Una carrera de coches celebrada en Pontecesures con motivo de la primera feria del automóvil.
Noventa velas no se apagan tan fácilmente. Así que, a no ser que esta tarde caiga sobre Pontecesures el diluvio universal, o que el viento sople con la fuerza de un titán, el roteiro histórico cultural organizado por el Concello para celebrar los noventa años de su independencia de Valga seguirá adelante. Así lo señalaba ayer la concejala de Cultura de la localidad, Maite Tocino (BNG), que lleva días pendiente de Meteogalicia. A pesar de las dudas, la edila confiaba en que la lluvia no obligase a aplazar un acto que ha levantado una gran expectación entre los vecinos. «Nestes momentos temos 64 persoas apuntadas», señalaba. Una cantidad que ha llevado al ayuntamiento a reorganizar horarios para dividir en dos grupos a tanto público. Así que, esta tarde, habrá dos viajes al pasado. El primero saldrá a las 16.30 horas del viejo ayuntamiento, ahora convertido en biblioteca. El segundo arrancará en el mismo lugar, pero a las 18.30 horas.
Al frente de ambas expediciones al pasado estará el guía profesional Richar Rivera, un experto en diseñar rutas monográficas al que el Concello cesureño ha encargado cartografiar los aspectos más interesantes de su historia. Esta ha estado siempre muy ligada al río y a las riquezas materiales y culturales que han traído sus aguas. La historia antigua que se insinúa en la zona del río, el mundo medieval que asoma en la iglesia de San Xulián y la efervescencia de los siglos diecinueve y veinte serán algunos de los aspectos que se aborden en el recorrido por Cesures. Un viaje en el que personajes dramáticos en algunos casos, pintorescos en otros, inimitables siempre, irán saliendo al paso de los expedicionarios mientras se sacuden las sombras del olvido.
La feria del automóvil de ocasión, un evento pionero en toda España
Los noventa años de la independencia de Pontecesures coinciden, también, con los noventa años de la celebración de la primera feria del automóvil de ocasión celebrada en España. El evento, audaz y moderno, no se celebró ni en Madrid ni en Barcelona, si no en una pequeña villa situada en las márgenes del Ulla. Contaba Borobó que el certamen surgió de la fertil iniciativa de un empresario vigués afincando en aquellos tiempos en Pontecesures, Eugenio Escuredo, y de su propio padre, que un día, volviendo de la Pascua de Padrón, se toparon con dos coches que tenían el cartel de «se vende». Igual que Padrón tenía su feria de caballos, razonaron los dos, bien podía tener Pontecesures su feria de automóviles.
Dice Borobó que aquella misma noche la idea fue comunicada al grupo de hombres principales de la localidad, que se pusieron manos a la obra. Trabajaron mucho y muy en serio: hasta viajaron a Alemania para ver cómo eran ese tipo de certámenes. El resultado se vio en 1925, el día de San Pedro y los dos siguientes. La feria fue uno de los acontecimientos del año en toda Galicia, tuvo eco en periódicos de toda España y atrajo hasta la localidad, según apuntan algunas fuentes, a más de 10.000 personas.
Es evidente que un evento de esas dimensiones, y los que vinieron después, bien merecen un homenaje. Para rendírselo, el Concello de Pontecesures ha organizado, en colaboración con la asociación Mirándolle os dentes, una exposición que abrirá sus puertas esta tarde y que se podrá visitar hasta el día 11 en los locales de HC-Sport. La feria del automóvil también ha sido el eje sobre el que se ha construido otro de los actos organizados por el Concello: una muestra de «xoias do automóbil». Gracias a la colaboración del Clube galego de automóbiles antigos, en Pontecesures se reunirán vehículos «celosamente gardados polos seus socios para conmemorar os 90 anos dun evento que foi o primeiro de España». Los coches se instalarán, a partir de las once de la mañana, en el entorno de A Plazuela.
A mediodía la actividad se trasladará al Concello, donde se rendirá homenaje a los vecinos que, «ao igual que Pontecesures, foron nados no ano 1925 e anteriores e aos que, ao longo destes anos, formaron parte das corporacións».
La Voz de Galicia