Sofocan el fuego en una cocina y un baño en una casa de Condide, Pontecesures.

Una cesureña de unos 70 años de edad tuvo que dormir ayer fuera de su casa, al quedar esta totalmente afectada por el humo de un incendio quke se generó en la planta baja de la misma, en la zona de Condide.
El incendio se declaró a las 19:20 horas, en un cuarto anexo a la cocina en el que, entre otras cosas,se guardaban dos congeladores y otros enseres.
Según fuentes de Protección Civil de Valga, las llamas se extendieron a un pequeño cuarto de baño situado al lado, y también lo calcinaron por completo, pero el incendio se quedó estancado en esta zona y no avanzó hacia la planta alta de la casa.
No sucedió lo mismo con la gran humareda que se generó, ya que esta se extendió por toda la casa, incluída la parte alta, afectando a todas las estancias, De este modo, Bombeiros do Salnés desplazados al lugar, encontraron enormes dificultades para completar las tareas destinadas a airear el inmueble.
Por este motivo, la dueña de la vivienda, una mujer de avanzada edad, que no sufrió daños físicos pues no se encontraba dentro de la residencia cuando se generó el fuego, tuvo que desplazarse a casa de unos parientes para dormir.
Al lugar del incendio, después de que se diese la alerta al 112, acudieron efectivos de Protección Civil de Valga, del GES de Valga y de Bombeiros do Salnés que derivaron a los efectivos de la planta de Vilagarcía.
Además, al lugar acudieron diferentes responsables políticos de Pontecesures para interesarse por el estado de la dueña del inmueble.

Diario de Pontevedra

El incendio originado en una cocina afecta a una casa de Pontecesures.

Una alerta de incendio se registró ayer a las 19.24 horas en una vivienda en el lugar de Condide, en el Concello de Pontecesures. El siniestro comenzó en una cocina de la parte de atrás de la casa, pasó al cuarto de baño y llenó de humo el resto del inmueble, pero solo se registraron daños materiales. Actuaron bomberos de O Salnés, miembros del GES y de Protección Civil de Valga y Pontecesures.

Faro de Vigo

Cocina urgente para un hombre tranquilo.

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Fraguó sin prisas la moción de censura. Porque en la política, como en la cocina, hay que medir los tiempos.

El arroz caldoso con luras y gambas «é fácil de facer e leva pouco tempo. Non é comida de estudante, pero case». La última parte de la afirmación me sorprende. La experiencia me dice que el plato más elaborado que se cocina en un piso universitario son los espaguetis con atún. «Ese era un clásico», reconoce Juan Manuel Vidal Seage. Aprovechamos la puerta al pasado que nos ha abierto nuestro anfitrión y nos colamos por ella. Al otro lado nos lo encontramos con «17 anos, o selectivo aprobado, e tendo que decidir a que quería adicarme, con certa solvencia, durante toda a miña vida».

Primero se imaginó siendo físico, y se matriculó en esa carrera. Pero, pese a su predilección por la materia, la cosa no cuajó. «Entón decidinme por algo tan insulso como a Economía», cuenta. Nunca pensó que en el futuro se iba a convertir en alcalde de Pontecesures. Por aquel entonces, ni siquiera residía en esta localidad, que conocía porque «de pequeno traíanme os meus pais ao pediatra, Don Adolfo».

Juan Manuel Vidal Seage nació en Rois, donde vivió sus primeros años. La suya fue una infancia «de olor a aldea e a vacas, porque por alí había vacas por todos os lados». Iba a una escuela unitaria en la que niños y niñas estaban separados, pero todos, a los cinco añitos, rezaban el Padre Nuestro en latín. ?l aún puede recitarlo de memoria. Nunca tuvo problemas ni con las declinaciones, ni con ninguna otra asignatura. «Era o prototipo do chapón. Saquei todo sobresaíntes, sempre», recuerda.

Empezó en política bastante joven, en las Novas Xeracións del Partido Popular. Pero siempre fue un militante «de infantería, de pegar carteis, de megafonía e de loxística». Por eso en 2010, cuando le propusieron ser candidato del PP en Pontecesures, tardó en creérselo. «Eu tiña o meu traballo e estaba en varios colectivos, porque sempre me gustou o asociacionismo», explica. Pero, ¿presentarse a alcalde? ¿Encajaba eso en su vida? Decidió probar. Pese a los riesgos. «A fin de contas, era un pobo no que non nacera», insiste. ¿Y tan importante es eso? «Aquí a xente dálle moita importancia ao do RH, e iso que este pobo é un crisol de outros moitos», dice Seage esbozando una sonrisa. Cuando fue designado candidato, un militante le dijo que «preferiría a alguén nacido aquí». A él, más que eso, le preocupaba que en Pontecesures, «non me ían dar ningún premio á popularidade. Levaba aquí dende 1999, pero ninguén me coñecía». Aún así, consiguió formar lista y logró mantener al PP con dos concejales en la corporación. Durante los cuatro años de Angueira «fixemos unha oposición sensata. Non me gusta o ruído, e menos na política». En las elecciones de 2015 el PP se convirtió en la fuerza más votada y Seage se encontró con la posibilidad de encabezar un gobierno si lograba sumar los votos de Maribel Castro (IP) y Ángel Souto (TeGa). Dos enemigos irreconciliables que no querían ni verse en pintura.

