiro de precisión con fusil, una prueba de rápel, la llamada pista de aplicación, utilización de medios semipermanentes, un recorrido cronometrado y, por último, cruzar el río Ulla a nado, centraban las competiciones que la organización tenía reservada a los soldados.
Ayer, por ejemplo, esos militares sorprendieron a propios y extraños cuando se detuvieron en Pontecesures para echarse al agua y cruzar el río, hasta la orilla de Padrón, para desde allí seguir viaje hacia Compostela. Ocurrió por la tarde, cuando resulta que los primeros, y por tanto los ganadores del concurso, ya habían llegado a la Catedral a las siete y media de la mañana.
¿Cómo David Meca?
Ver ayer a aquellos soldados nadar en el Ulla, con sus ropas dentro de una bolsa que tenían que arrastrar contra corriente, recordó a muchos la proeza del afamado nadador David Meca, que avanzó río arriba desde Vilagarcía hasta Pontecesures.
La diferencia es que Meca pudo hacerlo con toda la tranquilidad del mundo, mientras que estos soldados atravesaban solo una pequeña parte de un largo recorrido de competición y dureza que comenzaba cerca de la frontera portuguesa y llegada al corazón de Galicia.
Esos «monstruos» del Camiño Portugués se comieron este itinerario al trote, empleando algunos menos de 30 horas para llegar de Tui a Santiago, algo que a las personas «normales» puede costarles varios días, y eso que, como queda dicho, tuvieron que disputar variadas pruebas que les hicieron perder mucho tiempo.
De este modo los organizadores del llamado Concurso de Patrullas trataron de «fomentar el espíritu de cohesión y reforzar la identidad colectiva de las fuerzas ligeras, haciendo extensivos los lazos de unión al resto de Ejércitos que componen las Fuerzas Armadas».
También se pretendía «dar a conocer el nombre de la Brilat, realizando un concurso que puso a prueba la dureza, la habilidad y resistencia de los participantes», y como tercer gran objetivo se perseguía «estrechar relaciones tanto en el ámbito militar como en el civil, dando la posibilidad a los participantes de obtener la Compostelana».
Para hoy, como acto de clausura, se anuncia la presencia d los soldados en la Praza do Obradoiro.
FARO DE VIGO, 26/05/11