Una vez al año, convocados por el Concello, los empresarios afincados en la localidad del Baixo Ulla comparten mesa y mantel.
Una vez al año, convocados por el Concello, los empresarios afincados en Valga comparten mesa y mantel. Y de paso, impresiones, problemas, experiencias… La reunión anual tuvo lugar el lunes. Y esta vez, tras varios años de ausencia, el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijoo acudió a la cita. Era, señaló él mismo, casi una deuda pendiente que ha querido saldar.
La visita de Feijoo no fue desaprovechada ni por los empresarios de Valga ni por el alcalde de esta localidad, que expusieron al máximo responsable del gobierno gallego sus reivindicaciones, que son muchas y variadas. El alcalde, José María Bello Maneiro, se encargó de poner sobre la mesa una realidad que hace del municipio, casi casi, una excepción en el conjunto de Galicia: «Non dispomos dun metro cadrado de terreo industrial público e as empresas demandan solo», dijo. El municipio está perdiendo la oportunidad de fijar industria por esa carencia, y por esa razón reclamó al presidente de la Xunta «un esforzo para que poidamos contar con solo empresarial, porque o polígono industrial é básico para nós». Y ese «nós», recordó, hace referencia a un municipio que presume de ser «unha potencia industrial», un puesto en el que se quiere afianzar.
Núñez Feijoo reconoció que en Valga, efectivamente, hace falta suelo para favorecer la instalación de empresas. Y se lamentó de que, en su momento, se ubicasen polígonos en lugares en los que no existía esa demanda, y que siguen hoy en día vacíos. A los empresarios reunidos a su alrededor les reconoció ser «a chave deste concello» y les agradeció, especialmente, «o voso traballo e os empregos que dades».
Como portavoz de esos empresarios tomó la palabra Andrés Quintá, el veterano fundador de Extrugasa. Quintá recomendó a los políticos presentes en la reunión -estaban también los conselleiros de Industria y Medio Rural- que echasen un vistazo a lo que se está haciendo en otros lugares. Puso especial énfasis en Portugal, «un centro de captación de empresas a menos de hora y media de nosotros, con una oferta de polígonos con servicios de logística, energía, extensión de terreno y sin trabas burocráticas». Aquí, sin embargo, quedan muchas cosas que hacer. A nivel global, por ejemplo, mejorar la educación y la formación, convirtiendo las facultades «en auténticos laboratorios tecnológicos» y formando «mano de obra cualificada que dé respuesta a las demandas de nuestras fábricas». Apoyar a los emprendedores y aliviar «las enormes cargas fiscales y burocráticas» son otras necesidades que afectan a todo el empresariado gallego. Pero hay otras demandas con claro sabor local. Es el caso, por ejemplo, de la reivindicación de un apeadero del tren entre Campaña y Cordeiro, que «representaría una notable utilidad y rentabilidad por la reducción de costes de desplazamiento de sus mercancías a los principales puertos gallegos».
La Voz de Galicia