Seage aplicó entonces a la política ese principio de pensamiento crítico que intenta inculcar a sus pupilos de catequesis. Tras analizar la situación, llegó la hora de desempolvar los conocimientos de Física. Dejó macerar la situación, se tomó su tiempo. Luego, cuando se rompió el gobierno de Cecilia Tarela, empezó a trabajar la fusión de tres grupos de derechas separados por una fuerza centrífuga difícil de controlar. Así logró formar gobierno, convertirse en alcalde y quien sabe si encauzar la reunificación de la derecha cesureña tras largos años de fractura.

En estos momentos, la verdad, hay otros asuntos que le preocupan más. Darle a Pontecesures la vuelta que sus votantes esperan. Tender puentes hacia los trabajadores del Concello, con los que las relaciones están tensas aún -estando en la oposición, el actual gobierno tumbó la relación de puestos de trabajo pactada entre el anterior gobierno y los trabajadores-. Reconducir esa situación costará lo suyo. Pero Seage está dispuesto a hacerlo siguiendo, de nuevo, la estrategia del fuego lento, la única que garantiza «que o arroz de abaixo non quede pegado á pota, mentres que o de arriba segue cru».

La Voz de Galicia

Valga recuerda a Celestino Carbia, alcalde republicano y agricultor pionero.

Fue fusilado en Monteporreiro el 11 de mayo de 1937 -Se enfrentó a la Iglesia y promovió una cooperativa de sidra.

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Valga recordó ayer a sus vecinos asesinados y represaliados durante la dictadura franquista, personificados todos en la figura de Celestino Carbia Campaña, alcalde de la localidad entre 1931 y 1936. Tras el alzamiento militar estuvo preso en la isla de San Simón y fue fusilado en Monteporreiro el 11 de mayo de 1937. En cuestión de días se cumple el aniversario de su muerte, que generó tal polvareda y malestar en la villa que las autoridades se vieron obligadas «a decir que se le había concedido el indulto, pero que había llegado tarde. No era verdad, lo hicieron para calmar a la gente», recuerda su nieto, Manuel Carbia, uno de los participantes en el homenaje celebrado en el teleclub de Cordeiro. El mismo local, ahora restaurado, que se construyó en el año 1917 como sede del antiguo Sindicato Católico Agrícola de Cordeiro, una institución cofundada por el bisabuelo de Manuel y padre de Celestino, Francisco Carbia Fariña. También él fue alcalde valgués, dando después el relevo al ayer homenajeado, al que se recordó como «un defensor de la libertad y de los derechos de las personas, sobre todo de las más desfavorecida, impulsor del cooperativismo» y pionero en el sector agrícola.

«Era un terrateniente, pero sabía lo que hacía», comenta su nieto. Quería para Valga las mejores plantaciones y el mejor ganado, lo que motivó la creación del mencionado sindicato. Tenía en sus terrenos «una plantación de tabaco, que fue lo primero que le incautaron», y alrededor de 200 cabezas de ganado. Era conocido y reconocido, no solo por «ayudar a los pobres», sino por contar también con aparejos punteros para el trabajo en el campo. «En aquel momento, cuando todos tenían aún arados de palo, mi abuelo compró dos de hierro. Uno era para quedárselo y el otro para enseñar a la gente a cultivar con él», añade Manuel Carbia. Recuerda, además, uno de los proyectos más ambiciosos de su antepasado, truncado por la muerte. Quería plantar 16.000 manzanos para constituir en Valga una cooperativa de elaboración de sidra. Y se le recuerda, igualmente, por haberse «enfrentado a la Iglesia. Los curas exigían, cuando moría una persona, que la familia les llevaran sacos de cereales» a modo de impuesto «y mi abuelo sacó un edicto prohibiendo «esas prácticas» en una época en la que la gente vivía de los productos que cultivaban.

Otros represaliados

Celestino Carbia no fue el único miembro de su familia víctima de la represión. Su yerno, Arturo Ferro Eiras, fue encarcelado en el penal de San Cristóbal, en Pamplona, y asesinado cuanto trataba de escapar a Francia. Fueron muchos los valgueses que sufrieron la represión en sus propias carnes y algunos sobrevivieron gracias a todo tipo de artimañas. Fue el caso de un vecino de Laxes, que vivió escondido en un agujero debajo de la cocina de su propia casa.

