Los valgueses mejoran sus conocimientos y habilidades en materia de empleo doméstico.

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La entrega de diplomas efectuada en Valga.

El alcalde del Concello de Valga y diputado provincial José María Bello Maneiro presidió la entrega de los diplomas a los alumnos de la localidad participantes en el curso de empleo doméstico llevado a cabo al abrigo del programa “Aquelando 3”, desplegado por la Diputación de Pontevedra.

Los asistentes a este ciclo formativo recibieron la correspondiente acreditación, con derecho al certificado de profesionalidad de nivel 1.

En la Diputación recuerdan que el programa “aQuelando 3”, cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE) en un 80%, tiene como finalidad “hacer posible la entrada en el mercado laboral de personas desempleadas de la provincia a través de itinerarios personalizados de inserción, intentando cubrir las carencias detectadas anteriormente, ya que de todos es sabida la importancia de la conciliación para desempeñar un puesto de trabajo en todos los sectores sociales”.

2.000 personas

En este sentido, el ente provincial resalta que “más de 2.000 personas han sido derivadas desde los servicios sociales de los ayuntamientos de la provincia, servicios públicos de empleo, asociaciones de tipo social, mancomunidades y fundaciones, brindándose a más de 700 personas la oportunidad de capacitarse en el desempeño de una ocupación que les permita lograr su inserción laboral”.

Cabe destacar que la mayoría de los participantes son mujeres, t también que “se apreció que una de las causas y dificultades más importantes de la baja cualificación profesional para el acceso al mercado de trabajo es el poder conciliar la vida familiar y laboral, especialmente en familias monoparentales, en colectivos con mayor riesgo de exclusión social y entre las mujeres inmigrantes”.

Faro de Vigo

Los vecinos de Valga le echan un poco de teatro.

A la vida hay que ponerle algo de arte. Elijan ustedes la fórmula que más le guste: una dosis de música por aquí, algo de literatura por allá… En Valga, un buen puñado de niños y mayores han realizado su elección y se han quedado con el teatro. Ayer comenzó un nuevo curso de la escuela municipal que permite a los vecinos de esta localidad del Baixo Ulla adentrarse en el mundo de las representaciones y los escenarios. Las clases comenzaron ayer, en el auditorio de Cordeiro, donde los niños primero, y los mayores después, se subieron a las tablas por primera vez tras un tiempo de descanso.

El director de esta escuela es Manuel Solla. Lleva varios años ayudando a los vecinos de Valga a enfrentarse al miedo escénico, tanto desde estas clases formativas como desde la organización de la representación que llega cada año con la batalla de Casal de Eirigo. A Solla, su experiencia le permite afirmar que el teatro aficionado está viviendo una edad dorada. Y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que subirse a la tabla y meterse en la piel de otro, bien sea en la un soldado francés, bien en la de un pirata cojo, puede tener un sinfín de efectos positivos sobre nuestra vida.

Y si no, escuchen. El teatro, dice Manuel Solla, «axuda a tomar conciencia dun mesmo, das nosas potencialidades». Es decir, que ayuda a reforzar la autoestima y a enfrentarnos con nosotros mismos. Por si eso fuese poco, el teatro ayuda también a mejorar «a capacidade para expresarnos, a ter máis recursos para facelo». Y es que las clases de teatro son como sesiones de coaching en las que se enseña a «buscar solucións aos problemas de forma creativa», potenciando también esa dosis de «responsabilidade» que lleva aparejado subirse al escenario y encontrarse, cara a cara, con el público.

El teatro es apto para gente de todas las edades. En Valga, los alumnos más jóvenes de Manuel Solla tienen seis años. Los mayores, en este caso, rondan los sesenta. «Pero en Baión, por exemplo, teño un alumno de 83 anos». Evidentemente, no es lo mismo dar clase a unos rapaciños que solo piensan en jugar y divertirse, que a un grupo de adultos que, en ocasiones, están atenazados por los nervios y la vergüenza. El profesor lo confirma. «Cos nenos facemos moitos xogos, e despois obras con pouco texto», explica. A los mayores les toca memorizar un poco más.

El buen estudiante

Pasemos, dando un pequeños salto, a Catoira, donde los alumnos del colegio Progreso participarán un año más en un programa que pretende enseñarles a valorar a los buenos deportistas y a los buenos estudiantes. Pero a los buenos de verdad, los que hacen del sacrificio, de la cooperación, de la creatividad, de la constancia y del trabajo en equipo, sus auténticas señas de identidad. Hoy, a las ocho de la tarde, la orientadora del colegio de Catoira, Milagros Rodríguez, y el técnico municipal Manuel Isorna, mantendrán una reunión con padres de alumnos para intentar involucrarlos de forma activa en esta actividad.

