El joven de Cuntis fallecido José García Vázquez.
Un gran golpe, un «impacto brutal». Ese fue el primer síntoma de la tragedia que ayer, a las doce y veinte del mediodía, se empezaba a escribir en una de las naves de la empresa Extrugasa, en el municipio pontevedrés de Valga. Una grúa de 16 toneladas acababa de desplomarse sobre el suelo. Los dos trabajadores que trabajaban sobre ella, a unos ocho metros de altura, fueron arrastrados en la caída «e golpeados contra o chan», según explicaban ayer fuentes de la empresa. Aunque cuando fueron descubiertos «aínda estaban con vida», según apuntaron testigos presenciales, para cuando llegaron los servicios médicos ya habían entrado en parada cardiorrespiratoria. De nada sirvió que hasta el lugar volase un helicóptero del 061, ni los esfuerzos de los médicos y los efectivos de emergencias de Valga que se desplazaron hasta el lugar. Eran casi las tres en punto de la tarde cuando los restos mortales de Jesús Vejo y José García abandonaban el recinto rumbo a Pontevedra, donde se les iba a practicar la autopsia.
Los dos fallecidos trabajaban para la empresa Gama e Hijos, situada en Pontecesures, a apenas dos kilómetros del lugar en el que se produjo el fatal accidente. Esta había sido contratada para cambiar una cubierta en mal estado de Extrugasa. «Empezaron a traballar esta semana. Xa sacaran as chapas que estaban mal e hoxe estaban poñendo a rede de seguridade antes de empezar a colocar as novas», explicaba ayer Román Castro, jefe de mantenimiento de Extrugasa. ?l, junto a representantes de la propiedad de la empresa y por el jefe de personal de la misma, comparecieron ante los medios para intentar explicar lo que el propio Román Castro calificaba de «inexplicable». «? unha plataforma de 18 toneladas de peso e cun brazo que pode chegar aos 28 metros de alto e que estaba só a oito metros… Non sabemos que puido pasar», señala Castro. Ni siquiera las cámaras de seguridad instaladas en el interior de la nave permiten despejar las dudas: «Xusto non collen ese ángulo». Mientras la investigación no aclare lo ocurrido, las familias de las dos víctimas, que ayer se trasladaron a Valga, mastican su dolor.
Este se extendió ayer por todos los municipios de la desembocadura del Ulla. Jesús Vejo Trigo, de 43 años, vivía desde hace unos años en el lugar de Fachán (Rianxo), donde se había instalado tras contraer matrimonio. Tenía dos hijos, gemelos, de nueve años de edad, según informa Marta Gómez. Pero este trabajador era natural de Valga, en concreto de Sete Coros. «Aquí quédalle unha irmá, os seus pais tamén faltan», narraba ayer un vecino.
José García Vázquez tenía 22 años, era natural de Cuntis y es sobrino del dueño de la empresa para la que trabajaba en el momento de encontrar la muerte. Este joven, hijo único, se formó en el instituto de Valga, donde se ofertan ciclos de calderería y estructuras metálicas. Informa Cristina Barral que, quienes lo conocían, aseguran que «estudió hasta que se cansó». Hace tres años, el joven sufrió un grave accidente de tráfico. Quedó malherido y llegó a temerse por su vida. «Pero recuperouse» y siguió con una vida a la que ayer, en Valga, el destino puso el punto y final.
La Voz de Galicia