Además de Manuel Carbia, en el acto de ayer en el teleclub participaron Margarita Teijeiro, de la asociación O Faiado da Memoria, y Raúl Soutelo Vázquez, profesor e historiador que en el año 2044 ganó el premio de investigación Xesús Ferro Couselo con el proyecto «Emigración de retorno e dinámicas sociopolíticas locais na Galicia rural: unha microanálise dende Valga, 1890-1950». Este trabajo fue publicado años después, en 2007, por el Ayuntamiento valgués.

Faro de Vigo

Un aficionado a la cantería levanta un bonito edificio de piedra que se convirtió en el restaurante padronés A Casa da Corredoira.

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Hecho íntegramente en granito, cuenta con una espectacular terraza exterior al borde del río.

Un enamorado de la cantería decidió ocupar su tiempo libre construyendo la casa de sus sueños. Y vaya si lo hizo. Fueron ocho años muy bien empleados porque su obra recibe cada día mil elogios. Situada a las afueras de Padrón, justo en donde empieza el doble carril antes de A Escravitude, en dirección Santiago, llama la atención por sus balaustradas y un atractivo diseño que simula al de un antiguo pazo.El precioso edificio de piedra, que cuenta con un amplio aparcamiento delante, se convirtió el pasado 20 de diciembre en el restaurante A Casa da Corredoira, que dirige José Varela en compañía de su hijo Kiko. Después de unos inicios titubeantes, en la actualidad dispone de un gran profesional en la cocina que ofrece sobre todo carnes a la parrilla y pescados, pulpo y mariscos, a lo que suma un menú del día y las comidas de grupos. Además, diseñó un menú especial por la fiesta de Pascua.El atractivo del edificio no se queda entre las cuatro paredes. El comedor, apoyado en dos grandes columnas de granito y con un atractivo ventanal que comunica con la zona de barra, tiene capacidad para sesenta comensales y está atendido por un equipo de sala. Y lo mejor está en el exterior, en donde sorprende con una atractiva terraza con grandes mesas de piedra y bancos situada al borde de un río que ofrece a los clientes de este restaurante el murmullo de sus aguas.

El Correo Gallego

«La lamprea da mucho juego, en la cocina y en la ciencia».

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«Yo soy muy de mi pueblo. Cuando alguien me presenta como de Santiago, lo corrijo y le digo que soy de Pontecesures». Tomás Sobrino, un científico de carrera prometedora, presume de sus orígenes donde quiera que vaya. Y asegura que haber sido invitado a leer el pregón de «la fiesta más importante de Pontecesures, junto con el San Lázaro, es un orgullo». Así que mañana hablará de la lamprea. Y tiene mucho que decir, porque es un pez que conoce bien. «Yo soy un amante de la lamprea». Le encanta preparada al modo tradicional y le gusta, también, explorar nuevas opciones gastronómicas. «En casa de mis suegros la hacen en guiso, con patatas y guisantes, y está deliciosa. Y el otro día la probé a la brasa con puré de calabacín… y resultó impresionante. Por no hablar de la ruta de pinchos que se hizo en Pontecesures».

El valor de lo primitivo

Pero, además, la lamprea y el científico coinciden también en el laboratorio. Tomás Sobrino es el director técnico del Laboratorio de Investigación en Neurociencias Clínicas del IDIS (Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago). En estos momentos, coordina un proyecto europeo para desarrollar nanoestructuras susceptibles de diagnosticar Alzheimer cinco años antes de la aparición de los síntomas de esa enfermedad. La neurociencia es su territorio, y en él la lamprea, por increíble que parezca, también tiene reservado un lugar relevante.

«Yo estudié Biología, y ya entonces me la encontré en el laboratorio, porque algunas de las prácticas las hacíamos con lampreas». ¿Les extraña? Pues tiene su explicación. «Este es el animal vivo más antiguo que existe y tiene un sistema nervioso muy primitivo que hay que estudiar». Son muchas las tesis que tienen a este animal como protagonista. Y son muchos los estudios -el proyecto europeo que dirige Sobrino incluido- que intentan buscar soluciones a problemas médicos actuales gracias al estudio del primitivo sistema nervioso de la lamprea, haciendo «modelajes de posibles enfermedades» y sustentando nuevas informaciones. Así que «es verdad, este pez tiene millones de años pero sigue dando mucho juego, tanto en la cocina como en la ciencia».

De esos dos potenciales de la lamprea, hablará Tomás Sobrino en el pregón que dará mañana, a las doce del mediodía, en el Concello de Pontecesures. Con sus palabras se dará por inaugurada oficialmente la Festa da Lamprea.

La Voz de Galicia