La Voz de Galicia

La ausencia de lluvias impidió pescar lampreas en el Ulla.

La jornada de ayer tampoco propició la captura de lampreas entre los barcos de valeiros que comenzaron campaña en el Ulla, a su paso por Pontecesures. Y, al mismo tiempo, en las pesqueiras de Areas (Herbón) tampoco nadie ha probado fortuna, a pesar de estar abierto ya el período hábil de captura de este antiguo manjar, paradójicamente, una especie que parasita a otros peces. La explicación que daban tanto los especialistas en el deporte de la pesca, como Miguel Piñeiro, o el propio presidente del colectivo de valeiros cesureños, Antonio Pesado, es que el escaso caudal del Ulla y la falta de lluvias no facilitan la captura de ejemplares, ya que están remontando el curso fluvial muy cerca de la superficie y a distancia de las nasas.

El Correo Gallego

Los titulares de las tradicionales pesqueras del río Ulla inician la captura de lamprea.

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Actividad en una de las pesqueras del Ulla.

Con el nuevo año comienza otra campaña de pesca de lamprea en el río Ulla. Y más concretamente en las “pesqueiras”, unas construcciones tradicionales que ya utilizaban los romanos y permiten capturar el preciado pez cartilaginoso aprovechando las corrientes de cauce fluvial.

La Consellería de Medio Ambiente autoriza desde ayer la actividad en las pesqueras de Areas (Herbón), donde esta labor jugará un papel destacado hasta el 28 de marzo. Asimismo, entre las pesqueras de As Vellas y A Trapa, también en Herbón, se permite la faena desde el 2 de febrero al 25 de abril; mientras que en el tramo que va desde A Caseta y Furado, ya en Carcacía, hasta la pesquera de Lampreeiro, podrá capturarse lamprea desde el 9 de febrero al 10 de mayo.

De este modo pronto regresará a la mesa uno de los productos más preciados, y también uno de los mejor cotizados en el momento de la venta. Una presencia que se intensificará en cuanto en breve comience la campaña de pesca desde embarcación, de la que se ocupa el colectivo de “valeiros”, con puerto base en Pontecesures.

Pero volviendo a la actividad de las pesqueras, hay que decir que se lleva a cabo entre las 20 horas y las ocho de la mañana del día siguiente. Las redes solo pueden estar colocadas en el agua durante ese período, lo que hace que este trabajo entrañe una dificultad añadida -por la falta de luz-, sobre todo cuando las corrientes del río son intensas.

Otra de las normas que dicta Medio Ambiente prohibe la colocación de las redes desde las 8 horas de los sábados hasta las 20 horas de los lunes; advirtiéndose además de que en las pesqueras de Areas y As Vellas debe quedar libre el canal central del río.

Cabe recordar que las pesqueras son “ingeniosas construcciones formadas por grandes sillares de piedra que se sitúan dentro del río y se alinean en perpendicular o en oblicuo al curso del agua, lo cual permite la captura de los peces cuando remontan el río”, según explica el escritor Miguel Piñeiro en su libro “Lampreas e pesqueiras”, de Editorial Galaxia.

Faro de Vigo

Abuel@s de Padrón se enganchan al WhatsApp.

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Los doce integrantes de las Aulas de la Tercera Edad “destripan” los teléfonos de los teléfonos de nueva generación.

Conectarse a internet, mandar emails o subir fotos, ya no es un reto.

Manejar los teléfonos de nueva generación, los smartphone, aprender su lenguaje y sus símbolos ya no suponen un reto para los doce integrantes de las Aulas de la Tercera Edad de Padrón que a lo largo de casi dos meses han destripado los secretos y los obstáculos de los teléfonos inteligentes. El curso, que finaliza hoy día 16, es el primero de estas características que han puesto en marcha las aulas padronesas. Y lo programaron dada la dificultad con la que algunos mayores del municipio se enfrentaban a los nuevos teléfonos de pantalla táctil.

