Lo prometido es deuda. En el mes de febrero, la Consellería de Medio Ambiente, Transporte e Infraestructuras anunciaba que, en cuanto el tiempo lo permitiese, acometería un plan de mejora de la seguridad vial en la recta de Campaña (Valga). Consistiría este, explicaba entonces la Xunta, en la instalación de semáforos en varios puntos de la carretera y en el pintado de pasos de peatones. Con cierto retraso sobre el calendario previsto -el Concello contaba con que las obras estuviesen listas en marzo-, esta semana han comenzado los trabajos de instalación de las señales luminosas que regularán el tráfico en esa vía, cuyas orillas están densamente pobladas.
Según los planes esbozados en su día por el alcalde, el popular José María Bello Maneiro, sobre el tablero de la PO-548 en Campaña se dibujarán hasta cinco pasos de peatones, que se sumarán a los dos por los que inicialmente estaban condenados a cruzar los vecinos. Estos aseguraban que esos dos puntos estaban mal colocados y mal señalizados. Con las nuevas señales horizontales, algunas de las cuales ya han sido pintadas, los peatones no se verán obligados a cubrir largas distancias para poder cruzar la carretera por un lugar habilitado para ello.
La Xunta explicaba que algunos de esos pasos de cebra iban a estar regulados por semáforos. Y, efectivamente, un grupo de operarios se afanaba ayer en dar los últimos retoques a la pérgola que sostiene las señales luminosas. El trabajo quedaría rematado «en calquera momento», según decían los obreros que pintaban de verde la estructura metálica.
Estos semáforos pretenden facilitar a los peatones el cruce de una carretera -la que une Vilagarcía con Pontecesures- que registra una elevada densidad de tráfico. De hecho, según los datos de aforos que maneja la Xunta de Galicia, por este punto de la red viaria se mueve un número superior a los 8.000 vehículos por día.
Estas obras de seguridad vial habían sido reclamadas en numerosas ocasiones por los vecinos del lugar. Los dos márgenes de la carretera están densamente poblados, y el movimiento de peatones de un lado a otro de la calzada es frecuente. Para cruzar por los pasos de peatones que estaban habilitados, los vecinos debían hacer importantes desplazamientos a pie, lo que provocaba que muchos acabasen cruzando la calzada de forma irregular a fin de ahorrar tiempo y esfuerzo.
Por esa vía, rodeada de viviendas, se mueven 8.000 vehículos al día
La Voz de Galicia