Algunos de los participantes ya tenían ciertas nociones de uso y manejo de los smartphone, por lo que el aprendizaje no supuso mucho esfuerzo. Pero, para otros, la tarea resultó todo un reto, ya desde el propio encendido del móvil o el teclado digital. “En las primeras sesiones hubo quien no atinaba a dar con la posición correcta de encendido, y encendían el móvil al revés”, señalan fuentes de las aulas. Llamar y recibir llamadas fue lo más sencillo, aunque a alguno lo de usar el dedo para deslizar la pantalla y permitir la tarea le costó un poco, acostumbrado a usar móviles antiguos.

El Correo Gallego

La otra cara de la política.

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«Aquí me conocen mucho. Yo creo que soy uno de los principales accionistas de Repsol por todas las bombonas que he pagado», bromea Ángel Rodríguez, uno de los dos concejales que el Partido Galeguista tiene en Padrón. Y es verdad que hay una cierta complicidad entre el edil y la encargada del negocio, a quien Ángel advierte de que alguien vendrá a recoger la bombona que está abonando. La persona que se la llevará, estuvo hablando hace un par de horas con él, explicándole por qué la necesita y por qué no la puede pagar. Ángel acudió al banco, sacó 25 euros de la cuenta del partido y abonó la bombona y luego pasó por un bar para pagar un bocadillo que, suponía, alguien que también había hablado con él, le había pedido. «Non, non. Por aquí non pasou», aclara la rapaza que está a cargo del bar. El dinero vuelve al bolsillo, aunque no tardará en salir.

«Aquí en el pueblo lo sabe mucha gente», explica Ángel sobre esta labor social que desarrolla junto a su compañero de corporación y de partido. «Si ahora nos hemos decidido a contarlo es porque estamos un poco quemados con la imagen que se está dando de los políticos. No todos somos iguales. Yo he visto mucha gente que ha entrado en política para hacer algo útil, para mejorar la vida de sus vecinos». La verdad es que corren malos tiempos para mantener de pie ese punto de vista. Así que lo mejor es predicar con el ejemplo. En un breve paseo por la villa de Cela, Ángel es parado una y otra vez. Unos le saludan, otros le piden, otros, ante mi presencia, le dicen: «Tenemos que hablar». «Soy muy silveiro. -admite el concejal- Me engancho con todos».

Espejos y señales

El origen de esta buena costumbre radica en el anterior mandato, cuando el partido decidió renunciar al cobro de dietas y comisiones: «La idea era que el dinero se dedicara a pequeñas cosas que pedían los vecinos: una señal, un espejo… Pero eso no ocurrió así que, al cabo de un año decidimos que sí cobraríamos y así al menos nosotros podríamos poner el espejo o la señal».

A poco más podían esperar ya que por asistencia a pleno se cobran 60 euros y 30 por comisión. En el 2011 sacaron dos ediles y los ingresos se duplicaron. Pero cuando empezaron a manejar fondos para ayudar fue cuando entraron en el equipo de Gobierno. Solo estuvieron 16 meses, pero les cundió. «Sobre todo porque acudir a una comisión de coordinación se paga a 400 euros. Y hay dos al mes. Llegamos a tener en la cuenta 11.000 euros».

Ángel se hizo cargo de la concejalía de Servicios Sociales y empezó a conocer más de cerca los problemas económicos de muchos de sus vecinos y la cuenta empezó a tener ya capacidad para soportar algunas peticiones más poderosas que una bombona. «Hay cosas de las que nos sentimos muy orgullosos. Como del vecino que nos pidió para sacarse el carné de camión ya que tenía la oportunidad de encontrar un empleo. Le prestamos el dinero, sacó el carné, consiguió el trabajo y nos devolvió el préstamo», cuenta orgulloso el concejal. Como esa tiene unas cuantas historias: la del rapaz que no podía ir a la excursión de fin de curso y su abuela le prometió que iría si aprobaba todas. Lo hizo y hubo excursión pagada con las dietas de los plenos.

El «concejalillo» de pueblo

Ángel entiende que mucha gente está afeando hasta límites impensables la imagen de los políticos, pero insiste en que no todos son iguales. «A los que queremos ayudar a la gente no nos gusta que nos hagan comentarios cuando nos cambiamos el coche, por ejemplo, o cuando nos ven en una terraza tomando un café. A mí tampoco me convencen los políticos profesionales, los que usan la puerta giratoria, pero sí creo que el concejalillo de pueblo puede hacer mucho por sus vecinos». Admite que otros colegas políticos le han llamado «parvo». Pero este edil hiperactivo no lo tiene en cuenta: «Lo importante es tener ilusión», concluye.

La Voz de Galicia